[Foto: Joel Muniz/Unsplash]
A casi cinco años del plazo para erradicar el hambre en el mundo, los avances son lentos. El Índice Global del Hambre (GHI, por sus siglas en inglés) 2025 confirma que la meta Hambre Cero no se alcanzará si no se aceleran las acciones.
Según el informe, elaborado por Welthungerhilfe y Concern —organizaciones de Alliance2015— junto al Institute for International Law of Peace and Armed Conflict (IFHV), muestra un estancamiento global, mientras que América Latina combina señales de progreso con retrocesos preocupantes.
A nivel mundial, la puntuación del GHI pasó de 19.0 en 2016 a 18.3 en 2025. El nivel sigue catalogado como “moderado”. El informe señala que “el hambre continúa siendo alarmante en siete países y grave en otros 35”.
De acuerdo con el estudio, 27 países han empeorado su puntuación desde 2016. En otros 10, el avance prácticamente se detuvo. Al ritmo actual, por lo menos 56 países no lograrán niveles bajos de hambre para 2030. Si la tendencia no cambia, ese objetivo podría postergarse hasta el año 2137.
Frente a estos datos, Ayuda en Acción presentó la edición en español del GHI con foco en América Latina y el Caribe. El documento alerta sobre la pérdida de dinamismo en los avances logrados desde el año 2000.
Retrocesos regionales y rezagos en la niñez
En América Latina y el Caribe, el índice bajó de 13.2 puntos en 2000 a 8.2 en 2016. Desde entonces, apenas se ha movido y se ubica en 7.9 en 2025. Según el informe, 34.6 millones de personas viven con subalimentación y uno de cada ocho niños menores de cinco años tiene retraso en el crecimiento.
En países como Guatemala, la desnutrición infantil es una de las más altas del mundo. Casi la mitad de los niños menores de cinco años presenta retraso en el crecimiento. Las cifras aumentan en zonas rurales e indígenas.
Honduras muestra un GHI de 12.5. La subalimentación afecta a 14.8% de su población y el retraso infantil es de 17.9%. Ecuador ha reducido su índice global de 19.1 a 10.9 en los últimos 25 años, pero enfrenta un aumento reciente en subalimentación, con diferencias marcadas entre territorios rurales y urbanos.
En Colombia, alrededor de 7.8 millones de personas vivieron altos niveles de inseguridad alimentaria en 2024. El reporte vincula este fenómeno a los desplazamientos internos y la llegada de población migrante y refugiada.
El informe concluye que el hambre persiste no por falta de soluciones, sino por no aplicarlas de manera plena y sostenida. Las recomendaciones incluyen fortalecer marcos legales, empoderar a comunidades locales, mejorar los sistemas de datos y priorizar el liderazgo de mujeres, jóvenes y pueblos indígenas.
“Es momento de renovar el compromiso con el Hambre Cero”, plantea el llamado del GHI. Ayuda en Acción invita a gobiernos, sector privado, organismos internacionales y sociedad civil a alinear esfuerzos para que los avances de las últimas décadas no se pierdan.
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