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El efecto diciembre: cómo las restricciones generan mejores decisiones de liderazgo

Diciembre impulsa la concentración, limita las opciones y clarifica las prioridades. Los líderes pueden gestionar esta productividad durante todo el año.

El efecto diciembre: cómo las restricciones generan mejores decisiones de liderazgo [Ilustración de origen: Freepik]

Cada diciembre, algo extraño sucede en las empresas. Decisiones que llevaban meses estancadas se aprueban de repente. Se aprueban proyectos. Se ultiman presupuestos. La gente deja de debatir y finalmente elige.

Los líderes suelen atribuir esto a la “energía de fin de año” o al “impulso navideño“. Es una historia fácil, pero oculta lo que realmente está sucediendo. Diciembre obliga a los líderes a adoptar un enfoque más estricto. Hay menos tiempo para pensar demasiado, menos opciones aceptables y expectativas más claras. En otras palabras, el entorno está diseñado para generar compromiso en lugar de demora, aunque para apuestas estratégicas complejas y novedosas, el calendario por sí solo rara vez es suficiente.

Esto no es espíritu navideño. Es diseño y una gran lección de influencia. Si los líderes aprendieran a diseñar decisiones como en diciembre, obtendrían claridad, coordinación y rapidez todo el año, y no solo cuando se acabe el tiempo.

La idea es simple. Cuando las opciones se reducen, aumenta la concentración. Cuando los criterios son explícitos, las decisiones se vuelven más fáciles. Cuando el tiempo es claro, el compromiso se acelera. La investigación lo respalda. Las historias en las juntas directivas lo respaldan. Y cualquiera que haya vivido un sprint en diciembre lo sabe.

La pregunta no es por qué diciembre funciona. La pregunta es por qué los líderes toleran lo contrario durante los otros 11 meses.

Lo que la ciencia nos dice sobre tener demasiadas opciones

A los ejecutivos les gusta decir que buscan “apertura”. Quieren considerar todas las ideas, escuchar todos los puntos de vista y mantener la flexibilidad de opciones. En realidad, aunque valioso, esto a menudo destruye el impulso.

El trabajo más citado al respecto proviene de los psicólogos sociales Sheena Iyengar y Mark Lepper. Su estudio demostró que las personas con menos opciones eran mucho más propensas a actuar. Un conjunto pequeño y seleccionado de mermeladas generó tasas de compra significativamente más altas que una gran variedad. Este estudio se ha replicado y ampliado durante dos décadas. El principio se aplica en diversos contextos: cuando las opciones se multiplican, la acción se desploma.

Es tentador pensar que los líderes son diferentes porque tienen más experiencia. La evidencia demuestra lo contrario. La carga cognitiva no se preocupa por los cargos. Cuando los ejecutivos se enfrentan a demasiadas opciones similares, hacen pausas, postergan o recurren a lo que les parezca más seguro. En las grandes organizaciones, la opción más segura es la inacción.

Si deseas que los equipos de liderazgo avancen, reduce las opciones que deben considerar. Organiza el campo antes de que llegue a la mesa. Elimina el ruido. Presenta dos o tres alternativas viables en lugar de 12. No solo acelerarás las decisiones, sino que las mejorarás.

Por qué la heurística determina el éxito o el fracaso de las decisiones

Una vez que se reducen las opciones, se desencadena otra dinámica. Con tiempo o información limitados, las personas recurren a la heurística. No son atajos para los inexpertos. Son las herramientas mentales que permiten a los expertos actuar con rapidez.

Los estudios sobre la racionalidad limitada y la teoría del proceso dual muestran que, cuando es necesario tomar decisiones bajo presión, las personas pasan de un procesamiento lento y analítico a un juicio más rápido e intuitivo. Así es como funcionan los entornos de alta presión.

El problema es que la mayoría de las organizaciones dejan estas heurísticas al azar. Sin criterios. Sin filtros de riesgo. Sin recomendaciones sólidas. El resultado son decisiones inconsistentes, políticas o extremadamente lentas.

Si los líderes desean tomar decisiones de alta calidad, necesitan ofrecer mejores heurísticas. Ofrece a las personas una visión clara de lo que más importa. Define los puntos no negociables. Haz que los criterios de éxito sean visibles y sencillos. Presenta opciones recomendadas, no colecciones de ideas sueltas.

La heurística no es enemiga del buen pensamiento. Es la estructura que permite que este se desarrolle con rapidez.

El papel real de la presión del tiempo en las decisiones ejecutivas

La presión del tiempo suele considerarse una amenaza para la calidad de las decisiones. La investigación es más matizada. Experimentos publicados en revistas académicas demuestran que la presión del tiempo puede mejorar la consistencia y la velocidad en ciertos tipos de tareas. En decisiones habituales o de menor riesgo, una presión moderada del tiempo ayuda a las personas a filtrar las distracciones y a comprometerse.

Sin embargo, abordar problemas muy complejos o ambiguos con prisas perjudica el rendimiento, y los estudios advierten que la presión del tiempo puede aumentar la asunción de riesgos o reducir la precisión perceptiva. Sin embargo, para la mayoría de las decisiones que enfrentan los líderes, especialmente las operativas o moderadamente estratégicas, unos plazos claros facilitan la acción sin comprometer la calidad.

Hay una razón por la que las fechas límite de fin de año funcionan. No porque el tiempo apremie, sino porque el tiempo obliga a priorizar. Se hace evidente lo que importa y lo que no.

La verdadera razón por la que diciembre se siente productivo

Diciembre funciona porque elimina los factores ambientales que frenan a los líderes. Las restricciones generan claridad. Los plazos obligan a priorizar. Las opciones limitadas reducen el ruido. Las personas no están más motivadas en diciembre. Simplemente están menos confundidas.

Los líderes no necesitan más tiempo ni mejores diapositivas. Necesitan diseñar decisiones como lo hace diciembre: con opciones más claras, criterios específicos y sin lugar para la indecisión.

La influencia del liderazgo no consiste en tener la voz más fuerte en la sala. Se trata de moldear el ambiente para que la gente finalmente pueda decidir.

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  • Maria Papacosta

    Maria Papacosta es una estratega de influencia de liderazgo y cofundadora de MSC Marketing Bureau que ayuda a los ejecutivos a superar el ruido, comunicarse con autoridad y desarrollar una influencia que impulse un compromiso real.

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    Maria Papacosta es una estratega de influencia de liderazgo y cofundadora de MSC Marketing Bureau que ayuda a los ejecutivos a superar el ruido, comunicarse con autoridad y desarrollar una influencia que impulse un compromiso real.

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Sobre el autor

Maria Papacosta es una estratega de influencia de liderazgo y cofundadora de MSC Marketing Bureau que ayuda a los ejecutivos a superar el ruido, comunicarse con autoridad y desarrollar una influencia que impulse un compromiso real.