¿Qué está pasando realmente con el acuerdo de TikTok en Estados Unidos?

El autor de El Arte del Trato siempre presume de ser un gran ganador en cualquier acuerdo comercial que realiza. Y, en cierto modo, Donald Trump parece haber ganado a lo grande al cerrar un acuerdo que permitirá a Oracle, Silver Lake y MGX participar en la propiedad de una nueva empresa conjunta diseñada para supervisar las operaciones en Estados Unidos de TikTok, la popularísima aplicación de videos sociales.

Pero si profundizamos en los detalles, veremos que lo que la Casa Blanca de Trump se empeña en presentar como una gran victoria para la seguridad nacional parece más bien un acuerdo comercial estándar, o más cínicamente, una extorsión.

El drama de TikTok en Estados Unidos

Las preocupaciones en torno a TikTok surgieron por primera vez al final del primer mandato de Trump, cuando el 45º presidente (que se postuló sin éxito a la reelección en 2020) presentó la aplicación, propiedad de la gigante tecnológica china ByteDance, como un problema de seguridad nacional. En ambos partidos, los halcones antichinos temen que el algoritmo de TikTok pueda usarse para catalizar la oposición al estilo de vida estadounidense y adoctrinar a los adolescentes estadounidenses en el pensamiento chino, o para impulsar a la opinión pública a ser más favorable al régimen chino.

Trump intentó sin éxito prohibir la aplicación por completo en Estados Unidos, una táctica que no prosperó en los tribunales. Ha seguido intentando modificar su propiedad, incluso cuando parece haber cambiado de postura sobre si la plataforma debería prohibirse por completo.

Trump ha afirmado que los supuestos vínculos chinos de TikTok aún le dan que pensar, pero que está dispuesto a permitir que la aplicación siga existiendo en Estados Unidos siempre que pase a estar bajo control estadounidense. Con este acuerdo finalizado, ni siquiera eso está garantizado, lo que podría sugerir que se trata de poco más que una extorsión y una exclusión para asegurar que Estados Unidos capitalice la única red social no estadounidense que ha logrado afianzarse globalmente en los últimos 20 años.

Una oportunidad de negocio inigualable

“Los detalles filtrados de este acuerdo parecen indicar que el debate público y las preocupaciones fueron una pista falsa”, afirma Catalina Goanta, profesora asociada de derecho privado y tecnología en la Universidad de Utrecht. Estados Unidos “simplemente quería participar en un modelo de negocio rentable que ha crecido más rápido y con mayor potencial que cualquiera de sus competidores”, argumenta.

Los términos del acuerdo sugieren que la empresa conjunta poseerá entre 45% y 50% de la nueva entidad estadounidense-Tiktok (los informes difieren sobre los porcentajes exactos). Alrededor de un tercio de la entidad será propiedad de los inversores actuales de ByteDance, y el resto —aproximadamente 20%— seguirá bajo el control de ByteDance. El acuerdo se cerrará el 22 de enero.

Otros también dudan de que el acuerdo se ajuste a lo que Trump afirmó que era la principal preocupación. “¿La venta enriquecerá a los nuevos inversionistas o protegerá los intereses estadounidenses?”, pregunta Hussein Kanji, fundador de Hoxton Ventures. “A ver si el algoritmo cambia con la nueva dirección para apoyar una postura política específica”.

¿Esto significa que cambiará TikTok?

Hasta el momento, no hay indicios de que el algoritmo de la aplicación vaya a cambiar de ninguna manera, más allá de que se le proporcionen datos de usuarios estadounidenses para “garantizar que el contenido esté libre de manipulación externa”, según un memorando interno enviado por el director ejecutivo de TikTok, Shou Chew, al personal la semana pasada. Esto no difiere significativamente de lo que ya ocurre, salvo que establece restricciones ligeramente más estrictas para los usuarios exclusivos de Estados Unidos.

Se cree que los términos del acuerdo adoptan el algoritmo actual de TikTok, mientras que el almacenamiento de datos de los usuarios en Estados Unidos permanecerá dentro del país y será supervisado por un socio local. En este caso, dicho socio será Oracle, bajo términos similares a los que TikTok ya ha implementado voluntariamente en otros lugares, incluyendo Europa (la firma británica de ciberseguridad NCC Group supervisa el acceso a los datos), donde TikTok ha construido centros de datos dedicados para usuarios locales. Según se informa, ByteDance seguirá controlando las áreas de comercio electrónico, publicidad y marketing de la aplicación, todos ellos componentes esenciales del negocio.

En resumen, prácticamente nada ha cambiado, salvo que varias empresas estadounidenses obtienen una parte de la nueva compañía y, presumiblemente, una parte de sus ingresos.

China apoya el acuerdo

No sorprende, entonces, que China haya aprobado el acuerdo: pocos cambios para ellos, salvo que el gigante local ByteDance pierda parte de sus ingresos provenientes de la aplicación. “Los medios estatales chinos consideran este acuerdo una victoria para China y enfatizaron la importancia de mantener la ‘conectividad global’, que también puede afectar el tipo de contenido que se ve desde fuera de EU”, afirma Goanta.

Por supuesto, la aplicación aún podría cambiar. Sin duda, sería más fácil hacerlo cuando las empresas estadounidenses controlen los datos, el algoritmo y cualquier decisión sea supervisada por una junta directiva estadounidense. Pero sería muy inusual —algunos dirían contraproducente— que TikTok en Estados Unidos intentara desviarse de lo que hizo exitoso a su producto global.

En cambio, parece un acuerdo clásico de Trump: mucho ruido y pocas nueces, y mucha hipérbole para justificar muy pocos cambios que realmente aborden el problema subyacente que causó el revuelo en primer lugar. El acuerdo permite al presidente mostrar acciones en un tema políticamente importante, evitando al mismo tiempo una prohibición total que podría alejar a los votantes más jóvenes o provocar una reacción negativa de las empresas. Para China, el acuerdo demuestra que puede ser flexible sin ceder, lo que permite a ByteDance preservar el alcance global de su aplicación insignia.

Pero, como suele ocurrir con la política de “América Primero” de Trump, las entidades estadounidenses se llevan una parte del trato, lo merezcan o no.