
En 1969, un meteorito atravesó la atmósfera y explotó sobre el cielo de Chihuahua. Llovieron fragmentos, algunos del tamaño de melones. Lo que cayó era materia más antigua que la Tierra, con 4,567 millones de años de historia encima.
Ahora, una marca suiza de relojería decidió convertir ese meteorito en esfera. Cortaron láminas del fragmento, las pulieron a mano y las montaron en una edición limitada super exclusiva de 20 relojes. El resultado no es solo una pieza de lujo. Es una forma de llevar el origen del sistema solar en la muñeca llamada Pioneer Tourbillon Allende.
México no es inspiración, es punto de partida de la alta relojería
La colaboración entre H. Moser & Cie. y Grupo Attila no usa a México como decorado. El meteorito cayó aquí, y eso define el proyecto, de tal modo que el diseño incluye tres puntos luminiscentes en verde, blanco y rojo. El estuche parece un monolito: negro, sobrio, con LEDs verdes que iluminan el reloj como si fuera una cápsula espacial.
La textura del meteorito varía según el corte y no hay dos iguales. El proceso de manufactura respeta eso, ya que se selecciona cada lámina a ojo, se abrillanta y se monta sobre una base de latón.
El Pioneer Tourbillon Allende incluye dos versiones: una en oro rojo 5N con titanio tratado con DLC negro, y otra en acero. Ambas tienen caja de 42.8 mm, son herméticas y llevan correa de caucho negro. El movimiento es automático, con tourbillon volante de un minuto, espiral doble y reserva de marcha de tres días.
A las 12 horas, tres puntos luminiscentes en verde, blanco y rojo rinden homenaje a la bandera mexicana. El estuche no es convencional: un monolito negro con LEDs verdes y espejo interior que ilumina el reloj como si flotara en el espacio. Cada pieza se presenta como una cápsula suspendida entre origen y diseño.

¿Qué dice el meteorito sobre el diseño?
- Que el lujo puede venir del polvo estelar, no del oro.
- Que el diseño gana fuerza cuando se conecta con una historia real.
- Que México puede estar en el centro de una pieza de alta relojería sin ser folclor.
- Que una colaboración funciona mejor cuando hay un vínculo auténtico, no solo comercial.
Este reloj no está hecho para presumir sino para recordar que lo que cae del cielo también puede convertirse en objeto, y que el diseño, cuando se toma en serio, puede contar historias sorprendentes.