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Por qué, incluso en la era de la IA, el carácter importa más que las habilidades

Porque eso es lo que revela el verdadero talento.

Por qué, incluso en la era de la IA, el carácter importa más que las habilidades [Foto: Freepik]

Imagina que estás viendo un partido de basquetbol. No te fijas en las estadísticas, sino en cómo los jugadores leen la cancha, cambian de dirección cuando una jugada se desmorona y celebran las victorias de sus compañeros. Esos momentos revelan mucho más sobre cómo rinde alguien bajo presión que cualquier estadística.

Pienso en la contratación de la misma manera. Al igual que una hoja de estadísticas, un currículum puede enumerar los logros y habilidades de alguien, pero no mostrará su carácter, cómo se adapta bajo presión ni cómo apoya a un equipo.

Sin embargo, en la era de la IA, las empresas suelen pasar esto por alto, priorizando las habilidades técnicas. Según un informe de 2024 de Microsoft y LinkedIn, 71% de los empleadores afirmó que elegiría a un candidato con dominio de la IA pero con menos experiencia antes que a alguien con más experiencia pero con conocimientos limitados de IA.

La capacidad técnica es importante, por supuesto. Pero en un mundo donde la tecnología evoluciona semana tras semana, también lo hacen las habilidades necesarias para mantenerse al día. Por eso no me fijo en la habilidad, sino en el carácter. 

Porque cuando todo lo demás cambia, el carácter es lo único que no se puede automatizar ni aprender a base de instrucciones. Es la base para construir una cultura que triunfe en conjunto, no solo que trabaje en conjunto.

Aunque la tecnología sigue cambiando, la cultura perdura

Nos encontramos en lo que los economistas de Goldman Sachs denominan un periodo de “crecimiento sin empleo“: una era en la que la economía se expande, pero la contratación se estanca. Hay menos vacantes, más solicitantes y una menor actividad en ambos sectores.

Al mismo tiempo, la IA transforma la definición de trabajo y las necesidades de las empresas. Existe una fuerte competencia por contratar al candidato que domine el último modelo o tenga experiencia con las herramientas más novedosas. Sin embargo, nadie sabe con certeza qué significan las “habilidades en IA” dentro de seis meses. PwC descubrió que los requisitos para los puestos relacionados con la IA cambian 66% más rápido que en otros empleos, más del doble del ritmo de cambio de hace tan solo un año. Lo que hoy es vanguardista podría quedar obsoleto el próximo trimestre.

Aun con un mayor número de candidatos, muchas empresas siguen contratando personal en un contexto de cambios constantes, persiguiendo estándares técnicos que evolucionan continuamente. Y en una economía donde la estabilidad laboral es clave; en un contexto donde los empleados permanecen más tiempo en sus puestos y los ciclos de contratación se vuelven más lentos, cada decisión pesa mucho más. Las personas que contrates hoy marcarán el rumbo de tu empresa en los próximos años.

Por eso la cultura importa más que nunca. Muchas veces se le trata como un simple “ambiente” intangible, como si apareciera por arte de magia cuando se junta a las personas correctas. O peor aún, se confunde con tener equipos homogéneos: gente con la misma formación, que habla igual y piensa igual. Eso no es cultura, es comodidad.

La verdadera cultura se basa en la química. Se construye de manera intencional a partir de cómo las personas piensan, colaboran y se levantan juntas cuando algo sale mal. Y en un entorno donde la tecnología redefine las funciones laborales una y otra vez, esa química es lo que permite a los equipos avanzar más rápido, fortalecerse y mantenerse resilientes frente a ciclos constantes de disrupción y reinvención.

Construye una cultura resiliente, una entrevista de carácter a la vez

Tras años realizando entrevistas sobre cultura organizacional, sé que una buena contratación puede impulsar un equipo, y una mala puede desmoronarlo con la misma facilidad. Busco personas que mantengan la calma bajo presión, piensen críticamente y se guíen por un propósito, no por títulos; cualidades que perduran mucho tiempo después de que cambien las funciones, las herramientas y las tecnologías.

Las entrevistas culturales son donde se ve esto en la práctica; eliminan la superficialidad y muestran por qué alguien está sentado frente a ti. Estas son algunas maneras en que abordo las entrevistas para comprender mejor a la persona detrás del currículum.

  1. Formar parte de la conversación

Como ejecutiva de Recursos Humanos, me aseguro de liderar todas las entrevistas sobre cultura organizacional que puedo, porque las personas que contratamos moldean la cultura, y la cultura moldea el negocio. Esa es una responsabilidad de la que ningún líder sénior debería desentenderse.

Cuando los altos directivos dedican tiempo a las entrevistas, transmiten a los candidatos que la cultura organizacional no es solo un tema de conversación, sino que se toma en serio y se asume como propia en todos los niveles. Como ejecutivo, estar presente en la reunión permite comprender mejor la energía, la mentalidad y los valores que una persona aportará al equipo.

También es una oportunidad para establecer un respeto mutuo y un compromiso desde el principio. Si los líderes esperan que los candidatos se comporten con honestidad y humildad, nosotros también debemos hacerlo. Esto comienza con estar plenamente presentes, dejando claro que su tiempo es tan valioso como el nuestro.

  1. Utiliza la coherencia para revelar el carácter

En cada entrevista cultural, hago las mismas preguntas clave, no porque busque respuestas perfectas, sino para percibir el nivel de entusiasmo que hay detrás de ellas. Cuando los candidatos parten del mismo punto, se empiezan a notar características que no se pueden ensayar, como la reflexión, la curiosidad y el entusiasmo.anuncio

La confianza puede confundirse fácilmente con la competencia, sobre todo cuando las personas han perfeccionado sus respuestas «correctas». Pero la coherencia ayuda a identificar patrones: ¿Quién se detiene un momento a reflexionar? ¿Quién conecta ideas en lugar de simplemente recitarlas? ¿A quién se le ilumina la cara al hablar de sus metas profesionales?

En una época en la que ChatGPT y Copilot pueden redactar un currículum y preparar a los candidatos mediante entrevistas simuladas, un marco de trabajo coherente ayuda a discernir entre el rendimiento y la honestidad y la autoconciencia.

  1. Recuerda que las preguntas son un camino recíproco

Algunos de los momentos más reveladores en una entrevista cultural se dan cuando las preguntas son recíprocas. Presto mucha atención a lo que preguntan los candidatos, porque sus preguntas pueden decir tanto como sus respuestas.

¿Están intentando comprender cómo se toman las decisiones, cómo colaboran los equipos, qué significa el crecimiento profesional? Eso me indica que les importa algo más que un título o un sueldo. Están pensando en el entorno al que podrían incorporarse.

La curiosidad demuestra interés. Cuando un candidato me hace una pregunta difícil —de esas que me hacen reflexionar— lo respeto. Demuestra que aportará la misma honestidad e iniciativa una vez que forme parte del equipo, y eso es lo que fortalece la cultura.

  1. Busca los mismos valores, no la misma historia

El gran talento existe en todas partes; la clave está en saber qué buscar. Ya sea que entreviste en Milwaukee o Medellín, busco las mismas cualidades esenciales: curiosidad, empuje, honestidad y autoconocimiento.

Lo que cambia es cómo las personas expresan esos valores: qué significa la ambición para ellas, qué implica la estabilidad en su mundo, cómo definen el éxito. Reconocer esos matices es la clave para construir una cultura que trascienda fronteras, departamentos y generaciones.

La estructura permanece igual, pero la conversación se adapta. Al saber qué mantener constante y qué adaptar, se construye y se conserva una cultura que perdura a través de las tecnologías.

Las habilidades cambiarán, pero el carácter permanece constante

La tecnología va a seguir avanzando más rápido que cualquier descripción de puesto; eso no está en debate. Pero el carácter no depende de actualizaciones. Es lo que mantiene la estabilidad de una empresa cuando todo lo demás está en movimiento.

Contratar bien no significa apostar por la próxima habilidad de moda. Significa armar equipos capaces de adaptarse y resolver problemas juntos, sin importar qué herramienta nueva aparezca mañana.

Y por más avanzada que sea la tecnología de tu empresa, siempre necesitarás personas que se acompañen, que colaboren y que crezcan con el trabajo. Las habilidades cambian. Las plataformas evolucionan. ¿Pero la cultura? Esa es lo que perdura.

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Sobre el autor

Tessa Pelkowski es directora de recursos humanos en Neostella.