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La demanda de Cards Against Humanity contra Elon Musk es un gran truco publicitario —pero plantea un punto serio

Los creadores del popular juego de cartas demandaron a SpaceX por 15 millones de dólares por tirar basura en un terreno que habían comprado en 2017 para evitar que Trump construyera un muro fronterizo.

La demanda de Cards Against Humanity contra Elon Musk es un gran truco publicitario —pero plantea un punto serio [Foto: Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic, Anne Farrar/The Washington Post vía Getty Images]

Nadie hace tantos trucos publicitarios como Cards Against Humanity. La compañía es dueña del juego de cartas homónimo. Este es como un Mad Lib competitivo para los fanáticos de Rick y Morty. La marca ha sido irreverente anteriormente. En años pasados, envió a clientes cajas de heces reales y cavó un enorme hoyo en el suelo —en ambos casos, como comentario satírico sobre el Black Friday—. La empresa de juegos para fiestas se enorgullece de generar titulares que reflejan hábilmente el humor coprológico del juego.

Sin embargo, su último truco publicitario es una demanda contra SpaceX de Elon Musk, acompañada de un sitio web lleno de palabras obscenas. Esta tiene que ver con algo más que trollear a una figura pública controvertida o atraer la atención por cualquier medio necesario. Detrás de su postura simplona y rebelde, la demanda de Cards Against Humanity es una posición contra las tácticas agresivas de intimidación de los oligarcas tecnológicos.

ASÍ EMPEZÓ LA HISTORIA DE CARDS AGAINST HUMANITY Y ELON MUSK

Todo empezó en 2017, con otra maniobra de Cards Against Humanity. En los primeros días de la administración de Trump, los creadores lanzaron la iniciativa, con un título poco convencional: Cards Against Humanity Saves America. En ella pedían a los fans que donaran 15 dólares para que la empresa comprara un terreno en la frontera entre Estados Unidos y México. Esto sofocó ligeramente los esfuerzos del entonces presidente por crear un muro fronterizo. “Estamos en 2017 y el gobierno está dirigido por un inodoro”, se lee en el texto de la campaña antes de profundizar en los detalles. Al final, 150,000 fans se unieron a la iniciativa y ayudaron a conseguir un terreno que obstaculizaba el paso en el condado de Cameron, Texas.

El pedazo de tierra se había mantenido en su estado natural desde entonces. Pero según se informa, SpaceX supuestamente comenzó a invadirla a principios de año y a dejar escombros a su alrededor.

Según la demanda, SpaceX había adquirido anteriormente más tierras cercanas. Entonces, comenzó a utilizar la propiedad del condado de Cameron como vertedero de materiales de construcción, sin pedir permiso. Cards Against Humanity ahora está demandando a Musk por 15 millones de dólares (mdd). La empresa promete regalar esas ganancias a los 150,000 fanáticos que ayudaron a financiar la compra hace siete años. La cantidad de 100 dólares cada uno se menciona en la descarada URL del sitio web ElonOwesYou100Dollars.com, que contiene fotos de cómo SpaceX “jodió por completo ese terreno con grava, tractores y basura espacial”.

Por supuesto, algunas de estas afirmaciones parecen poco serias, como la parte en la que la empressa ofrece aceptar “Twitter.com” como compensación, en lugar de 15 mdd, lo que hace referencia al valor en declive de la plataforma. Los representantes de Cards Against Humanity no respondieron a una solicitud de comentarios.

En su sitio web, la empresa afirma que, como impulso para la demanda, al arruinar la naturaleza prístina del terreno, Musk está dañando la reputación de Cards Against Humanity de hacer promesas escandalosas y cumplirlas. “Si no tomamos medidas ahora”, se lee en el sitio, “¿por qué alguien volvería a confiar en nosotros?”.

La idea de que cualquier cosa que no sea librar una batalla judicial costosa y prolongada pueda parecerles a los fanáticos de la empresa de juegos una falta de cumplimiento del deber es pura farsa. La reputación de la empresa de ir hasta el final con sus ridículas promociones parece segura por ahora, sin importar lo que suceda en esta disputa legal por el terreno.

Sin embargo, la verdadera razón de la demanda, más allá de la publicidad —y quizás de cierta animosidad legítima hacia Musk—, no es solo que SpaceX se haya negado a cumplir. Más bien, parece surgir de la manera en que SpaceX se negó a cumplir.

Como lo describe Cards Against Humanity en su nuevo sitio: “Después de que descubrimos [a Musk dejando material en la propiedad], SpaceX nos dio un ultimátum de 12 horas para aceptar una oferta muy por debajo de la mitad del valor de nuestro terreno”. Fast Company se ha puesto en contacto con SpaceX para obtener comentarios y actualizará la información si responde.

Esta descripción coincide con la manera en que los propietarios de viviendas de la zona describen los esfuerzos de SpaceX por comprarlos, como informó recientemente Reuters. Una jubilada entrevistada en el artículo de la agencia de noticias recuerda haber recibido una oferta de “tómalo o déjalo” de 340,000 por sus dos casas —SpaceX se negó a comprar solo una—. En junio pasado, SpaceX estaba valorada en 210,000 mdd.

LA DEMANDA DE CARDS AGAINST HUMANITY ES MÁS QUE PUBLICIDAD

La campaña de Cards Against Humanity está diseñada para crear publicidad. Sin embargo, también es un llamado de atención sobre la reputación del multimillonario tecnológico y sus tácticas de intimidación.

Por ejemplo, cuando Musk quiso que los trabajadores de Tesla volvieran a la oficina en 2022 después de la cuarentena, no comunicó el razonamiento de su decisión. Tampoco hizo que la medida fuera gradual, ordenando, por ejemplo, trabajar dos días a la semana al principio y aumentar los días con el tiempo. En cambio, al parecer les dio un ultimátum a los trabajadores de Tesla. O volvían a la oficina o buscaban un nuevo trabajo. Esta medida, según informó la CNBC, provocó varios problemas, incluido un descenso de la moral de la empresa.

Más tarde ese mismo año, cuando Musk se hizo cargo de Twitter, les presentó a los empleados que no había despedido otro ultimátum: comprometerse a un trabajo “extremadamente duro” (definido vagamente como una carga de trabajo y una mentalidad que suenan agotadoras) o renunciar. Los empleados tenían hasta las 5 p.m. del día siguiente, 24 horas en total, para decidir.

Ambos ultimátums son una ostentosa exhibición de poder que no deja margen para actuar. Esta parece ser una faceta habitual del modus operandi de Musk.

Sin embargo, a veces sus tácticas agresivas le funcionan en su contra. Musk las utilizó en una oferta de adquisición hostil por Twitter en 2022, por razones que aún no están claras. Pero cuando la empresa aceptó su oferta 11 días después, Musk tuvo que seguir adelante con la compra, a pesar de sus esfuerzos por salir del acuerdo. Tal vez el enfoque combativo de SpaceX en el acuerdo de tierras con los creadores de juegos también resulte contraproducente.

Parte de la campaña de presión contra SpaceX se está llevando a cabo actualmente en X/Twitter. Cards Against Humanity creó plantillas para tuitearle a Musk directamente sobre el acuerdo de tierras. Se podía escribirle personas que que ayudaron a comprar el terreno o simplemente un observador preocupado. Parece que muchos usuarios de X tuitean ambas plantillas.

Es el tipo de campaña que podría inspirar a Musk, un hombre muy litigioso, a presentar una demanda —tal vez alegando acoso selectivo—. Pero una contrademanda probablemente solo atraiga más atención hacia Cards Against Humanity. Y ese parece ser, al menos en parte, el objetivo.

Author

  • Joe Berkowitz

    Es columnista de opinión en Fast Company. Su libro más reciente,American Cheese: An Indulgent Odyssey Through the Artisan Cheese World, está disponible en Harper Perennial.

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  • Joe Berkowitz

    Es columnista de opinión en Fast Company. Su libro más reciente,American Cheese: An Indulgent Odyssey Through the Artisan Cheese World, está disponible en Harper Perennial.

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Sobre el autor

Es columnista de opinión en Fast Company. Su libro más reciente,American Cheese: An Indulgent Odyssey Through the Artisan Cheese World, está disponible en Harper Perennial.

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