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Cuando el líder se quiebra, su equipo también — liderar bien empieza por cuidarse

El mito del jefe que aguanta todo ya caducó. Liderar bien es dar ejemplo de bienestar al equipo.

Cuando el líder se quiebra, su equipo también — liderar bien empieza por cuidarse [Foto: Pexels]

Cuando piensas en un líder, ¿quién te viene a la cabeza primero? Tal vez Tony Stark, o el Capitán América, o uno más oscuro como Walter White, o Daenaerys Targaryen, la madre de dragones. Personalmente, uno de los personajes que para mí mejor revela lo que significa el liderazgo —y por qué también implica cuidarse para poder cuidar a los demás— es el capitán Richard “Dick” Winters en Band of Brothers (sí, lo sé, es una serie muy vieja, pero es brillante).

En la serie, la compañía Easy aún entrenaba en el campamento Toccoa, en Estados Unidos. Era uno de esos días de preparación, cuando un soldado, agotado por la dura rutina impuesta por el teniente Herbert Sobel —famoso por sus castigos arbitrarios y ejercicios brutales—, comete un error.

En ese momento, Winters, que era el subteniente al mando de uno de los pelotones, toma una decisión que marcaría su forma de liderar: cuando Sobel ordena que el soldado corra como castigo, Winters y todo el pelotón lo acompañan y lo animan. No lo dejan solo. Ese gesto, tan simple pero tan poderoso, mostraba la fuerza de un liderazgo basado en la camaradería, la empatía y el trabajo en equipo.

Pero Winters era más que un buen compañero. Como paracaidista, creía que la resistencia física era la base de la fortaleza mental. Sabía que un líder debía estar preparado para pensar con claridad bajo presión, tomar decisiones difíciles y cuidar a su equipo incluso en los momentos más críticos. “En tiempos de crisis, un líder debe ser mentalmente fuerte”, decía en la serie.

En el mundo corporativo, las batallas son distintas, pero los aprendizajes son los mismos. Un liderazgo que descuida la salud física y mental se apaga. Y cuando el líder se apaga, arrastra con él a todo su equipo.

Las consecuencias de liderar como “Superman”

Cuántas veces idealizamos la figura del líder que nunca se cansa y que tiene súper poderes. Esa persona que nunca se toma un descanso, que siempre está disponible y que carga con todos los problemas. Pero esa visión tiene un costo alto y silencioso. Tan solo en México, se registran 13,000 casos de padecimientos por trabajo al año y más de 300,000 accidentes laborales, según datos del IMSS.

“En muchas culturas latinoamericanas, la centralización del poder es casi una norma no escrita. Nada se mueve sin ‘la mano de Dios'”, explicaba Ivonne Borden, psicóloga especializada en bienestar psicosocial y riesgos laborales y directora de la empresa Agregando Valor. “Y eso se traduce en liderazgos que no delegan, que cargan con todo, que exigen disponibilidad total. Si no puedes con el puesto, te dicen que ‘no estás hecho para esto'”.

A veces en este tipo de liderazgo hay una resistencia profunda a reconocer que el cuerpo habla y que el estrés que se aguanta tiene consecuencias reales. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierte que 75% de los trabajadores en México sufre fatiga por estrés laboral, una cifra que supera a países como China y Estados Unidos, y que está vinculada a un mayor riesgo de obesidad, hipertensión y enfermedades del corazón.

“Muchas veces la salud no se atiende hasta que se convierte en una crisis. Un paro cardiaco, una pérdida familiar, una relación rota”, añade Borden.

En culturas donde el líder nunca se detiene, esa tensión se vuelve contagiosa y desintegra a los equipos desde dentro. “Porque el liderazgo se replica”, agregó Gabriela Martínez Bretón, Country Manager de BenchClub, empresa de Recursos Humanos. “Los equipos aprenden por observación, no por discurso. Si el jefe normaliza el agotamiento, los demás también lo harán”.

¿Qué necesitamos para liderar sin rompernos?

Estos son 3 consejos de expertos en Recursos Humanos para cuidar a un líder que también quiere cuidar a su equipo:

  1. Predica el ejemplo con tus límites: Dormir, comer bien, hacer ejercicio y desconectarte no son lujos, son parte del trabajo. “Si el líder no confía en su equipo, el equipo no confiará en él. Si no se cuida, manda el mensaje de que la salud no importa”, explica Gabriela Martínez. “Y si ignora sus propios ritmos —el circadiano y el ultradiano—, el desgaste se acumula”. Modelar hábitos saludables les comunica a tus colaboradores que el bienestar importa tanto como los resultados.
  2. Confía y delega: Liderar no significa cargar con todo. Aprender a soltar tareas y confiar en el equipo evita la centralización extrema, como advierte Ivonne Borden. “Reconocer los riesgos no es debilidad. Es el primer paso para dejar de romantizar el agotamiento y comenzar a construir una cultura donde el bienestar también sea un indicador de éxito”, dijo.
  3. Habla de tus emociones sin miedo: “Te sientes como que estás luchando, te sientes un poco solo, pero no tenemos tiempo para detenernos a entender las emociones, como resultado solo cargamos el peso”, explicó Santiago Brugo, director de HR de PUIG. Ser vulnerables y reconocer el cansancio o la frustración y hablarlo con el equipo no es signo de debilidad, sino de liderazgo consciente y madurez emocional.

Author

  • Priscila Peñaranda

    Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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    Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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Sobre el autor

Licenciada en Escritura Creativa y Literatura por la UCSJ, fue editora de la antología Pulso. Antología Urgente (2019) y publicó un libro de relatos, Identidades Disociativas (2020). Su novela Las Hijas del Aceite (2023) explora la violencia sexual en la guerra y la sororidad femenina. Además, como reportera en Business Insider México, destacó por el especial "Mi Primera Chamba" y su análisis de tendencias en estrategia empresarial e historias de impacto social.

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