El invierno en el hemisferio norte está cambiando y no necesariamente para bien. Un estudio reciente del centro de estudios Climate Central reveló que los días de frío intenso y las nevadas copiosas están disminuyendo en los países que forman el hemisferio norte, lo que tendrá un impacto significativo en sectores como la agricultura, el turismo y la salud.
Según este informe, más de un tercio de los países y casi la mitad de las ciudades analizadas perdieron, al menos, una semana de días de heladas anualmente debido al calentamiento global provocado por la actividad humana. Una semana puede parecer poco, pero entre 2014 y 2023, el análisis de las temperaturas mínimas durante el invierno, de diciembre a febrero, muestra cómo el clima se ha visto afectado por el uso masivo de combustibles fósiles.
El cambio climático está transformando los ecosistemas… y no es una buena noticia
El informe subrayó que Europa es el continente más afectado, con un aumento en los días de temperaturas positivas en invierno. Países como Dinamarca y los países bálticos lideran la lista de los más impactados, mientras que Francia registró un incremento de al menos 10 días con temperaturas superiores a los 0 °C.
Kristina Dahl, científica de Climate Central, destacó que la desaparición de la nieve y el hielo está afectando no solo los ecosistemas, sino también las economías y tradiciones culturales, especialmente aquellas vinculadas a los deportes de invierno y la producción de agua potable, que dependen del frío para garantizar su suministro.
Además de los impactos económicos y ecológicos, el cambio climático también plantea riesgos para la salud. Los inviernos más cortos contribuyen a la proliferación de insectos portadores de enfermedades, como mosquitos y garrapatas, mientras que el aumento del polen puede empeorar las alergias estacionales.
En la agricultura, cultivos como manzanas y duraznos, que requieren periodos prolongados de frío, también enfrentan dificultades debido a la reducción de las temperaturas invernales. Este fenómeno pone en evidencia cómo el cambio climático está transformando no solo las estaciones, sino sectores que benefician nuestra vida cotidiana.