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Chespirito forever: nueva serie para una marca que trasciende generaciones

Más que una serie, “Chespirito: Sin querer queriendo” es un viaje emocional que une pasado y presente, y nos recuerda los valores son el verdadero legado.

Chespirito forever: nueva serie para una marca que trasciende generaciones [Foto: Max Latinoamérica / Cortesía]

Max está por estrenar Chespirito: sin querer queriendo, una nueva serie basada en la vida de uno de los personajes más icónicos y queridos de la televisión mexicana. Roberto Gómez Bolaños no solo creó personajes entrañables que trascendieron el mercado mexicano, lo más impresionante es cómo sus historias y valores lograron quedarse en el corazón de varias generaciones. Más allá del humor, Chespirito fue un pionero del branding emocional.

Mucho antes de que se hablara de “construcción de marca”, él supo cómo conectar desde la autenticidad, construir universos narrativos coherentes y dejar una huella profunda en la cultura popular. Esa fue su gran fórmula.

Cuando pensamos en él, pensamos en El Chavo del 8 o El Chapulín Colorado; pero la verdadera marca de Chespirito es el símbolo de una conexión humana honesta.

Cada sketch, cada gesto, cada frase que recordamos con cariño como: “¡Fue sin querer queriendo!” estaba diseñada, intuitivamente o no, para construir comunidad. Y eso es lo que hoy muchas marcas, tanto personales como corporativas, intentan replicar, una conexión emocional duradera (que en el futuro, puede fidelizar a su público, véase el caso de otra grande, Taylor Swift).

Estas son algunas grandes lecciones que aprendimos:

1. Los valores se quedan, la moda pasa

En esta nueva serie biográfica, quien lidera el proyecto y se posiciona como una de las voces más cercanas a la historia es Roberto Gómez Fernández, hijo del icónico comediante mexicano. Él no solo dirige este relato, sino que también lo impulsa con la intención de reconectar con la figura pública y personal de su padre, conocido durante más de cinco décadas como Chespirito.

Esa carga emocional no pasó desapercibida para Pablo Cruz, el actor que lo interpreta, quien confesó haberse sentido inicialmente intimidado por el nivel de cercanía de la familia con el personaje.

“Mi padre no fue alguien que conocieron millones de personas durante más de cinco décadas. Entonces entendí la complejidad de lo que significaba para Roberto contar esta historia: no solo era hacer un producto de calidad, como él mismo lo dice, sino también reconectar con su padre”, expresó.

El actor añadió que esa perspectiva le dio una nueva dimensión de lo que implicaba el proyecto y del nivel de entrega que se necesitaba para abordarlo. “Las retroalimentaciones, las conversaciones con mis compañeros, algunos con más conocimiento del mundo de Che Guevara que y, por supuesto, la biografía, que me acompañó en muchos momentos de duda, fueron fundamentales para conectar con cada etapa de la vida de Roberto”.

Lo que distingue a Chespirito de los creadores virales de hoy no fue su capacidad de adaptarse a cada nueva moda, sino su compromiso con una narrativa basada en valores. No necesitó reinventarse cada temporada; su éxito se sostuvo en pilares como el humor blanco, la ternura, la inocencia y la crítica social disfrazada de juego infantil.

Hoy, en un entorno donde las marcas cambian al ritmo del algoritmo, el caso Chespirito recuerda que una identidad sólida, coherente y profundamente humana puede perdurar incluso más allá de la vida del creador. Esta serie no solo rinde homenaje a ese legado, también demuestra que contar una historia con el corazón es, muchas veces, la estrategia más poderosa.

2. Crea impacto multipersonaje, multiplataforma, multigeneracional

Otra de las lecciones que nos deja Chespirito es su universo narrativo. Sus personajes podían funcionar en diferentes contextos y conectar con un público multigeneracional. Roberto Gómez Fernández no pretendía modernizar a Chespirito en la serie a base de ironía o memes. En su lugar, se basó en todo lo que lo hizo único y resignificó en una narrativa contemporánea y cuidada. No todos los escritores pueden lograr este alcance.

Esa visión orgánica y creativa hoy se refleja en cómo las marcas buscan integrarse en múltiples formatos, redes, streaming, colaboraciones.

“La generación de identidad es algo que está ligado intrínsecamente al sentido de pertenencia a una u otra marca (o producto)”, según Manuel Ostos, socio líder de la industria de consumo en Deloitte. “Al saberse con rasgos de identidad similares, las personas suelen formar un sentido de comunidad a la cual pertenecen y con la cual comparten recuerdos de un momento específico”.

Eso es justamente lo que logra Chespirito: sin querer queriendo. La serie de Max no solo revive al personaje, también lo reinterpreta desde una mirada emocional, íntima y colectiva. Para sus creadores, este proyecto es un reencuentro con un legado cultural que, aunque pertenece al pasado, sigue vivo en la memoria afectiva de millones de personas.

“En mi caso, siempre fui fan de la Bruja del 71. Era de mis personajes favoritos de El Chavo”, compartió la actriz Andrea Noli, quien interpreta a Doña Clotilde. “Me daba mucha ternura. Siempre me pareció una mujer incomprendida. Desde que me llegó el casting, me metí en un mundo de fantasía que me conectaba con mi infancia. Viví de niña en varias partes de Sudamérica y veía El Chavo del Ocho siempre. Sabía lo importante que era interpretar este personaje, porque nos conecta a todos con nuestra niñez”.

3. La nostalgia es tu mayor aliada

La nostalgia no es solo un sentimiento, es una estrategia de construcción de marca que está cobrando fuerza. La serie Chespirito: sin querer queriendo lo entiende bien. Al volver a dar vida a personajes tan profundamente arraigados en el imaginario colectivo, no solo apela a la memoria emocional del público, reactiva el valor cultural de la marca Chespirito. Lo entrañable se convierte en capital simbólico.

La clave es usar imágenes, sonidos, frases o personajes que remiten a un pasado feliz o significativo. En el caso de Chespirito, basta escuchar el “¡ta-ta-ta-ta!” para identificar que es el profesor Jirafales enojado o ver el gorrito del Chavo para que el espectador sea transportado a una época donde se sentía seguro, acompañado o divertido.

La nostalgia también se construye desde dentro. Como lo contaron los actores en entrevistas, su preparación incluyó videos, biografías y contacto emocional con los personajes originales. La interpretación auténtica nace de ese vínculo íntimo con la historia.

Juan Lecanda, quien da vida a Quico, contó que, aunque nunca conoció a Carlos Villagrán, pasó dos años investigando al personaje. “Los actores somos como detectives: debemos investigar, documentarnos”, dijo. Gracias a la productora, tuvo acceso a videos, diarios y notas que le permitieron construir esa dualidad entre Quico y Marcos Barragán, su contraparte en la ficción.

Juan Lecanda explicó que se inspiró físicamente en Mortimer Mouse, un personaje de la caricatura de Mickey de 1936. “Vi esa animación después de leer el guion, y fue una de las piezas que me ayudaron a entender cómo quería encarnar el personaje”.

El actor recuerda que Roberto Gómez Bolaños dijo en su autobiografía que la comedia es ‘la humanización de lo mecánico y la mecanización del humano’. “Eso se me quedó muy grabado”, dijo.

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  • Priscila Peñaranda

    Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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  • Priscila Peñaranda

    Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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Sobre el autor

Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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