[Fuente de la foto: Freepik]
Hay diferentes tipos de presentaciones en el trabajo. Una vez asistí a una presentación realizada por un ejecutivo de una empresa de telecomunicaciones.
La presentación fue muy técnica, pero ese no fue el problema real. Resultó aburrida porque el orador utilizó una presentación interminable de imágenes y no logró conectar con el público. Al finalizar la sesión de una hora, todos los asistentes abandonaron la sala, pero el ejecutivo continuó hablando. Estaba tan concentrado en las imágenes que ni siquiera se percató de que el público se había marchado.
Esta historia ilustra los peligros de usar diapositivas. El orador pierde fácilmente la conexión con el público, y como resultado, se diluye la fuerza de su presentación. Para mantener su impacto al usar recursos visuales, siga estos cinco principios fundamentales.
1. Evita deslizar tantas diapositivas
En primer lugar, considera no usar diapositivas. Los líderes eficaces no tienen interés en competir con presentaciones de PowerPoint o Canva que se ven recargadas. El objetivo de una presentación debe ser persuadir e inspirar, no simplemente transmitir información. Con frecuencia, esto se logra mejor sin recursos visuales. Por lo tanto, evita las diapositivas a menos que exista una razón de importancia para utilizarlas.
Sin embargo, habrá ocasiones en las que necesites usarlas. Puede que forme parte de la cultura corporativa. Algunas imágenes ilustran un nuevo producto o un nuevo edificio. En ocasiones, un gráfico refuerza una idea. Si planeas usar una presentación, las siguientes cuatro recomendaciones sugieren cómo hacerlo de la manera más eficaz.
2. Tú eres el mejor visual
Considérate el mejor ejemplo visual. Tu energía, entusiasmo, presencia y lenguaje corporal transmiten a la audiencia que crees en lo que dices y que ellos también deberían hacerlo. Puedes exponer tus ideas con mayor impacto que unas simples diapositivas. Esto debería motivarte a mantener la presentación centrada en ti y en tus convicciones. En lugar de diluirte entre las imágenes y simplemente reaccionar a ellas, lidera con afirmaciones contundentes y utiliza tu fuerte presencia para dar vida a la presentación.
Mantén tus elementos visuales simples y despejados. Cuanto menos tiempo dedique tu audiencia a leer las imágenes, más tiempo te prestará atención. Evita especialmente las diapositivas con mucho texto. Distraen y suelen ser difíciles de entender. Compiten contigo. La audiencia leerá ese texto y dejará de prestarte atención.
3. Asegúrate de tener un mensaje claro y convincente
Tu liderazgo se basa en un mensaje claro, creíble y bien fundamentado. El peligro de usar diapositivas o elementos visuales radica en que la presentación puede convertirse fácilmente en una avalancha de información. Y así es como suele presentarse: un dato tras otro.
Para que tu presentación no se convierta en un mar de información irrelevante, introduce un mensaje central desde el principio. Por ejemplo, podrías decir: “El mensaje de esta presentación es…” y mantenerlo presente a lo largo de toda la presentación. Demuestra que todo en tu presentación respalda este mensaje. El argumento de cada diapositiva debe estar relacionado con el mensaje principal. Al final, retoma tu mensaje y muestra cómo se puede implementar.
“Apple reinventa el teléfono” era el mensaje que Steve Jobs quería que su público recordara al presentar el iPhone. Por eso, “Apple reinventa el teléfono” era el único mensaje de la diapositiva. Y lo repitió varias veces durante la presentación para reforzarlo.
4. Presenta con seguridad
El uso de diapositivas no disminuye la necesidad de demostrar tu compromiso; al contrario, la intensifica. Haz tuyo cada elemento visual. Proporciona una narrativa que demuestre que tú tienes el control y que la presentación es solo un elemento de apoyo. Al avanzar en la presentación, enuncia el mensaje de cada elemento visual antes de mostrarlo. Di: “Observen que la siguiente diapositiva muestra que…”
Para inspirar a tu audiencia, fortalece tu voz y tu lenguaje corporal. Tu voz debe ser firme y variada, acorde con el contenido de tu mensaje. Enfatiza tus ideas con tu mirada hacia la audiencia y haz pausas, como si preguntaras: “¿Lo entendieron?”. Tu lenguaje corporal es fundamental. Una buena postura transmite convicción, al igual que los gestos apropiados que refuerzan tus argumentos.
5. Termina con un llamado a la acción
Finalmente, concluye con una llamada a la acción. Esta llamada a la acción debe reflejar el mensaje principal con el que iniciaste la presentación. Explica a la audiencia qué esperas de ellos: ¿la aprobación de la propuesta? ¿Su apoyo? ¿O una comprensión total de tu argumento y sus implicaciones para el futuro? Tu llamada a la acción podría comenzar con: “Confío en que ahora comprendan cómo redoblar nuestros esfuerzos en el uso de la IA será la base de un sólido crecimiento el próximo año”. Sea cual sea tu mensaje, muestra cómo se puede implementar. Si lo logras, habrás liderado el momento con éxito.

![[Imagen: Canva]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/10/28170228/DROP25009_NewsroomPR_Forms-Still_es-MX.png)
![[Ilustración: Yutthana Gaetgeaw/Getty Images]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/10/29113902/p-1-91423443-the-three-cs-of-good-decisions-decisions-leadership.webp)
![[Imagen impulsada por IA]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/10/29142914/ChatGPT-Image-29-oct-2025-14_22_20.png)