Un audaz vecindario está tomando forma cerca del estadio de béisbol Oracle Park en San Francisco. El desarrollo de 11.3 hectáreas frente al agua, llamado Mission Rock, eventualmente contará con más de 1,000 departamentos, junto con espacios de oficinas, comercios y un innovador diseño urbano que prioriza a los peatones. Parte integral del diseño del vecindario son tres instalaciones al aire libre recientemente inauguradas que podrían redefinir lo que las personas esperan de los espacios públicos de la ciudad.
Las instalaciones, denominadas “salas de calle” (street rooms), con características similares a parques en el diseño urbano, consolidan a Mission Rock como uno de los espacios urbanos más amigables para peatones en Estados Unidos.
Recuperación del espacio
Construido en terrenos industriales antiguos, el proyecto se desarrolló a través de una asociación entre los San Francisco Giants, el Puerto de San Francisco y el desarrollador Tishman Speyer. De manera única, el vecindario ha sido diseñado con calles que priorizan a los peatones y no permiten estacionamiento en la vía pública. Las nuevas salas de calle están diseñadas para ofrecer más espacios utilizables a los peatones a lo largo de sus dos corredores principales.
“Mientras que las fiestas en la calle o los cierres ocasionales pueden facilitar reuniones públicas al aire libre, las calles suelen estar diseñadas únicamente para la circulación”, dice Yennga Khuong, directora de espacio público y programación de los San Francisco Giants. “Queríamos crear instalaciones permanentes que fueran visualmente interesantes y ofrecieran oportunidades para que las personas se sienten y se congreguen. Así, las personas se convierten en co-creadoras de estos espacios y determinan cómo se usan”.
Espacio público
Las tres salas de calle que se han añadido al diseño urbano del vecindario son técnicamente instalaciones de arte interactivo, pero cada una ha sido diseñada para fomentar el uso casual e informal típico del mobiliario urbano. Un diseño, llamado Garden Party y creado por la firma de arquitectura Min Design, es una estructura metálica blanca similar a un gazebo que forma una pequeña sala ocupada por dos árboles callejeros y rodeada en su exterior por un riel a la altura de una barra, donde se puede apoyar una taza de café, una laptop o un codo.
Otra instalación es Pop Rocks, diseñada por Terrain Work, una mini-montaña escalable hecha de piedras cortadas a diferentes alturas que sirve como una mezcla entre un área de asientos públicos y un parque infantil.
La tercera sala de calle, llamada Urban Table, fue diseñada por Oyler Wu Collaborative y consiste en una combinación de mesa y banco de acero que se serpentea, creando un espacio versátil para reunirse, comer, sentarse o incluso trabajar.
Cientos de propuestas
Estos tres proyectos fueron seleccionados a través de un concurso de diseño que atrajo más de 100 propuestas. La idea de las salas de calle provino de los consultores de diseño del espacio público de Mission Rock, CMG Landscape Architecture. Willett Moss, cofundador de CMG, explica que las pautas de diseño priorizaron un enfoque diferente para las calles, que típicamente representan alrededor del 30% del espacio urbano.
“Estamos comprometidos a hacer que esas calles sean lo más valiosas posible, no simplemente conductos para vehículos, sino espacios públicos reales”, dice Moss. “Las salas de calle fueron desarrolladas para ser lugares donde las personas puedan pasar el rato. En este caso, son lugares donde se pueden expresar elementos lúdicos, identidades diversas y experiencias únicas”.
El concepto surgió de ideas exploradas por la firma en dos proyectos previos en San Francisco: el diseño de un nuevo vecindario en Treasure Island y el proyecto Better Market Street, una remodelación del corredor central del centro de la ciudad. Ambos proyectos exploraban formas de reducir el impacto de los vehículos en las calles y hacer más espacio para los peatones. Lo que terminó construyéndose en Mission Rock es una especie de combinación extrema de esos dos objetivos, lo que Moss llama una vía pública compartida.
Un barrio diferente
La propia calle en Mission Rock es revolucionaria en su diseño. Fue concebida sin banquetas, creando un cañón completamente plano de 60 pies entre las fachadas de los edificios en ambos lados. Sutiles rejillas de acero proporcionan drenaje y marcan la diferencia entre el espacio estrecho accesible para automóviles y el resto del espacio público.
Una pequeña elevación trapezoidal actúa como barrera perceptible para las personas con discapacidad visual. Sin autos estacionados en las calles, un pavimento unificado y gran parte del área entre edificios destinada al uso peatonal, las calles de Mission Rock parecen más plazas que carreteras. Según Moss, un cambio reciente en el código de construcción de California hace que calles sin banqueta como estas sean ilegales de construir.
Ese cambio probablemente tiene sentido por razones de seguridad o drenaje, pero ignora los beneficios para el espacio público que crea un diseño de este tipo. El diseño urbano de Mission Rock, con su enfoque en los peatones, demuestra que el espacio urbano puede acomodar a los autos sin dejar que estos dominen.