
El martes pasado, el mundo celebró el Día Internacional de Apple, un nombre que acabo de inventar para describir un ritual anual muy real. Sin duda, la presentación anual del iPhone 17 y Air, junto con los Apple Watches y AirPods actualizados, es el día más importante en el calendario de productos de Apple. Es el momento en el que muchos deciden que un nuevo iPhone está en su futuro o que pueden alargar un año más el que ya tienen.
El titular de esta semana fue el esperado debut del iPhone Air, un nuevo teléfono cuyo atractivo principal es ser un iPhone, solo que más delgado y ligero. Muchos de los demás anuncios se centraron en nuevos productos de Apple que ofrecen aún más de lo que la gente apreciaba de sus predecesores: mayor duración de la batería, más megapíxeles y mejor cancelación de ruido.
Apple dotó al iPhone 17 básico de las tecnologías ProMotion y de pantalla siempre activa, antes reservadas para el iPhone Pro, y (¡por fin!) decidió lanzar un iPhone Pro en un color exuberante y divertido: “Naranja Cósmico”. También dotó a la cámara frontal de todos los nuevos iPhones de un sensor cuadrado, lo que permite tomar fotos en modo horizontal incluso con el teléfono en vertical, una función que nunca pensé que quería, pero que ahora anhelo.
Incluso cuando Apple no presenta nada radicalmente nuevo (como, por ejemplo, un iPhone plegable), es experta en ese tipo de incremento gradual que permite que su hardware avance en direcciones lógicas con claros beneficios. El lanzamiento de esta semana estuvo dominado por ese tipo de noticias. Pero Apple no dijo mucho sobre la IA, un área crucial para el futuro de sus productos. Por ahora, intenta recuperar el equilibrio discretamente tras un período de vergonzoso fracaso público con esta tecnología, lo que deja inciertos los detalles de lo que está por venir.
El complicado camino de Apple con la IA
Recapitulemos. En su conferencia WWDC de junio de 2024, Apple presentó una cartera de funciones impulsadas por IA llamada Apple Intelligence. Entre las más ambiciosas se encontraba la nueva capacidad del asistente de voz Siri para responder preguntas que implicaban extraer información de diferentes apps sobre la marcha, como “Siri, ¿cuándo aterriza el vuelo de mi mamá?”; “¿Qué tenemos pensado para comer?”; y “¿Cuánto tardaremos en llegar desde el aeropuerto?”.
Apple generó expectativas: “Este año marca el comienzo de una nueva era para Siri”, explicó el ejecutivo que mostró la situación de la visita de una mamá en el vídeo de la conferencia magistral de la WWDC. Sin embargo, a finales de año, la compañía no había lanzado las mejoras más ambiciosas de Siri. En marzo pasado, reconoció: “Nos llevará más tiempo del previsto implementar estas funciones y prevemos implementarlas el próximo año”. En la WWDC de este año, no se mencionó el futuro de la IA de Siri, salvo reiterar el calendario para el próximo año.
El mes pasado se produjo un nuevo giro cuando Mark Gurman, de Bloomberg, informó que Apple estaba en conversaciones preliminares con Google para desarrollar una nueva versión de Siri basada en Gemini de Google. Dado que habían pasado más de 15 meses desde los anuncios de Apple en la WWDC 2024, la exclusiva de Gurman me dejó perplejo. ¿Cómo era posible que Apple todavía estuviera ensamblando componentes de terceros para crear algo que ya había presentado en una demostración y que, según él, representaba un avance revolucionario?
Cualquier colaboración con Gemini podría tener tanto que ver con la trayectoria a largo plazo de Siri como con la implementación de las funciones específicas que Apple anunció y no logró completar. Aun así, considerando la preferencia instintiva de la compañía por desarrollar sus propias tecnologías en lugar de depender de terceros, incluso un indicio de que la IA de Google se convertiría en esencial para una de las funciones más destacadas del iPhone sería un gran avance. Sobre todo teniendo en cuenta que Apple y Google son socios desde hace mucho tiempo y a la vez feroces competidores.
La claridad sobre el futuro más inteligente y personalizado de Siri probablemente tardará meses y no llegará de golpe. Tras una gran expectación prematura, Apple tiene todos los motivos para guardar silencio hasta estar completamente seguro de estar listo para implementar las funciones anunciadas en la WWDC 2024. Según Gurman, su objetivo es la próxima primavera. Esto las convertiría en una actualización fuera de ciclo antes de la ronda habitual de actualizaciones del sistema operativo de Apple para otoño de 2026, que probablemente traerá otra ronda de mejoras de IA a Siri.
Mientras tanto, Google ha estado avanzando con su propio plan de IA para Android. En el lanzamiento de su Pixel 10 el mes pasado, presentó una función llamada Magic Cue. No es una contraparte exacta de la nueva Siri, sino que también se relaciona con la combinación dinámica de datos de múltiples aplicaciones para mantener a los usuarios informados sobre su vida cotidiana. Tras perder tiempo con su contratiempo con Siri, Apple podría seguir luchando por ponerse al día con la versión de Google de esta útil visión de IA dentro de un año.
Ahora bien, Apple no se ha metido en un lío de IA del que nunca pueda salir. Para empezar, no me queda claro que la mayoría de los consumidores prioricen la IA al elegir qué dispositivos comprar. Los nuevos iPhone, Apple Watches y AirPods Pro incorporan muchas otras funciones nuevas que deberían atraer a quienes se actualicen, aunque algunos aspectos de su historia con la IA siguen siendo confusos, lo que da a Apple un respiro para pensar en el futuro. Decidir desarrollar una experiencia Siri basada en Gemini podría ser una buena señal de que Apple comprende sus propias limitaciones y está dispuesta a probar nuevos enfoques para superarlas.
Desde el Apple II hasta el iPod, el iPhone, el iPad y el Apple Watch, Apple es legendaria no por inventar categorías de productos, sino por reinventarlas. Una vez que aparece, sus ofertas suelen estar tan bien pensadas que la gente olvida que llegó tarde. Hasta ahora, nadie más ha descubierto cómo integrar la IA en smartphones y otros dispositivos de consumo de una forma tan transformadora que Apple, en teoría, no pueda superarla.
No digo que el retraso en el lanzamiento de la nueva y mejorada Siri sea un gesto de confianza típico de Apple. Más bien, refleja la enorme presión que soporta la compañía para ofrecer IA tangible en sus productos y su relativa inexperiencia con esta tecnología. Pero la compañía aún tiene la oportunidad de convertir sus desventuras con la IA en un nuevo comienzo que le beneficie. Ese podría ser el mayor reto —y la oportunidad— al que se enfrenta en 2026.