Cómo jugar videojuegos me hizo mejor inversionista de capital de riesgo

Al igual que cualquier nueva forma de entretenimiento, inicialmente popular entre niños y adolescentes, los videojuegos generaron desconfianza, desdén e incluso alarmismo. Hoy en día, son una parte integral de la cultura pop, pero la idea de que los videojuegos son una pérdida de tiempo sigue vigente. Es muy improbable que un gurú de la productividad te aconseje jugar a un videojuego.

Dicho esto, como inversionista de riesgo y jugador, insisto en que los videojuegos no son contraproducentes; ayudan a desarrollar habilidades que los inversionista de capital riesgo, emprendedores, gerentes y líderes necesitan, a la vez que te permiten desconectar del estrés y recargar energías.

Mi hermano gemelo, Roman, y yo somos ávidos jugadores desde la infancia, cuando jugábamos a Los Vikingos Perdidos (1993), Aladdin (1993) de Disney, Doom (1993) y Quake (1996) juntos, compartiendo la primera computadora de la familia. Nos reuníamos con amigos para jugar a Heroes of Might and Magic III (1999) y Warcraft III (2002) todo el día. Ahora, a los 35 años, gestionamos conjuntamente GEM Capital, una de las empresas de capital riesgo de videojuegos más grandes del mundo.

Hemos mantenido nuestra pasión por los videojuegos a lo largo de nuestra vida, lo que nos ha proporcionado no solo un profundo conocimiento del sector, sino también un conjunto de habilidades profesionales esenciales. Para ilustrarlo, seleccioné cinco de esas habilidades y las emparejé con el juego que, en mi opinión, tuvo el mayor impacto:

1. Priorización de tareas

Juego: Heroes of Might and Magic III

¿Cómo es la jornada laboral de un inversionista de capital riesgo? Llamadas de equipo, reuniones de la junta directiva con las empresas de su cartera, negociaciones de nuevos acuerdos, reuniones con inversionistas, llamadas con auditores, reuniones con los equipos jurídico y financiero, comunicación con periodistas, y la lista sigue y sigue. Cada día, la cantidad de tareas supera con creces las horas disponibles. Esta carga de trabajo no es para todos; exige una gestión inteligente del tiempo y una priorización de tareas.

Mi experiencia en Heroes of Might and Magic III siempre me ayuda con esto. El juego obliga constantemente a los jugadores a priorizar tareas. ¿Qué debo hacer en este turno: construir un nuevo edificio generador de unidades o mejorar el castillo? ¿Conquistar una mina de oro o capturar una fortaleza enemiga? ¿Qué héroe debo enviar a qué misión? Dadas las cientos de horas que dediqué a este juego, se podría decir que me he preparado para mi carrera como inversionista de capital riesgo desde la infancia.

2. Comunicación efectiva

Juego: World of Warcraft

Como inversionista, no solo financiamos ideas de negocio, sino que siempre buscamos a las personas adecuadas: los mejores fundadores y los mejores equipos. El capital de riesgo, en esencia, se centra principalmente en las personas y en cómo nos comunicamos con ellas. Nuestro trabajo más crucial gira en torno a las negociaciones con socios, empresas de cartera y nuevos objetivos.

¿Sabes dónde más es vital la comunicación? En los juegos multijugador en línea. Para mí, World of Warcraft (WoW) fue la mayor contribución a mis habilidades comunicativas. No puedo evitar comparar el trabajo de un inversionista de capital riesgo con el de un líder de hermandad o de banda en WoW. Ambos roles requieren mucha comunicación: motivar al equipo, resolver conflictos y establecer prioridades. Con la cantidad de bandas que dirigí en WoW durante la escuela y la universidad, se podría decir que llevo el trato con la gente en la sangre.

3. Trabajo en equipo

Juego: League of Legends

Es difícil imaginar un inversionista de capital riesgo exitoso sin un equipo sólido y ambicioso. Por eso es importante el trabajo en equipo. Necesitas ser capaz de maximizar el potencial de cada miembro de tu equipo y la sinergia entre ellos.

En mi opinión, no hay mejor analogía para el trabajo en equipo en el capital de riesgo que el trabajo en equipo que se requiere en League of Legends (LoL). En ambos casos, un pequeño grupo de personas con ideas afines se une para lograr un objetivo ambicioso. Mi experiencia jugando a LoL con mis amigos del colegio en equipo hace 15 años me ha ayudado enormemente a desarrollar mis habilidades de trabajo en equipo.

4. Toma de decisiones rápida

La saga de juegos: Doom, especialmente Doom Eternal

Un inversionista de capital de riesgo debe ser capaz de tomar las decisiones correctas rápidamente. Si duda de una buena oferta, se pierde. Un retraso en la toma de decisiones en momentos críticos puede ser fatal para las empresas de su cartera. Necesitas pensar y actuar con rapidez.

La saga Doom me enseñó a reaccionar rápidamente ante los acontecimientos, esquivar los ataques enemigos, moverme estratégicamente y atacar con velocidad. En retrospectiva, todas las tardes que pasé jugando al primer Doom con mi padre y mi hermano fueron la base de mi capacidad de reacción rápida.

5. Persistencia y resiliencia

Juego: Elden Ring

Ser un inversionista de capital riesgo no es todo color de rosa. Algunas inversiones no darán los resultados esperados, algunos riesgos no darán frutos, algunas negociaciones no serán fáciles. Es importante mantener el rumbo y el entusiasmo cuando las cosas no salen como uno quiere.

Los fans de la saga Dark Souls, y especialmente de Elden Ring, me entenderán. El tiempo que dediqué a intentar derrotar a los jefes de ese juego es incontable. Pero, al final, el éxito siempre llega, y el esfuerzo invertido lo hace aún más dulce. Este juego me enseñó a superarme, a luchar sin descanso y a nunca rendirme. Creo que esto me ayuda muchísimo en mi trabajo actual.

A pesar de la creencia popular de que los videojuegos son una pérdida de tiempo, estos han forjado un conjunto de habilidades en las que confío plenamente como inversionista de capital de riesgo. Estas incluyen la priorización inteligente de tareas, la comunicación eficaz, el trabajo en equipo, la rapidez de reacción ante desafíos inesperados y la perseverancia para alcanzar los premios que me esperan. Además, convertir lo que amo y disfruto profundamente en mi trabajo me mantiene feliz.