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Los millennials por fin tienen su oportunidad y suben a puestos directivos —¿están preparados?

Prepárate para sostener ese nuevo liderazgo.

Los millennials por fin tienen su oportunidad y suben a puestos directivos —¿están preparados? [Foto: [Foto: sittinan/Adobe Drew]

Durante años, los millennials vieron el liderazgo desde la distancia, con jefes que hacen maromas para liderar equipos, al cuidado de las personas cuando había divisiones y con un impulso hacia la innovación, mientras ellos esperaban su oportunidad. Ahora, por fin, esa oportunidad llegó.

Los baby boomers ya se jubilan y salen de los equipos de liderazgo, este cambio generacional estancado desde hace tiempo finalmente se mueve. La pregunta ya no es si los millennials liderarán, es si están preparados ahora que llegue el momento.

La realidad de la generación del Milenio

Nacidos entre 1981 y 1996, los millennials tienen ahora entre 29 y 44 años. Muchos pasaron entre 15 y 20 años en el proceso de ascender la escala corporativa, solo para descubrir que el último peldaño está fuera de su alcance. Los cuellos de botella ejecutivos —causados por los largos años que los baby boomers pasaron en el poder, los organigramas planos y la escasez de puestos directivos— dejaron a candidatos cualificados en espera. Irónicamente, la falta de experiencia de alto nivel que los detiene también es resultado de ese mismo retraso.

Sin embargo, el relevo les toca a ellos en esta ocasión. Para 2030, se proyecta que los millennials y la Generación Z constituirán 74% de la fuerza laboral mundial. A medida que se acelera la jubilación de los baby boomers, por razones que ningún plan estratégico pudo prever, los millennials ocupan ese vacío. Pero las reglas cambiaron. No existe una guía clara sobre cómo asumir el liderazgo en medio de la inestabilidad organizacional, la volatilidad económica y los valores laborales en rápida evolución. Por eso, ahora es el momento de prepararse con intención, no de solo tener ilusiones.

El punto es tener una nueva mentalidad de sucesión

La mayoría de las empresas aún tratan la planificación de la sucesión como una conversación privada entre altos mandos, un ejercicio que se pospone hasta que un problema de salud o una renuncia repentina obliga a actuar. Este enfoque ya no es sostenible. La sucesión no es un logro, es una estrategia de continuidad del negocio. Las organizaciones que no modernizan sus modelos se arriesgan a perder talento, estabilidad y credibilidad.

Algunos consejos estratégicos para las empresas:

  • Detecta el potencial de liderazgo con anticipación. Confiar solo en la antigüedad o en cumplir requisitos frena el progreso y desanima a los empleados que tienen buenas habilidades.
  • Diseña asignaciones flexibles y rotativas. La exposición al liderazgo interfuncional y a los desafíos empresariales desarrolla la experiencia que los candidatos necesitan antes de ascender.
  • Normaliza y celebra la planificación. La sucesión debe verse como una señal de madurez y visión de futuro, no como una amenaza.
  • Exigir responsabilidades a los líderes futuros que identificas. Preparar a la próxima generación no es opcional, es una responsabilidad de confianza para manejar tus recursos.

Las organizaciones que adopten estas estrategias crearán líneas de liderazgo más sólidas y resilientes y enviarán un mensaje claro a los ambiciosos millennials: aquí los necesitamos.

Líderes millennials, su momento ha llegado

Para los futuros líderes millennials, la oportunidad es real, pero también es real la responsabilidad. No es momento de levantarse el cuello y sentirse con derecho a todo. La próxima generación de líderes ejecutivos debe ser tan consciente como estratégica. Independientemente de si tu empleador actual tiene un plan para tu ascenso o no, aquí te mostramos cómo ser proactivo y prepararte para el liderazgo:

1. Asumir iniciativas que impliquen un riesgo empresarial real

No basta con trabajar con excelencia dentro de tu propia área. Para liderar a nivel empresarial, necesitas experiencia con la complejidad, la ambigüedad y una amplia responsabilidad.

Apoya proyectos con gran impacto, como liderar la entrada a un nuevo mercado con objetivos de ingresos definidos y supervisión presupuestaria, u ofrecerte como voluntario para liderar la implementación de un Enterprise Resource Planning (ERP, por sus siglas en inglés), que es un sistema de planificación de recursos empresariales que abarque todos los departamentos.

Estas oportunidades clave mejorarán tus conocimientos financieros, tu agilidad estratégica y tu capacidad para impulsar resultados en todas las funciones.

2. Entra en la sala, aunque sea sólo como oyente

No necesitas un cargo para aprender cómo se toman las decisiones en la alta dirección. Solicita observar reuniones de la junta directiva, presentaciones trimestrales de resultados o sesiones de estrategia ejecutiva, incluso si tu función inicial es simplemente tomar notas.

Si te parece demasiado, empieza por escuchar las llamadas de los inversores y estudiar cómo los líderes comunican las prioridades bajo presión.

Desarrollarás fluidez en el lenguaje empresarial, comprenderás la dinámica de la alineación y la disidencia y practicarás un modelo mental de cómo se toman las decisiones de alto nivel.

3. Construye un grupo de mentores intergeneracional y multisectorial

Depender únicamente de patrocinadores internos puede limitar tu perspectiva. Busca mentoría más allá de tu empresa y tu zona de confort.

Contacta a ejecutivos jubilados del sector en LinkedIn o conecta con emprendedores de tu red de exalumnos, especialmente aquellos con experiencia en áreas como salidas de capital privado o creación de valor.

Estas relaciones pueden brindarte perspectivas sin filtros, cuestionar tus suposiciones y darte acceso a perspectivas que rara vez surgen en conversaciones internas.

4. Invierte en aprendizaje estructurado y demuestra que eres profesional

Si tu empresa no invierte en el desarrollo de sus ejecutivos, debes tomar la iniciativa. Inscríbete a programas de formación ejecutiva como el “Programa de Gestión Avanzada” de Wharton o únete a un grupo de aprendizaje, como Vistage. Estos entornos te darán credibilidad y incrementarán tus capacidades. Te ayudan a desarrollar habilidades cruciales como el pensamiento sistémico, las finanzas estratégicas y el liderazgo en situaciones de incertidumbre.

Igual de importante: revelarán tu disposición a asumir roles más importantes sin necesidad de que otros te den permiso.

5. Comprende cómo funciona realmente el poder

No basta con querer un lugar en la mesa, es necesario comprender cómo se construye y cómo se gobierna. Monitorea el rendimiento de las acciones de tu empresa, lee los informes de los analistas y analiza cómo las juntas directivas evalúan el desempeño de los directores ejecutivos, especialmente a través de las divulgaciones del comité de compensación.

Desarrolla una comprensión de cómo se dirige y se define la estrategia y cómo la opinión de los accionistas influye en la toma de decisiones ejecutivas. Este nivel de fluidez te distinguirá como alguien capaz de liderar para generar valor a largo plazo, no solo ganancias a corto plazo.

6. Cultiva la presencia ejecutiva antes de que llegue el título

El liderazgo no se trata solo de las decisiones que tomas, sino de cómo las llevas a cabo. Empieza a practicar ahora. Grábate mientras presentas y revisa tus hábitos de comunicación con ojo crítico. Únete a Toastmasters o descarga otras aplicaciones para perfeccionar tu oratoria bajo presión. O intervén para mediar un conflicto interdisciplinario, no como árbitro, sino como ayuda y puente.

La presencia se gana con disciplina, autoconciencia y la exposición repetida a momentos incómodos. Cuanto antes empieces, más natural te resultará cuando haya más en juego.

Es importante recordar que tu próximo gran paso no siempre vendrá de tu empresa actual. Los ascensos se ganan, no se heredan. Sé visible. Prepárate. Y mantente abierto a oportunidades más allá de tu entorno corporativo.

Primero la actitud, luego los resultados

Hay ciertos estereotipos sobre los millennials, los califican como arrogantes o impacientes, etiquetas que ocultan la realidad de una generación que experimentó recesiones, reestructuraciones y transformaciones violentas. Los líderes más exitosos superarán estas narrativas cuando combinen confianza con humildad, pondrán las prioridades en su lugar y se prepararán.

El cambio de mentalidad fundamental es este: estar preparado, no sentirse obligado. Esto significa aceptar la ambigüedad, mantenerse receptivo a las enseñanzas y resistir la tentación de asumir que el trabajo es suyo por defecto. El liderazgo se gana a diario, en la forma en que uno se presenta, guía a los equipos y responde bajo presión.

Líderes heredados: ahora es el tiempo de impactar

Para los altos ejecutivos que aún ocupan puestos, esta transición generacional no está por verse, sino que ya ocurre. La forma en que la gestionen definirá su legado. Una transición fluida demuestra fortaleza frente al mercado y brinda a los líderes entrantes el apoyo que necesitan para alcanzar el éxito.

¿Qué está en juego si no se logra? Las renuncias imprevistas, la fuga de talento y las decisiones de liderazgo desalineadas pueden generar caos y erosionar la confianza de los accionistas. Las empresas que posponen la planificación de la sucesión hasta el último momento suelen tomar decisiones precipitadas y experimentar transiciones difíciles.

El tan esperado plan de sucesión de Warren Buffett es un ejemplo reciente y destacado de cómo hacerlo bien: público, planificado e intencional. No todas las empresas necesitan un plan a la escala de Buffett, pero un líder debería ver la transición como un acto de gestión, no para desmotivarse y rendirse.

El camino que viene

Los millennials no solo buscan puestos directivos, cada vez son más los que se sientan a la mesa. Lo que necesitan no es permiso. Es un mapa, un reto y un voto de confianza.

Las organizaciones que inviertan en prepararlos —y los líderes que se responsabilicen de su propia preparación— moldearán la próxima generación de ejecutivos y el futuro mismo de los negocios.

La espera terminó. La ventana está abierta. ¡Cruza!

Author

  • Shawn Cole

    experto en liderazgo ejecutivo, es un emprendedor con más de 20 años de experiencia en la creación y el crecimiento de empresas exitosas. Como presidente y cofundador de Cowen Partners Executive Search , cuenta con una sólida trayectoria en la búsqueda de ejecutivos, colocando a los mejores talentos en empresas de la lista Fortune 1000 y startups innovadoras.

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Sobre el autor

experto en liderazgo ejecutivo, es un emprendedor con más de 20 años de experiencia en la creación y el crecimiento de empresas exitosas. Como presidente y cofundador de Cowen Partners Executive Search , cuenta con una sólida trayectoria en la búsqueda de ejecutivos, colocando a los mejores talentos en empresas de la lista Fortune 1000 y startups innovadoras.

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