| Impact

Ayudé a construir internet, ahora defiendo la importancia de cerrar sesión

La respuesta está en el simple acto de desconectarse y salir a la naturaleza.

Ayudé a construir internet, ahora defiendo la importancia de cerrar sesión [Imágenes: wwwebmeister/Getty Images; Claudio Testa /Unsplash]

Mis años de participación en la investigación del cáncer cerebral pusieron de relieve la incógnita que representa el cerebro. El trabajo también puede ser complejo, como implementar iniciativas en diversas geografías y comunidades, pero sigue motivando mi trabajo. En casi todo momento, la tecnología ha sido fundamental en la búsqueda de una mejor manera de hacer las cosas y ha desempeñado un papel importante en cada una de las historias de éxito.

Pero aquí, al finalizar el 2025, la realidad es cruda: si bien la tecnología aún puede brindar esperanza y promesas en muchos frentes, el lado oscuro de su uso excesivo se ha vuelto dolorosamente evidente. Los estadounidenses pasan ahora más de siete horas al día frente a las pantallas. Mientras tanto, las tasas de ansiedad, depresión, aislamiento y soledad se han disparado, especialmente entre los jóvenes. Nuestros cerebros se están reconfigurando de maneras que ninguno de nosotros esperaba, y la salud y el bienestar de la población en general están en grave riesgo. Y, lamentablemente, la promesa de la tecnología de unir comunidades, que animó a tantos de nosotros en nuestros inicios en el sector tecnológico, ha provocado, en cambio, crecientes divisiones entre personas y lugares.

¿Qué se puede hacer?

Entonces, ¿qué se puede hacer para abordar esta preocupante tendencia? Pues bien, resulta que una solución prometedora se escondía a la vista: de hecho, la respuesta no reside en abandonar la tecnología, sino en el simple acto de desconectarse y salir a la naturaleza.

Así es. Resulta que la naturaleza es una medicina poderosa.

Investigaciones recientes confirman lo que muchos sabemos intuitivamente: un metaanálisis de Stanford de 449 estudios reveló que la exposición a la naturaleza mejora significativamente la salud mental, incluyendo el estado de ánimo, el estrés y la ansiedad. Quizás lo más alentador es que los investigadores descubrieron que con tan solo 20 minutos en un parque, incluso sin hacer ejercicio, las personas reportaron sentirse mejor, mientras que la exposición repetida a la naturaleza, de tan solo 10 minutos, produce beneficios mensurables para quienes padecen enfermedades mentales. Pero los beneficios van mucho más allá del bienestar individual.

Estas no son mejoras marginales, sino resultados de alta potencia de la medicina más accesible del planeta. La barrera para empezar suele ser simplemente ponerse unas zapatillas o montar en bicicleta. La belleza de la actividad al aire libre reside en su accesibilidad democrática. A diferencia de las costosas membresías de gimnasios o el equipo especializado, salir al aire libre no cuesta nada ni requiere ninguna habilidad especial. Así que, ya sea que camines 20 minutos por tu colonia o encuentres la manera de hacer senderismo en una ciudad, estado o parque nacional, caminar ofrece beneficios mensurables para la salud.

Una bifurcación en el camino

Nos encontramos en un punto de inflexión. Podemos seguir aceptando el aislamiento digital y el deterioro de la salud física y mental como consecuencias inevitables del progreso tecnológico, o podemos reconocer que la experiencia humana comenzó al aire libre, en comunidades, resolviendo problemas juntos, y que nuestra salud depende de experiencias que ninguna aplicación puede replicar.

No se trata de volver a un pasado idealizado. Se trata de equilibrio. Se trata de hacer que el tiempo al aire libre, sin pantallas, sea tan rutinario como revisar el correo electrónico. Es tan simple como dar un paseo, encontrarte con los vecinos o con la naturaleza en un parque o en tu comunidad. Donde salir al aire libre sea la norma, no la excepción.

La pantalla siempre estará ahí cuando regreses. Pero la oportunidad de reconstruir la salud y la cohesión social al salir al aire libre requiere intención. Necesitamos que las personas elijan caminar en lugar de navegar, que los empleadores fomenten los descansos al aire libre como parte de una jornada laboral productiva, que los profesionales de la salud prescriban tiempo en el parque y que los líderes locales prioricen las comunidades transitables que nos permitan conocernos y saludar a la Madre Naturaleza.

La pregunta no es si tienes tiempo para conectarte al aire libre, sino si puedes permitirte no reservar tiempo para el programa de bienestar que está escondido a simple vista.

Author

  • Jean Case

    Jean Case es directora ejecutiva de la Fundación Case y ex presidenta del consejo de administración de la National Geographic Society.

    View all posts

Author

  • Jean Case

    Jean Case es directora ejecutiva de la Fundación Case y ex presidenta del consejo de administración de la National Geographic Society.

    View all posts

Sobre el autor

Jean Case es directora ejecutiva de la Fundación Case y ex presidenta del consejo de administración de la National Geographic Society.