Ernesto Viramontes Riveroll, director general y vicepresidente comercial de cuidado personal en Unilever México [Imagen: FC México]
Hay productos que usamos a diario sin pensarlo demasiado, como el desodorante, el jabón o el champú. Están tan integrados a nuestra rutina que a veces olvidamos que detrás de cada uno hay ciencia, diseño, y decisiones de negocio.
En el episodio más reciente del podcast Be In!, Ernesto Viramontes Riveroll, director general y vicepresidente comercial de Cuidado Personal en Unilever México, explicó esa mezcla de estrategia, propósito y cercanía que sostiene a uno de los portafolios más presentes en la vida de millones de personas.
Viramontes lleva 26 años en la compañía, pero su entusiasmo no parece conocer desgaste. Comenzó como trainee mientras aún estudiaba en la universidad, dentro de un programa que, según cuenta, ha sido semillero de 80% de los líderes de Unilever en México. “Es como si hubiera trabajado en muchas empresas distintas sin cambiarme de lugar”, dice. En efecto, su trayectoria ha abarcado categorías tan distintas como helados, limpieza del hogar y cuidado personal, con responsabilidades en México, Brasil y Colombia. Pero si hay algo que le entusiasma más que hablar de productos, es hablar de personas.
“Mi principal rol como líder es formar gente que se desarrolle”, asegura. Asegura que la cultura interna de Unilever promueve que cada integrante de la organización defina su propósito de vida —no sólo su meta profesional— y que ese propósito guíe su carrera. En el caso de Viramontes, se resume en ayudar a que las personas tengan más “choices que chances”, es decir, que su vida esté regida por decisiones propias y no por resignaciones.
Unilever: cuando lo masivo se vuelve íntimo
En México, marcas como Rexona, Dove o Axe están presentes en millones de hogares. Pero para Unilever, el reto no es solo mantenerse vigente, sino hacerlo con relevancia emocional. “No vendemos desodorante, vendemos confianza”, afirma Viramontes. Y no es una frase publicitaria. La compañía invierte en investigación científica, desarrollo de fórmulas innovadoras y estudios socioculturales para entender cómo evoluciona la relación de los consumidores con la higiene y el cuidado personal.
El portafolio está diseñado para acompañar a las personas en diferentes etapas de su vida. Axe, por ejemplo, es la puerta de entrada para los adolescentes, con fragancias desarrolladas al nivel de marcas de diseñador (según pruebas ciegas hechas por la propia empresa). Más adelante, cuando las exigencias de la vida laboral requieren eficacia, entra Rexona con sus fórmulas de protección clínica. Y para quienes buscan además cuidar su piel, Dove ofrece desodorantes con crema humectante, jabones con suero facial y nuevas propuestas que transforman la ducha diaria en un momento de pausa.
“Queremos que algo cotidiano se sienta como una experiencia”, dice Viramontes. Ese giro de perspectiva —de necesidad funcional a ritual emocional— está en el centro de la estrategia. Desde jabones líquidos con tecnología de skincare, hasta desodorantes que cubren todo el cuerpo, la compañía busca traducir preocupaciones reales en soluciones masivas, sin que se pierda el sentido de cercanía.
Uno de los ejemplos más claros de esta filosofía es Dove. Desde hace más de dos décadas, la marca ha apostado por una representación más real de la belleza. En 2000 lanzó la campaña de Belleza Real y hoy mantiene una fundación dedicada a la autoestima, con materiales diseñados para niños y adolescentes que buscan combatir los efectos negativos de las redes sociales. En México, más de 6 millones de personas han sido alcanzadas por estos programas.
La idea es que si una marca puede entrar a tu casa, también puede entrar en la conversación cultural. Y si ya lo hace, tiene la responsabilidad de hacerlo bien.
Camino a 2026: el fútbol como catalizador
Unilever será patrocinador oficial del Mundial de Fútbol 2026, y las marcas del portafolio ya se preparan para el evento. “El fútbol no es un deporte, es un fenómeno cultural”, dice Viramontes. Rexona se centrará en el movimiento, con presencia en los estadios; Axe apostará por la fiesta y los fanfests. La compañía incluso ha desarrollado un “House of Fresh”, un espacio inmersivo para acercar la experiencia mundialista a quienes no tengan boleto para el estadio.
Pero nada es improvisado: la estrategia comenzó desde 2023, con pruebas piloto en otros torneos como la Copa Oro y el Mundial Femenil. El objetivo no es solo aumentar la exposición, sino generar experiencias memorables. Y es que Unilever vende productos, pero sobre todo, vende la posibilidad de sentirte bien contigo mismo, de conectar con los demás, y de disfrutar cada paso del camino.
Y es que para Viramontes, en el marketing la intuición y la sensibilidad siguen siendo esenciales. “La inteligencia artificial nos da muchísima información, pero el ser humano omite, maquilla, esconde. El buen marketero sabe leer entre líneas, detectar lo que no se dice”, explica. Ahí entra la psicología, la antropología, la sociología. “Nos toca entender qué lleva a alguien a echar un producto al carrito… y por qué no lo haría con otro.”
Quizá por eso, cuando habla de Unilever, no habla de marcas sino de significados. No es Rexona, es confianza; no es Dove, es dignidad, y no es solo marketing, es cómo volver extraordinario lo cotidiano.
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