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Esta es la estrategia que usa la Gen Z para proteger su vida profesional de la IA

“Esta no es una tendencia aislada: se está convirtiendo en un patrón generacional”.

Esta es la estrategia que usa la Gen Z para proteger su vida profesional de la IA [Foto: Freepik]

El debate en torno a la IA en el trabajo sigue creciendo. Los titulares anuncian disrupción, los ejecutivos discuten sobre la productividad y los expertos no paran de especular sobre plazos. Pero en medio de todo ese ruido, la respuesta de la Gen Z en el trabajo apenas se escucha y ese silencio dice mucho.

Que la IA sustituya a los empleos de nivel inicial no es un titular lejano, es el elefante en la sala. Mis alumnos saben que es posible y no lo ven como ciencia ficción. Lo que he visto no es miedo ni negación. Es movimiento. En lugar de estancarse en debates de “¿qué pasaría si…?”, la Generación Z elige la claridad en lugar del pánico, orientando sus carreras hacia la estabilidad pero con discreción. Es un gesto que se puede pasar por alto fácilmente cuando hay otras voces más ruidosas alrededor.

Durante el último año, hablé con varios miembros de la Generación Z cambiaron por completo sus trayectorias profesionales. Algunos dejaron su carrera universitaria a mitad de camino; otros eligieron rutas “a prueba de IA”: oficios y campos que consideran más estables que lo planeado originalmente. Ya no se trata de casos aislados, sino de un patrón generacional.

La Generación Z responde a la IA con decisiones, no con discursos

Datos de Glassdoor lo confirman: 70% de la generación Z afirma que la IA en el trabajo les hizo cuestionar su seguridad laboral. Las conversaciones que tuve con ellos reflejan esa inquietud, pero de una manera práctica. Un estudiante recién graduado de preparatoria me dijo: “Quiero un trabajo que un robot no pueda quitarme. Me inclino por los oficios, especialmente la construcción”. Otro, más receptivo al papel de la IA, dijo: “Estoy pensando en la atención médica. Es difícil imaginar un mundo donde la atención médica no necesite humanidad”.

Lo que más me impactó no fue el contenido de sus respuestas, sino la ausencia de dramatismo. Nada de grandes declaraciones sobre el futuro del trabajo. Nada de pánico. Solo decisiones. En sus silenciosos cambios de actitud, se puede ver el perfil de una generación que prefiere actuar a especular. Están dibujando el futuro no con eslóganes ni etiquetas, sino con movimientos deliberados y decisivos.

Los datos lo respaldan. Una encuesta nacional muestra que 65% de la Generación Z cree que un título universitario por sí solo no los protegerá de la transformación causada por la IA y más de la mitad (53%) considera seriamente un trabajo manual o especializado, mientras que 47% se orienta hacia campos humanísticos como la salud o la educación.

Solo en California, los adultos jóvenes optan por oficios y algunos ganan más de 100,000 dólares antes de los 21 años, de acuerdo a titulares locales; motivados principalmente por la amenaza que representa la IA para los trabajos de oficina.

Esto va más allá de la planificación profesional. Es una lección generacional de adaptabilidad. Los millennials se desviaron durante la recesión de 2008, cuando desaparecieron los empleos. La generación Z está haciendo lo mismo ahora, pero con un giro diferente: la IA es el factor disruptivo, y responden no con conversaciones, sino con acciones. Y esa adaptabilidad —cambiar de rumbo temprano, diversificar las trayectorias profesionales y desarrollar resiliencia sin esperar la claridad— podría ser el modelo que las generaciones anteriores deberían aprender a medida que el trabajo sigue cambiando.

El trabajo extra que no parece trabajo

La misma encuesta reveló que 57% de la Generación Z ya tiene un trabajo extra, en comparación con 48% de los millennials, 31% de la Generación X y 21% de los baby boomers. Cuando pregunté al respecto, ninguno de los miembros de la Generación Z con los que hablé usó la frase “trabajo extra”. Uno simplemente dijo: “Vendo en tiendas de segunda mano y luego en Etsy; es básicamente lo mismo”. El otro añadió: “Restauro muebles como actividad extra. Los encontré en TikTok“.

Esa es la parte reveladora. Para la Generación Z, estas actividades no se disfrazan de proyectos que los apasionan con una marca ingeniosa, simplemente son parte de la vida. Puede que los millennials convirtieran proyectos secundarios en cuentas de marca o perfiles dinámicos, pero esta generación simplemente los lleva a cabo discretamente. Esto puede se confuso, ya que pareciera que su enfoque discreto es sinónimo de desconexión, cuando en realidad están construyendo, experimentando y almacenando sin hacerlo público.

Es más, el enfoque de la Generación Z no es solo práctico, sino instintivo, fruto de la volatilidad económica. Estas iniciativas se basan en la resiliencia y la tranquilidad, no en la validación ni el estatus.

Si el trabajo paralelo y discreto de la Generación Z es revelador, la madurez de la Generación Alfa podría ser aún más aguda. Siendo la primera generación nacida completamente en el siglo XXI, la Generación Alfa está inmersa en la tecnología, la fluidez digital y el pensamiento emprendedor desde el primer día. Los estudios demuestran que 76% de ellos aspira a ser su propio jefe o tener emprendimientos paralelos, lo que indica una mentalidad emprendedora innata.

La Generación Alfa está creciendo con la IA, las pantallas y las redes sociales como realidad básica, no como novedad. Muchos se incorporarán a un mercado laboral donde dos tercios de los empleos aún no existen, lo que exige agilidad y, quizás, una difuminación de la distinción entre trabajo principal y proyecto secundario desde el principio.

Si los millennials pusieron una marca a su trabajo y la Gen Z lo normalizó, la generación Alfa simplemente podrá vivirlo sin necesidad de etiquetas y con la expectativa de que múltiples flujos de trabajo sean el status quo.

Por qué el tema es importante

Ya hemos visto este guion antes. Los millennials se graduaron en plena recesión de 2008 y pronto descubrieron que los empleos que les habían prometido —escalones corporativos de entrada y vías claras de ascenso— habían desaparecido o se habían reducido drásticamente. Muchos desviaron silenciosamente sus carreras hacia sectores más duraderos como la tecnología, la salud o la educación. No lo anunciaron con grandes declaraciones, pero ese giro transformó industrias enteras.

Hoy la Generación Z sigue un camino similar frente a la disrupción de la IA. No esperan a que las instituciones marquen el rumbo; leen las señales y actúan. A veces eso implica priorizar estabilidad sobre prestigio, otras veces apostar por proyectos paralelos que generan independencia más allá de un solo empleador. Y lo hacen sin ruido: la ansiedad existe, pero la respuesta es pragmática.

Ahí está la lección de fondo. Mientras las generaciones anteriores esperan que la disrupción se anuncie con protestas o declaraciones enérgicas, la Generación Z encarna una adaptabilidad más silenciosa: la de actuar antes de hablar. Tal vez no dediquen horas a debatir sobre la IA, pero ya están ajustando sus decisiones de maneras que impactarán a toda la economía.

Para los trabajadores de mayor edad, conviene tomar nota. En un mundo donde la disrupción se acelera, la capacidad de adaptarse rápido, experimentar en paralelo y abrir múltiples caminos podría ser el modelo que todos necesitamos. La Generación Z demuestra que la resiliencia no es solo resistencia, sino también agilidad, visión y la humildad de cambiar de rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Author

  • Jeff Leblanc

    DBA, es conferencista en la Universidad Bentley y creador del Modelo de Liderazgo Empático y Comprometido (EELM), enfocado en estrategias de liderazgo que resuenan con la Generación Z y más allá. Como estratega, ayuda a las organizaciones a adaptarse enfatizando la amabilidad, la equidad y la estructura para retener al mejor talento.

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  • Jeff Leblanc

    DBA, es conferencista en la Universidad Bentley y creador del Modelo de Liderazgo Empático y Comprometido (EELM), enfocado en estrategias de liderazgo que resuenan con la Generación Z y más allá. Como estratega, ayuda a las organizaciones a adaptarse enfatizando la amabilidad, la equidad y la estructura para retener al mejor talento.

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Sobre el autor

DBA, es conferencista en la Universidad Bentley y creador del Modelo de Liderazgo Empático y Comprometido (EELM), enfocado en estrategias de liderazgo que resuenan con la Generación Z y más allá. Como estratega, ayuda a las organizaciones a adaptarse enfatizando la amabilidad, la equidad y la estructura para retener al mejor talento.

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