10 maneras en que uso la IA para ser un mejor periodista

Se habla mucho sobre una burbuja de inteligencia artificial (IA), impulsada en parte por la percepción de que las ganancias de productividad derivadas de la IA son en gran medida ilusorias. No puedo hablar del mercado ni de si la IA está ampliamente sobrevalorada o infravalorada, pero puedo decirles que solo en el último año, la IA ha transformado por completo mi forma de trabajar.

Al observar las herramientas actuales que no existían hace un año —investigación profunda, agentes de navegador, los grandes avances en rendimiento de los modelos más recientes—, la IA puede acelerar o mejorar de múltiples maneras muchas tareas de los profesionales del conocimiento, especialmente de los periodistas. Como periodista independiente, quizás estoy un poco menos limitado que la mayoría —mi política de IA es la que yo quiero—, y la IA me ha hecho replantearme cómo se realiza cada parte del trabajo.

Así que, con o sin burbuja, ese cambio ya está aquí. Para aclarar y mostrar herramientas útiles, he resumido varias formas en que empleo la IA en mis escritos, investigaciones y reportajes. La manera más clara de organizarlo es seguir el proceso narrativo: desde generar ideas hasta publicar y compartir en redes sociales.

10 maneras en que uso la IA como periodista y creador de contenido:

1. Monitoreo de ritmo: Cada reportero controla un conjunto distinto de historias, y la capacidad de la IA para personalizar y resumir resulta extremadamente útil. ChatGPT Pulse recopila historias, explica su relevancia y añade información personal como la agenda, aunque está limitado al plan Pro de 200 dólares mensuales. Una alternativa más simple, pero igualmente útil, son las tareas programadas en ChatGPT o Perplexity, que buscan las últimas historias y las envían al correo.
2. Lectura rápida: Cuando encuentro un artículo que me interesa, suelo leer el resumen antes de decidir si quiero dedicarle tiempo. Hay un botón específico para esto en el navegador Comet de Perplexity, y existen numerosas extensiones de navegador que lo hacen para Chrome. En X, la posibilidad de responder a cualquier publicación con “@grok, ¿de qué trata esta publicación?” para obtener una explicación breve e instantánea me ahorra mucho tiempo, sobre todo con memes y tendencias que veo por primera vez.
3. Profundizando: Cuando NotebookLM de Google causó sensación el otoño pasado con su capacidad para crear podcasts conversacionales instantáneos, muchos lo descartaron como un truco. Pero considero que esta función es una herramienta increíblemente útil para familiarizarse con un tema o noticia. Puedes colocar una sola URL en la carpeta o usar la nueva función de Búsqueda Rápida para encontrar una noticia, generar tu resumen de audio y ¡listo!, tendrás un podcast corto sobre el tema que estás investigando.
4. Ideas para historias: Encontrar conexiones y ángulos ausentes entre historias seguirá siendo un proceso humano, aunque NotebookLM resulta un aliado útil en este escenario. Al pedirle sugerencias basadas en preguntas implícitas o no respondidas dentro del conjunto de artículos, suele ofrecer un excelente punto de partida para nuevas ideas.
5. Entrando en detalles: Una vez que tengo clara la idea que tengo en mente, es hora de investigar. La IA es, obviamente, excelente en esto, especialmente las herramientas de investigación profunda que han surgido el año pasado. Las uso todas, pero de forma diferente: Perplexity es excelente para una primera pasada: es rápida, pero no suele ser tan exhaustiva como las demás. Generalmente, Gemini me parece la mejor para encontrar fuentes en la web, pero no tan buena para priorizarlas. Mi herramienta preferida para una investigación seria es ChatGPT, que considero la más exhaustiva. También es excelente para dirigir sus capacidades de investigación profunda hacia dentro, dirigiéndolas a un gran conjunto de archivos en una carpeta de Google Drive o Dropbox —a través de Conectores—.
6. Información muy específica: Cuando la clave de tu historia reside en un documento o dato singular, resulta útil externalizar su búsqueda a un agente de búsqueda. Por ejemplo, los documentos judiciales suelen almacenarse en servicios de difícil acceso. Encontrar el caso adecuado suele implicar varias búsquedas, sobre todo si no se está seguro de los nombres exactos o del tribunal específico. Con tareas tan claras como esta, un agente de búsqueda como Comet o ChatGPT Atlas es el becario de investigación perfecto, ya que suele encontrar justo lo que se busca en tan solo unos minutos.
7. Coach de escritura: Ahora que he recopilado y procesado todo el material de referencia, es hora de escribir. Para mis columnas y reportajes originales, no dejo que la IA escriba por mí, pero a menudo la uso como coach. He creado una GPT personalizada que actúa como un entrevistador inquisitivo: me sondea con varias preguntas —verbalmente—, graba mis largas respuestas y, una vez terminadas, las recopila en un esquema. A partir de ahí, me pongo manos a la obra, a veces recurro al coach cuando tomo un rumbo inesperado. Este proceso me ayuda a escribir en aproximadamente la mitad del tiempo que antes.
8. Becario de escritura: Escribo un resumen de noticias para mi boletín de los jueves, con cada artículo coescrito por una IA. Para estas breves reseñas, he creado un Proyecto Claude entrenado con mi estilo, el formato del resumen y el público objetivo. Al recibir una noticia o tendencia, escribe un resumen de un párrafo en mi estilo, que luego edito y modifico. Convierte un proceso de 15 minutos en algo que me toma unos cinco. —Y sí, soy totalmente transparente con mi público cuando la IA actúa como coautora—.
9. Mesa de redacción: Todo lo que escribo pasa por mi mesa de redacción de IA: primero, un GPT personalizado lo analiza de forma crítica pero constructiva, sugiriendo ediciones —y, a veces, más investigación— para fortalecer el texto. Luego, otro GPT realiza una revisión, con el objetivo de hacerlo más informativo o más coloquial, según el contexto. Es importante destacar que ninguno de los GPT realiza reescrituras automáticas; todas son sugerencias que puedo aceptar o rechazar.
10. Gestor de redes sociales: Cuando la publicación está lista, uso un sistema que redacta automáticamente textos para LinkedIn, tanto en mi perfil como en la página de The Media Copilot. No pego nada manualmente; empleo Zapier, una herramienta de automatización que genera las publicaciones y las coloca en cola para mi revisión. Este proceso evita idas y vueltas entre ventanas y garantiza que nunca pierda ninguna publicación importante.

La IA es un acelerador de tareas

Espero que identifiquen un patrón: cada proceso muestra que la IA capta mi atención, pero siempre prioriza mi enfoque humano. Considero que la IA es un acelerador extraordinario para tareas específicas en la creación de historias, aunque requiere revisión y juicio humano constante. Aunque puede actuar como un pasante útil en formatos concretos, en textos sustanciales mantengo la escritura realizada por humanos.

Ese enfoque en el ser humano se mantendrá, sin importar cuán inteligentes y automatizadas se vuelvan las partes del proceso. La IA seguirá mejorando, pero su propósito es claro: perfeccionar, acelerar y amplificar mi comunicación con el público humano. Las máquinas pueden ser grandes aliadas, aunque si ocupan el centro de atención dejamos de comunicar y solo producimos contenido vacío. Los medios acaban de experimentar una era dominada por el SEO, los algoritmos y el pensamiento del mínimo común denominador. No volvamos a hacerlo.