[Ilustración: Freepik]
Los líderes más perdurables no son los que tienen un CV impecable. Son los que han sido puestos a prueba, humillados y remodelados por el fracaso.
Desde una edad temprana, me entrené intensamente para ser bailarina de ballet profesional. El ballet no era solo una pasión. Era mi identidad, mi futuro, mi mundo entero. Hasta que una audición en Viena lo cambió todo. Una lesión repentina terminó con la carrera que había pasado años construyendo.
Ese momento pudo haber marcado el final de mi historia. En cambio, se convirtió en el comienzo de una nueva. Di un giro hacia las finanzas y el marketing, construyendo una carrera en American Express y Amazon. Hoy, asesoro a consejos de administración y CEOs sobre sucesión, gobierno corporativo y estrategia de talento en Egon Zehnder, una de las firmas de consultoría de liderazgo más prestigiosas del mundo.
Una verdad me ha acompañado durante todo este viaje: Los contratiempos no son desvíos. Son regalos. Y si no has fracasado de manera significativa, quizás aún no estés listo para liderar.
LOS CONTRATIEMPOS ACLARAN LO QUE IMPORTA
Cuando las cosas no salen según lo planeado, es un momento que obliga a la reflexión. Tal vez no te dieron la promoción que esperabas, convencido de que eras el candidato más cualificado. O el producto que pensaste que establecería un nuevo récord de ventas no rindió como se esperaba, y los clientes se sintieron decepcionados.
De repente, empiezas a hacerte preguntas diferentes: ¿Estás comunicando tu impacto con claridad? ¿Has construido un sólido respaldo? ¿Te reconocen como un líder o simplemente como alguien que ejecuta bien? ¿Puedes pivotar de forma rápida y creativa según cambien las circunstancias?
El fracaso sacude nuestra sensación de certeza y expone lo frágiles que pueden ser las narrativas que tenemos sobre nosotros mismos. Nos recuerda que el éxito no siempre es lineal y que el desempeño no habla por sí solo. Estos momentos son duros, pero también nos enseñan la diferencia entre hacer un buen trabajo y ser visto como listo para liderar.
LA RESILIENCIA NO SE CONSTRUYE EN MOMENTOS DE TRIUNFO. SE FORJA CON DESAFÍOS
Mary Barra, ahora CEO de General Motors, ascendió en el área de ingeniería y manufactura en una época en que pocas mujeres ocupaban esos roles. Su experiencia resultó esencial en 2014, cuando GM enfrentó una gran crisis por fallas en los interruptores de encendido. Barra no eludió la culpa. Se dirigió directamente al Congreso, asumió la responsabilidad y comenzó a remodelar la cultura de la empresa.
Eso pudo haber sido un fracaso definitorio. En cambio, se convirtió en un momento decisivo.
La historia de Barra es un recordatorio de que el liderazgo no se trata de que nunca te cuestionen. Se trata de responder a los desafíos con claridad, coherencia y voluntad de crecer. En última instancia, la resiliencia se construye en los momentos silenciosos y difíciles en los que nadie te anima.
CONVICCIÓN SIN ESCUCHAR ES ARROGANCIA
Jeff Bezos dijo una vez que Amazon triunfa por ser “obstinado en la visión, flexible en los detalles”. Esa mentalidad ayuda a explicar cómo incluso un producto como el Fire Phone, un fracaso comercial, aún cumplió un propósito estratégico.
En lugar de insistir en un error, Amazon escuchó los comentarios de los clientes, aprendió de la experiencia y utilizó esas ideas para desarrollar Alexa. La distinción es importante: La convicción sin escuchar es arrogancia. ¿Pero la convicción que se adapta según lo que los clientes te dicen? Eso es liderazgo.
Lamentablemente, la pasión no reemplaza la verdad del mercado. La tenacidad puede convertirse fácilmente en visión de túnel. Como líderes, nuestro trabajo no es solo tener ideas. Es asegurarnos de que esas ideas le importen a alguien más. Si no escuchamos —a nuestros equipos, a nuestros clientes, al mundo que nos rodea— entonces estamos construyendo en el vacío.
LAS IDEAS SOLO IMPORTAN SI OTROS CREEN EN ELLAS
En mi trabajo asesorando a CEOs y consejos, conozco líderes con ideas muy buenas que luchan por influir en los demás. Saben lo que hay que hacer, pero no pueden conseguir que la gente los acompañe. Eso no es un problema estratégico. Es un problema de liderazgo.
La influencia comienza con la empatía. La capacidad de ver lo que otros valoran, dónde dudan y cómo conectar con ellos. A menudo, esa empatía se forja a través del fracaso. Cuando los líderes no alcanzan sus metas, se ven obligados a ver sus puntos ciegos, escuchar verdades duras y confrontar el impacto real de sus decisiones.
Considera a Satya Nadella, CEO de Microsoft. Después de algunos tropiezos iniciales en la estrategia móvil de Microsoft, adoptó una cultura más colaborativa y orientada al aprendizaje que valoraba escuchar por encima del ego. Ese cambio le ayudó a reconstruir la confianza internamente y a reposicionar a Microsoft como una empresa más ágil y empática.
La historia de Nadella es un poderoso recordatorio de que el fracaso no es solo una prueba de resiliencia. Es una oportunidad para convertirse en el tipo de líder que otros realmente quieren seguir.
EL FRACASO CONSTRUYE HUMANIDAD. Y LA HUMANIDAD CONSTRUYE LIDERAZGO
Muchos de los líderes más respetados hoy en día tienen carreras marcadas por traspiés públicos y reinvenciones personales. En el proceso, han desarrollado resiliencia y una empatía más profunda: los cimientos de un liderazgo sólido.
Porque los contratiempos no solo te humillan, te humanizan. Y el liderazgo sin humanidad no perdura.
El ballet sigue siendo parte de mí. Asisto a actuaciones. Algunos de mis amigos más cercanos son bailarines y coreógrafos. En un giro del destino, ahora tengo una hija que ya es una bailarina más talentosa de lo que yo nunca fui. Verla en el escenario me recuerda que lo que una vez pensé que era el final de mi historia fue en realidad el comienzo de la suya.
Ese es el regalo inesperado de los contratiempos. No solo cierran puertas. Abren otras mejores. Pero solo si estás dispuesto a atravesarlas sin la armadura de la perfección.
TU MEJOR CAPÍTULO PUEDE COMENZAR EN TU MOMENTO MÁS DURO
Mientras asesoro a CEOs y consejos que navegan por la complejidad, veo un patrón claro. Los líderes más efectivos son aquellos que han sido puestos a prueba por las dificultades y mantienen su convicción mientras permanecen abiertos al desafío. Son los que entienden que cada tropiezo es una oportunidad para repensar, replantear y resurgir con más fuerza.
En un mundo de disrupción implacable, necesitamos líderes que puedan metabolizar el fracaso en progreso. Necesitamos líderes que entiendan que la credibilidad no se construye sobre tener siempre la razón, sino sobre cómo respondes cuando te equivocas.
Así que si estás enfrentando un contratiempo, no te apresures a superarlo. Podría muy bien ser el mayor regalo que recibas en tu viaje de liderazgo. Acéptalo, aprende de él y permítele remodelarte.
Porque la historia que planeaste podría no ser la historia que estás destinado a vivir. Y tu mejor capítulo podría ser el que comienza justo después de tu mayor contratiempo.
El cierre de las inscripciones a los World Changing Ideas Awards de Fast Company es el viernes 12 de diciembre. Aplica hoy.
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