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A lo largo de todo Estados Unidos, la demanda y la construcción de centros de datos se han disparado a lo largo de 2025.
Y también la oposición local a estos proyectos.
Desde Indiana (donde un promotor retiró su solicitud para construir un centro de datos en más de 280 hectáreas de terreno agrícola tras la oposición local) hasta Georgia (donde al menos ocho municipios han aprobado moratorias al desarrollo de estos), residentes y políticos se oponen a estas instalaciones que consumen grandes cantidades de agua y energía.
Solo entre finales de marzo y junio de este año, 20 proyectos de centros de datos, que representan inversiones por valor de unos 98,000 millones de dólares (mdd), fueron bloqueados o retrasados en Estados Unidos, según un nuevo informe de Data Center Watch, un proyecto de la empresa de seguridad e inteligencia artificial 10a Labs.
Esta cifra supera la suma total de las interrupciones en centros de datos que el grupo de investigación había registrado en los dos años anteriores a su último informe.
Un punto de inflexión para los centros de datos
Data Center Watch comenzó a monitorear esta tendencia en 2023 y publicó su primer informe a principios de este año, que abarca desde 2023 hasta el primer trimestre de 2025. En ese lapso, 16 proyectos, con un valor de 64,000 mdd, fueron bloqueados o retrasados.
Si bien un proyecto puede cancelarse por diversas razones, en estos casos, la oposición local habría influido en la decisión, afirma Miquel Vila, analista del proyecto Data Center Watch.
En el segundo trimestre de 2025, dicha oposición aumentó 125%. “Esperábamos algunos casos más”, comenta Vila sobre el segundo trimestre, “pero no 20”.
Vila señala una importante salvedad: la industria de los centros de datos está en auge; es lógico que la oposición también lo esté. Sin embargo, incluso considerando el gasto récord en construcción, considera que estas cifras recientes representan un punto de inflexión en la tendencia.
¿Qué tienen de malo los centros de datos?
Los gigantes tecnológicos están construyendo centros de datos a un ritmo vertiginoso para satisfacer las enormes necesidades energéticas de la inteligencia artificial (IA).
Sin embargo, los centros de datos han recibido críticas locales debido a los recursos que consumen, como el agua (un problema especialmente acuciante en regiones con escasez de estos recursos, como Arizona) y la energía (que se ha vinculado al aumento de los precios de la electricidad en todo el país).
Además del consumo de agua y el precio de los servicios públicos, las comunidades también han expresado su preocupación por el ruido, la preservación de monumentos históricos y la falta de transparencia, añade Vila; como si no quedara claro quién será el usuario final de un centro de datos.
Data Center Watch ha identificado 188 grupos comunitarios que se han formado para oponerse a ellos. Tan solo entre marzo y junio, 53 grupos activos en 17 estados se centraron en 30 proyectos de centros de datos.
Ante esta oposición, los legisladores también han estado reconsiderando las subvenciones fiscales que sus regiones otorgan a los centros de datos, así como las regulaciones sobre zonificación y el impacto ambiental de los proyectos.
Esta oposición comunitaria incluso está llevando a algunos legisladores a modificar sus regulaciones o a posponer la construcción de centros de datos en el futuro.
“La oposición local está influyendo en el marco regulatorio de los centros de datos”, afirma Vila.
Dan Diorio, vicepresidente de política estatal de la Data Center Coalition, grupo del sector, declaró que siguen observando un “interés significativo” en todo el país por “proyectos de centros de datos responsables”, y añadió que dichos proyectos generan empleo, inversión económica e ingresos fiscales locales.
Agregó que los miembros de la coalición están comprometidos con la participación comunitaria, la formación de las partes interesadas y la colaboración con legisladores y organismos reguladores.
“Los centros de datos también están comprometidos con ser vecinos responsables y solidarios en las comunidades donde operan”, afirmó Diorio.
Centros de datos y política
La oposición a los centros de datos se ha convertido en un tema de debate en las recientes campañas políticas.
En Virginia, el mayor mercado de centros de datos del mundo, la gobernadora electa Abigail Spanberger basó parte de su campaña en garantizar que estos paguen “lo que les corresponde” y en abordar el aumento de los precios de la electricidad.
En Georgia, Peter Hubbard, elegido miembro de la Comisión de Servicios Públicos del estado, que regula los servicios públicos, ha destacado específicamente cómo los centros de datos pueden incrementar las facturas de energía de los residentes. Georgia se está convirtiendo cada vez más en un importante mercado de centro de datos y, de hecho, es el segundo más grande de este tipo en el mundo.
Si bien ambos políticos son demócratas, la oposición a los centros de datos es un tema bipartidista, según Data Center Watch. Tanto los estados demócratas como los republicanos están reconsiderando los incentivos para los desarrolladores o endureciendo sus regulaciones en torno a este tipo de proyectos.
Esto coincide con otras investigaciones sobre el apoyo a los centros de datos: una encuesta reciente de Heatmap reveló que solo 44% de los estadounidenses vería con buenos ojos un centro de datos cerca de su domicilio.
De cara al futuro
Data Center Watch planea monitorear las demoras y cancelaciones de proyectos en el futuro.
Al parecer, esta tendencia continúa en el tercer trimestre: un ejemplo destacado es el rechazo, en agosto, del ayuntamiento de Tucson, Arizona, al centro de datos Project Blue, propuesto por Amazon.
(Según el último informe de Data Center Watch, dos de los 20 proyectos afectados eran de Amazon: uno en Becker, Minnesota, que se suspendió mientras los legisladores reconsideraban los incentivos fiscales, y otro en King George, Virginia, que se retrasó debido a problemas legales y la oposición de los residentes).
Vila prevé que la oposición a los centros de datos seguirá creciendo y que se convertirá cada vez más en un factor determinante en la evaluación de los proyectos.
“Antes, la oposición local era más bien una posibilidad anecdótica”, afirma. “Ahora se está convirtiendo en un elemento fundamental del desarrollo… del mismo modo que se tienen en cuenta cuestiones como el suelo, la energía y el agua”.
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