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Las maneras correctas (e incorrectas) de reconocer a tus empleados

Estos son algunos consejos para reconocer a tu equipo y motivarlos a crecer (y funcionan).

Las maneras correctas (e incorrectas) de reconocer a tus empleados [Foto: Studio Romantic/Adobe Stock]

A pesar de los años de titulares sobre la importancia del bienestar y la cultura laboral, el último informe de Gallup sobre el Estado Global del Trabajo presenta un panorama desolador: el compromiso de los empleados a nivel mundial volvió a disminuir. Sin embargo, un facto que hace diferencia, aunque poco conocido, pero profundamente efectivo, es reconocer a tu equipo y mostrarle aprecio que se sienta genuino.

Puede considerarse una soft skill, pero cuando se practica con constancia y cuidado, el reconocimiento puede transformar equipos, reconfigurar el cerebro y revitalizar culturas enteras. Así es como los líderes pueden convertir el reconocimiento diario en una poderosa fuerza para el rendimiento, y por qué es una de las herramientas menos explotadas del manual de liderazgo:

1. Comprender la neurociencia

El agradecimiento no sólo produce una sensación de bienestar, sino que cambia el cerebro y puede ser una herramienta de liderazgo de alto impacto, según Amy Brann, experta en neurociencia aplicada, fundadora de Synaptic Potential y autora de Make Your Brain Work.

“Expresar agradecimiento aumenta la dopamina y la serotonina tanto en quien da como en quien recibe, activando regiones cerebrales asociadas con la motivación, la conexión y la regulación emocional”, explicó.

Es importante destacar que la apreciación también ayuda a las personas a superar una mentalidad defensiva. “Reduce la actividad de la amígdala —el detector de amenazas del cerebro—, lo que ayuda a las personas a sentirse más seguras y valoradas”, explica Brann. “Cuando las personas se sienten reconocidas y apreciadas, entran en lo que yo llamo un entorno neuronal de alto rendimiento, uno donde prosperan la creatividad, la concentración y la colaboración”.

Para integrar la gratitud en las rutinas diarias, Brann recomienda a los líderes buscar micromomentos de reconocimiento: “Reconocimientos rápidos y sinceros integrados en las rutinas existentes. Con el tiempo, estos crean asociaciones neuronales que refuerzan la confianza y la pertenencia”.

2. Hazlo seguro, humano y consciente

Cuando pensamos en el reconocimiento a los empleados, nos vienen a la cabeza grandes gestos como bonos y fiestas extravagantes. Pero según Ella Davidson, fundadora de la agencia de relaciones públicas especializada en libros, The Book Publicist, “se trata de las pequeñas acciones constantes que demuestran a las personas que realmente se les valora”.

En su agencia remota, las reuniones diarias son habituales, no solo para actualizar el estado de la situación, sino para ver cómo se sienten realmente las personas. “Cuando alguien tiene dificultades (personales o profesionales), escuchamos, no solo con empatía, sino con la intención de brindar apoyo práctico”, dice Davidson.

El reconocimiento no se reserva sólo para los logros técnicos: “También dejamos espacio para decir gracias y bien hecho, por los resultados pero también por lidiar con una situación complicada o por apoyar a otros en el equipo”, añade.

Los empleados deben saber que la responsabilidad recae en los líderes. Crear una cultura de reconocimiento significa hacerles saber a las personas que confías en ellas, que las respaldas y que, si algo sale mal, la responsabilidad recae en ti como líder. Ese nivel de seguridad alivia la presión y permite que las personas se comporten con autenticidad.

Sobre todo, el aprecio significa aceptar que es normal ser humano. Sin culpar, solo apoyar. Es entonces cuando las personas se sienten seguras, vistas y verdaderamente apreciadas y cuando dan lo mejor de sí.

3. Incorpora la gratitud 360º es tus hábitos diarios

La gratitud no se da solo cuando hay tiempo; necesita una estructura. “El aprecio y la gratitud no deben fluir de arriba a abajo, sino que deben ser integrales”, afirma Christina Lovelock, coach de liderazgo sénior y autora de Careers in Tech, Data and Digital. “Para lograrlo, necesitamos normalizar el reconocimiento del buen trabajo y crear oportunidades específicas para que las personas se sientan impulsadas a reflexionar sobre las acciones positivas o destacables de sus colegas, líderes y equipos”.

Estos empujoncitos pueden incluir un punto regular en la agenda de las reuniones de equipo, un canal específico de Teams o Slack, o un correo electrónico de resumen semanal. “Puede ser tentador dejarlo improvisado o preocuparse de que parezca forzado o artificial”, añade Lovelock, “pero, en realidad, la gente suele encontrar muy valioso un ritmo regular en torno a la gratitud y el aprecio”.

¿Te preocupa que te cueste encontrar logros? Christina recomienda mirar más allá de los grandes logros: “También pueden ser las demostraciones diarias de apoyo o asistencia, una conversación bien gestionada o una presentación muy clara. Si buscas específicamente un buen trabajo para destacar, generalmente lo encontrarás”.

4. Elogia con consciencia y no te excedas

Casi siempre se les dice a los líderes que elogien más. Pero la cantidad no es el único factor que importa; el contexto también.

Es bien sabido que los elogios son un buen (y económico) motivador de confianza, y que la mayoría de los líderes subestiman su intensidad —dice Nik Kinley, consultor de liderazgo y autor de The Power Trap—. Pero también es posible exagerar. Si se elogia demasiado, se devalúa, y los elogios, de hecho, funcionan mejor cuando son inesperados.

Los elogios tampoco son universales. “Quienes empiezan proyectos o tienen menos experiencia suelen necesitar más elogios”, señala Kinley. “Los veteranos o quienes están al final de sus tareas tienden a valorar menos los elogios”.

También destaca el poder del reconocimiento público. “Los elogios tienen más impacto cuando se otorgan por tareas sencillas que por tareas complejas. Además, siempre tienen más valor cuando se dan en público, incluso si la persona elogiada se siente avergonzada”.

Él sugiere pensar en el elogio como una herramienta, además de una táctica y usarlo como tal.

5. Amplía el foco de atención

El reconocimiento a menudo brilla solo sobre las voces más fuertes y poderosas que silencian las ideas más interesantes o desafiantes.

Para ampliar la visibilidad, Charlotte Otter, experta en comunicación ejecutiva y autora de We Need New Leaders, recomienda fomentar espacios de conversación más pequeños y sin guion: “Organiza pequeñas rondas de reuniones, sin grabación, donde la gente se sienta segura para hacer preguntas y compartir opiniones. Reconoce las grandes ideas en la reunión y, después, públicamente, si se implementan”.

Otter también enfatiza las prácticas inclusivas en las reuniones: “Envíen las agendas con antelación, asegúrense de que todos tengan la oportunidad de hablar y calmen activamente las voces ruidosas. Los introvertidos agradecen la oportunidad de prepararse, así que avisen a alguien con antelación si desean que se escuche su opinión. Se trata de conectar mejor y apreciar las diferencias”.

6. Usa el reconocimiento genuino para impulsar un efecto dominó positivo

Agradecer a tu equipo es una cosa, pero tomarte el tiempo para reconocer genuinamente sus logros desde arriba crea un efecto dominó.

“Cada vez que una persona te encuentra y se encuentra con tu amabilidad, esa misma persona podría inspirarse a hacer lo mismo”, afirma Gaelle Devins, directora de atención al cliente de Breitling y autora de Flow Leadership. “Imagina lo poderoso que podría llegar a ser un gesto así en tu equipo”.

Devins anima a los líderes a detenerse y reflexionar sobre cómo sienten la gratitud y luego replicarla. “A menudo damos las cosas por sentado y olvidamos ver la vida con ojos de niños o desde la perspectiva de los demás. Al estar presentes, conscientes y atentos como líderes, nos volvemos más conscientes de las necesidades de los demás”.

Más que solo gentileza

En un mundo donde los empleados están cada vez más estresados, inseguros y preocupados por el futuro, el reconocimiento es más que un detalle: es una necesidad. Los líderes que lo hagan bien no solo verán un mejor rendimiento y una mayor retención, sino que también crearán equipos donde las personas se sientan vistas, escuchadas y motivadas para dar lo mejor de sí.

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