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El crecimiento personal requiere dos cosas de las que a menudo carecen los padres: tiempo y energía. Entre limpiar, cocinar y organizar las actividades extraescolares, el padre o la madre promedio solo dispone de dos horas a la semana para centrarse en su desarrollo personal.
El crecimiento personal no termina al convertirse en padre o madre. Criar hijos ofrece un aprendizaje continuo. Sin embargo, para los padres acostumbrados a medir su éxito en títulos y ascensos, a menudo no se percibe como crecimiento, especialmente cuando están privados de sueño y agotados. Para ellos, el desarrollo profesional y el personal son lo mismo. No es de extrañar que 50% sienta que la paternidad o maternidad ha secuestrado o retrasado su crecimiento.
Como coach de productividad de Headway, he visto esta situación repetirse demasiadas veces. Los padres que trabajan se preocupan por quedarse atrás, así que dedican cada segundo libre a intentar ponerse al día, a menudo sacrificando su sueño, su vida social y su autocuidado.
Es mentalmente agotador y suele provocar inseguridad, agotamiento y que los padres interrumpan su crecimiento profesional en lugar de lograr un progreso significativo.
El desarrollo personal está diseñado para quienes no tienen hijos
Con un crecimiento anual de casi 5%, el mercado global del desarrollo personal está en camino de alcanzar los 69 mil millones de dólares en 2032. Gracias al flujo constante de nuevo material de expertos líderes, nunca ha sido tan fácil superarse a uno mismo. A menos, claro está, que seas padre o madre.
Cuando los mejores libros de autoayuda abarcan cientos de páginas, para aquellos que tienen la suerte de encontrar dos horas a la semana para sí mismos, es una opción inviable.
Los padres no están excluidos del crecimiento por falta de capacidad o deseo, sino por diseño. La floreciente industria del desarrollo personal simplemente no fue creada para quienes no tienen tardes libres ni fines de semana tranquilos.
Puede que los padres no lean un libro a la semana ni pidan financiación para el desarrollo profesional, pero aun así quieren aprender.
Lo intentan, aprovechando los momentos en que los niños duermen la siesta, durante sus trayectos al trabajo o los fines de semana en lugar de descansar para que aprendan. Pero rara vez funciona.
Y cuando no funciona, puede sentirse como un fracaso. Esa sensación de quedarse atrás fomenta la frustración, el desánimo y la desesperanza. Si bien los momentos más difíciles de la paternidad son temporales, 41% admite que tener hijos ha mermado su ambición y el 18% afirma que ha truncado sus perspectivas profesionales.
Pero no tiene por qué ser así. Con las herramientas y el enfoque adecuados, los padres pueden seguir aprendiendo y creciendo sin agotarse ni relegar a sus hijos a un segundo plano.
Facilitando el autodesarrollo para los padres
Los métodos tradicionales de desarrollo personal —cursos largos, libros voluminosos y aplicaciones complicadas— no son compatibles con la realidad de criar hijos.
Lo que los padres necesitan son contenidos y herramientas breves y flexibles que permitan el microaprendizaje, facilitándoles el progreso en pequeños lapsos de tiempo sin que el aprendizaje resulte agotador o pesado.
Los estudios demuestran que no es menos eficaz. De hecho, el microaprendizaje puede aumentar la retención de conocimientos hasta 20%. Incluso pequeñas dosis de aprendizaje constante se acumulan, lo que permite a los padres progresar sin sentir que están haciendo sacrificios en otras áreas de su vida o que se están quedando atrás constantemente.
Cómo mantener tu crecimiento personal durante la paternidad (sin perder el sueño)
Si sientes que tienes que elegir entre la crianza de los hijos y el desarrollo personal, aquí te mostramos cómo puedes desterrar la inseguridad y retomar el rumbo de tu crecimiento personal:
Establece metas realistas. La cultura del trabajo frenético insiste en que debemos dormir menos y trabajar más, pero no funciona. El agotamiento laboral no favorece el aprendizaje. Solo pasarás tu tiempo libre preocupándote por tu desempeño laboral, estresándote por tu vida personal y preguntándote si deberías rendirte.
Habla con tu jefe. Puede que tu productividad baje, pero tu jefe ya sabe que eres capaz. Habla con él y pregúntale cómo puede ayudarte. Quizás te ofrezca unas horas semanales fuera de la jornada laboral para tu desarrollo personal o te cubra el costo de una suscripción a un curso de microaprendizaje.
Sé compasivo contigo mismo. La paternidad nunca es fácil, a pesar de lo que algunos digan. Te enfrentarás a interrupciones, te saltarás días y olvidarás por completo cosas que aprendiste hace cinco minutos. Es normal, así que sé compasivo contigo mismo. Aprender a ser más amable contigo mismo sigue siendo una forma de crecimiento, aunque no venga con un certificado o una titulación.
Recuerda, esto no es para siempre. “Mi carrera se acabó”, “La persona que era ya no existe”, “Nunca lograré mis metas”. Es fácil caer en un estado de ánimo pesimista, pero eso es solo la falta de sueño. Los niños crecen, requieren menos tiempo y todo vuelve a la normalidad.
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