El nuevo retrato de Trump rompe con la tradición de Estados Unidos

La Casa Blanca acaba de revelar una segunda versión del retrato oficial del presidente Trump, y es aún más perturbadora que la primera. 

El nuevo retrato, tomado por el fotógrafo jefe de la Casa Blanca, Daniel Torok, que se reveló el lunes, Trump aparece con traje azul oscuro y corbata roja, sentado en una habitación a oscuras. La imagen parece una evolución de su primer retrato oficial, también capturado por Torok y revelado poco antes de su investidura.

El primer retrato de Trump se apartó notablemente del precedente establecido por administraciones anteriores en cuanto a la presentación del jefe del ejecutivo. Pero esta versión 2.0 incluye una omisión sorprendente que ni siquiera la primera tuvo: la bandera solo aparece en un pequeño pin. Es simplemente el avance más reciente en la campaña de meses de Trump para adoptar una imagen personal más sombría y severa, acorde con su imagen de control deseada.

Adiós a la convención también

Cara Finnegan es profesora del Departamento de Comunicación de la Universidad de Illinois y autora del libro “Presidentes Fotográficos: Haciendo Historia del Daguerrotipo a la Digitalización“. Según Finnegan, los presidentes “siempre están profundamente comprometidos con su imagen política”. En una entrevista con Fast Company en enero, Rhea L. Combs, directora de asuntos curatoriales de la Galería Nacional de Retratos del Instituto Smithsoniano, explicó que los retratos presidenciales históricamente han buscado un equilibrio entre la cercanía con un liderazgo firme y el orgullo estadounidense. 

Para transmitir cercanía, todos los presidentes de los últimos 60 años fueron fotografiados con una amplia sonrisa, en un ángulo recto para mantener al sujeto a la altura del espectador. La iluminación suele ser suave y uniforme, lo que le da a la composición un aire cercano. Para reforzar el concepto de compromiso con el país, todos los presidentes desde Gerald Ford incluyeron la bandera estadounidense en el fondo de su retrato oficial.

Durante su primer mandato en 2016, Trump se mantuvo fiel a este enfoque histórico. En cambio, para su retrato inaugural de este año, rompió con casi todas las tradiciones, incluyendo la iluminación, el encuadre, el ángulo y la expresión facial, lo que resultó en una imagen oficial que buscaba transmitir dominio en lugar de cercanía. Aun así, mantuvo un pequeño fragmento de la bandera estadounidense de fondo. Sin embargo, para el retrato 2.0, ese último vestigio de convención también se quedó atrás.

“Podría decirse que la foto judicial es su retrato presidencial”

Al publicarse el primer retrato, Torok confirmó en su cuenta personal de X que su retrato de Trump se inspiró en la foto policial del presidente, tomada tras ser declarado culpable de 34 delitos graves en mayo de 2024. Trump utilizó la foto policial como herramienta de marketing durante su campaña, reposicionándola como una especie de insignia de honor al vender piezas del traje que llevaba en la foto y exhibirlo en carteles de mitines. Esta versión 2.0 difumina aún más la línea entre la foto policial y el retrato presidencial. 

Una vez más, Trump aparece con su característica expresión de regaño y ceja levantada, como en su foto policial, que Torok ya había imitado. En comparación con el primer retrato —que era significativamente más oscuro y con una iluminación más intensa que el retrato presidencial promedio—, la versión 2.0 ha reducido aún más la intensidad de la luz, ocultando casi la mitad del rostro de Trump en sombras. Y en lugar de un fondo iluminado con la bandera estadounidense, esta imagen presenta lo que es esencialmente un ominoso agujero negro que rodea al presidente. 

En X, Torok respondió a un comentario con una breve explicación de cómo eligió capturar la imagen: “Habitación bastante oscura. Una enorme caja de luz en el techo. Y un rayo de sol del atardecer sobre su hombro derecho. Iluminación cinematográfica.

Una imagen cada vez más severa de Trump

Ese guiño cinematográfico parece revelar la lógica detrás de la imagen cada vez más severa de Trump en su segundo mandato: desde el óleo que muestra su rostro ensangrentado en la Casa Blanca hasta la comercialización de su foto policial, todo apunta a una narrativa cuidadosamente producida. Con el retrato 2.0, su administración sugiere que Trump es la estrella… y Estados Unidos, simplemente el fondo.

“Lo que me sorprende es que la publicación de cada retrato oficial de su segundo mandato haya generado comparaciones con la foto policial de 2023”, afirma Finnegan.

“Claramente, se convirtió en la imagen con la que inevitablemente se comparan todos los retratos fotográficos posteriores de Trump. Sí, el propio Trump adoptó de inmediato la foto policial y la comercializó, y ahora incluso cuelga fuera del Despacho Oval, así que él mismo la autorizó de esa manera”, dijo. “Pero si cada retrato fotográfico de Trump se compara con la foto policial, entonces podría decirse que la foto policial es su retrato presidencial”.