
Los productores chinos de árboles de Navidad artificiales y otras decoraciones festivas afirman que los pedidos de clientes estadounidenses (cruciales para su negocio) ya deberían haber empezado a llegar, pero debido al aumento de los aranceles a la importación, no es así.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incrementó los aranceles sobre las importaciones chinas en 104% en lo que va del año, en una guerra comercial cada vez más intensa que amenaza con causar un gran daño al mayor exportador mundial de bienes manufacturados.
Los minoristas estadounidenses dependen casi por completo de China para sus decoraciones navideñas, de donde obtienen 87% de estos productos, por un valor aproximado de 4,000 millones de dólares. Las fábricas chinas, a su vez, dependen en gran medida del mercado estadounidense, al que destinan la mitad de su producción.
Si los estadounidenses quieren nuevas decoraciones navideñas este año, tendrán que pagar mucho más por ellas, si es que logran encontrarlas en los estantes.
“En lo que va del año, ninguno de mis clientes estadounidenses ha hecho pedidos”, dijo Qun Ying, quien dirige una fábrica de árboles de Navidad artificiales en la ciudad oriental de Jinhua. “Por supuesto que se trata de los aranceles. Para mediados de abril todos los pedidos normalmente ya están cerrados, pero ahora… es difícil saber si llegará alguno. Tal vez los clientes estadounidenses no compren nada este año”.
En Shaoxing, a unos 160 kilómetros de Jinhua, el dueño de una fábrica, Liu Song, se mostró confiado en que su negocio podrá adaptarse intentando vender más a Rusia, Europa y el sudeste asiático, que en conjunto ya representan 75% de su mercado.
“Nos preocupa que los pedidos de Estados Unidos bajen”, dijo, aunque añadió: “Definitivamente ganaremos esta guerra comercial.”
Jessica Guo, quien también dirige una fábrica de árboles de Navidad en Jinhua, dijo que un importante cliente estadounidense le notificó recientemente que está pausando un pedido de 3 millones de yuanes (408,191 dólares) para el cual ya había invertido 400,000 yuanes en materiales. Espera que el pedido se cancele pronto y está preocupada por su negocio.
“Mis colegas y yo dependemos de los pedidos de Estados Unidos para sobrevivir”, dijo Guo. “Esto inevitablemente afectará a muchas personas. Nadie podrá escapar.”
Economistas afirman que la guerra comercial recortará entre 1 y 2 puntos porcentuales del crecimiento económico de China este año, agravará los problemas de sobrecapacidad industrial, pondrá en riesgo empleos y alimentará aún más las fuerzas deflacionarias.
A medida que los exportadores chinos venden menos a Estados Unidos (que el año pasado compró bienes por más de 400,000 millones de dólares), tendrán que competir con mayor intensidad en precios en otros mercados.
Esto afectará sus ya reducidos márgenes de ganancia y los obligará a recortar costos en casa, advierten los economistas.
La fábrica de Guo, de 10,800 metros cuadrados, emplea regularmente a 140 personas, pero ese número puede llegar a 200 en la temporada alta de producción durante el verano. Este año no espera necesitar trabajadores adicionales.
“Perder el mercado estadounidense definitivamente afectará los empleos de muchas personas”, dijo Guo. La demanda interna de decoraciones navideñas en China es insignificante, agregó.
Noche de paz…
Abastecerse desde países que no sean China será difícil. El segundo mayor exportador de decoraciones navideñas a Estados Unidos es Camboya, que fabrica 5.5% de esos productos, y la semana pasada Trump impuso un arancel de 49% sobre las importaciones camboyanas.
Trasladar la producción a Estados Unidos (uno de los objetivos de Trump al imponer aranceles a China y a casi todos los demás países del mundo) no es factible, según Jami Warner, directora ejecutiva de la American Christmas Tree Association. “Definitivamente no se pueden fabricar en Estados Unidos. No hay industria, no está la tecnología, no hay fuerza laboral disponible”, dijo Warner.
Warner, quien anticipa aumentos de precios significativos aunque difíciles de estimar, afirma que 80% de todos los árboles de Navidad exhibidos en Estados Unidos son artificiales. Los árboles con luces incorporadas—la mayoría—solo se fabrican en China.
Lamenta que su industria se haya convertido en daño colateral de una pelea geopolítica. “Lo que nuestros miembros fabrican y venden no son productos estratégicos”, dijo Warner. “No somos una amenaza. Somos un negocio alegre y festivo. Queremos seguir siéndolo”.
Reporte de Andrew Silver y Casey Hall, Reuters