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El secreto del éxito en la era de la IA: ampliar tus horizontes

Cómo convertirte en una versión más compleja de ti mismo (la clave es algo llamado “transiliencia”).

El secreto del éxito en la era de la IA: ampliar tus horizontes [Imágenes: Adobe Stock]

Pasamos gran parte de nuestra vida profesional refinando nuestra identidad profesional: perfeccionando un discurso de presentación, diseñando un perfil en LinkedIn, proyectando una versión pulida de “quiénes somos” en el trabajo, etcétera.

Por un lado, esto tiene sentido: después de todo, otros —por ejemplo, colegas, jefes, reclutadores y gerentes de contratación— están interesados en comprender quiénes somos, y brindarles una idea simple, consistente e incluso arquetípica de nuestro yo profesional los ayuda a creer que nos conocen, al menos a nivel profesional, incluso cuando en realidad no es así —se necesita mucho más tiempo para conocer a una persona—.

Por otro lado, esto también encapsula o atrapa nuestro ser dentro de los parámetros poco originales y predecibles de los estereotipos ocupacionales —el “publicista creativo”, la “persona de medios progresista”, el “banquero ávido de poder”, el “investigador geek”, etc.—, eliminando no sólo lo que es único e interesante sobre nosotros, sino también los matices y la complejidad que sustentan la riqueza de nuestra personalidad e historia personal.

La IA está marcando cómo compartimos nuestra historia profesional

Además, a la luz del impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en los empleos y las carreras, que ha alterado por completo la forma en que las personas agregan valor y las habilidades que necesitan aprovechar y mostrar en el trabajo, incluso cuando permanecen formalmente en el mismo puesto, nunca ha habido un argumento más sólido para expandir o ampliar nuestro yo laboral, asegurando que nuestra identidad profesional pueda evolucionar para asegurar el futuro de nuestra carrera.

Por ejemplo, un abogado corporativo que antes dedicaba la mayor parte del día a redactar contratos ahora puede confiar en la IA para producir borradores al instante. Su valor ya no reside en la producción de documentos, sino en la interpretación de matices, la anticipación de riesgos y la orientación de decisiones estratégicas, pasando esencialmente de ser un “productor legal” a un “asesor de confianza”.

O piense en un analista de marketing que antes dedicaba horas a crear paneles de rendimiento. Con la IA gestionando la gestión y visualización de datos, su contribución se centra menos en la elaboración de informes y más en traducir la información en campañas audaces y con visión comercial. Incluso un ejecutivo de ventas que antes se centraba en la prospección y las actualizaciones del pipeline ahora puede usar la IA para identificar clientes potenciales y redactar correos electrónicos de contacto, lo que le permite invertir más en construir relaciones sólidas y de confianza con los clientes.

La era de la transitoriedad

Un concepto psicológico clave para expandirse es la noción de “transiliencia“, la capacidad de transferir habilidades y hábitos de un ámbito de la vida a otro, transfiriendo aptitudes y adaptaciones, así como mentalidades, a través de dominios aparentemente no relacionados. Piensa en la transiliencia como la otra cara de la adyacencia de habilidades, el proceso de ampliar las perspectivas profesionales al elegir trabajos o roles que se ajusten bien a tus habilidades ocupacionales actuales o pasadas —por ejemplo, periodistas que se convierten en ingenieros rápidos, ajedrecistas que se convierten en asesores de estrategia y abogados que se convierten en especialistas en ética de la IA—: en lugar de aplicar tus habilidades laborales actuales a nuevas trayectorias profesionales, encontramos nuevas habilidades para aportar a tu trabajo actual.

Tomemos como ejemplo la crianza de los hijos. Para muchos profesionales, esa faceta de su vida está aislada de su “marca de liderazgo”. Sin embargo, ¿qué es la crianza sino la resolución de problemas en tiempo real, la empatía bajo presión, el coaching a largo plazo y la resolución de conflictos, todas ellas capacidades de liderazgo vitales en un entorno laboral híbrido y de alta incertidumbre?

O considera aficiones como escribir ficción, presentar un podcast, entrenar a un equipo deportivo o hacer voluntariado. Estas aficiones suelen desarrollar la narración, la persuasión, la paciencia o la inteligencia emocional; cualidades que no aparecen en un currículum, pero que te hacen más valioso en el trabajo, especialmente cuando la IA asume tareas más predecibles.

Aprovecha todas tus fortalezas

Es importante destacar que la transiliencia permite a las personas enriquecer su identidad profesional con fortalezas poco aprovechadas. Un gestor de personal que entrena al equipo deportivo de su hijo podría aportar al liderazgo laboral habilidades de motivación más agudas, paciencia e instinto de cohesión de equipo. Un ingeniero de software que dirige un grupo comunitario local podría transferir habilidades de facilitación, resolución de conflictos y comunicación intercultural al trabajo en proyectos. Incluso aficiones como tocar en una banda o cocinar para grandes reuniones pueden traducirse en una mejor colaboración, creatividad bajo presión y la capacidad de improvisar cuando los planes fracasan.

Estas experiencias a menudo quedan fuera del currículum oficial, pero son precisamente las cualidades que hacen a los profesionales más adaptables, humanos y valiosos, especialmente cuando la tecnología se apodera de los aspectos más predecibles de sus funciones. La cuestión no es convertir tu vida en un currículum. Se trata de explorar tus experiencias extralaborales en busca de hábitos, fortalezas y patrones de comportamiento que puedan ampliar tu repertorio profesional.

Es más fácil decirlo que hacerlo

Lamentablemente, la mayoría de nosotros no tenemos práctica en esto. Nos han enseñado a compartimentar y especializarnos por roles, en nombre del equilibrio entre la vida laboral y personal. Un yo para la oficina, otro para la casa, un tercero para todo lo demás. Se siente ordenado y seguro, pero impide la polinización cruzada.

Psicológicamente, cambiar de yo es normal. Implementamos los rasgos que encajan en un contexto determinado y luego los intercambiamos por el siguiente. Eso funcionaba cuando las vidas eran más lineales. Con la multiplicación de los roles, el modelo se desmoronó. Los hogares con doble carrera, el cuidado de personas, los trabajos extra y las discontinuidades de la paternidad, especialmente la maternidad, transformaron la secuencia ordenada en un mosaico.

En los últimos 60 años, se acumularon más identidades. Cada una añadió una puerta que abrir y cerrar, un conjunto de recursos que asignar. Aprendimos a hacer malabarismos como expertos, y el malabarismo se convirtió en el trabajo.

La tecnología eliminó las antiguas barreras. Los teléfonos, el chat y las herramientas de colaboración mantienen abiertas las ventanas entre compartimentos. Los cambios de contexto se acumulan. Atendemos asuntos personales durante el horario laboral y trabajamos fuera del mismo. El impacto psicológico es real.

La respuesta no son muros más altos. Son puentes más inteligentes. Usa la transigencia para incorporar las partes relevantes de tu yo no laboral al trabajo, de forma intencionada. Trata tu vida como un portafolio de habilidades y hábitos, y luego úsalos donde sean importantes. Así es como reduces los costos de cambio, amplías tu alcance profesional y valoras las fortalezas que ya tienes.

No es lo mismo que “traer todo tu ser al trabajo”

Ten en cuenta que la transigencia no debe confundirse con la idea popular de “llevar todo tu ser al trabajo“. Esta frase se ha interpretado a menudo como la de llevar al trabajo todos los aspectos de la personalidad —opiniones políticas, quejas personales, dramas privados e impulsos peculiares sin filtro—. En la práctica, esto puede ser tan contraproducente como distractor. Tus colegas no se inscribieron para ser tus compañeros de casa, terapeutas o debatientes ideológicos.

Más bien, la oportunidad consiste en transferir de manera estratégica y deliberada aspectos y habilidades relevantes de nuestro yo no profesional a nuestra personalidad laboral.

Todos habitamos múltiples “yo”; diferentes identidades que emergen en diferentes contextos. No eres solo “tú en el trabajo”; también eres tú como amigo, tú como padre, tú como voluntario, tú como aficionado, tú como ciudadano. Cada uno de estos yo tiene sus propias habilidades, hábitos y fortalezas, muchas de las cuales permanecen sin explotar en tu vida profesional. En línea, la transiliencia nos ayuda a exportar adaptaciones no utilizadas del trabajo externo a nuestro rol laboral, trayendo selectivamente aspectos valiosos de tu yo más amplio a tu carrera, pero adaptándolos al nuevo contexto. Es la diferencia entre presentarte a una reunión de negocios con la ropa que usaste para tu entrenamiento matutino —literalmente “yo completo”— versus presentarte con la resistencia y la disciplina que el entrenamiento construyó.

Resaltar en la era de la IA

Piénsalo como cocinar: no pondrías todas las especias de tu alacena en un plato, sino que elegirías las que realzan los sabores que quieres resaltar. O como preparar el equipaje para un viaje: no llevas todo tu guardarropa, solo las prendas que mejor se adapten al clima y la cultura del destino. Bien hecho, es una forma de adaptación profesional. Un padre o madre podría aportar al liderazgo de un equipo la capacidad de escuchar y la paciencia que desarrolló con sus hijos. Un músico podría aportar la capacidad de improvisar y estar en sintonía con la dinámica de grupo a proyectos colaborativos. Un voluntario comunitario podría aportar habilidades de negociación y empatía a las relaciones con los clientes. Estos elementos enriquecen tu identidad profesional sin sobrecargar a tus compañeros con contenido irrelevante o demasiado personal.

Cuando se ejecuta estratégicamente, la autocomplejidad también se convierte en una fuente de resiliencia y creatividad. Permite ampliar las maneras en que se aporta valor a la función, algo cada vez más esencial en la era de la IA, donde las máquinas pueden encargarse de la rutina, pero los humanos aún dominan lo relacional, lo adaptativo y lo profundamente contextual. La ciencia lo respalda: recordar roles vinculados a valores significativos produce autoexpansión, mejorando el rendimiento y la resiliencia. En otras palabras, cuanto más conectadas y coherentes sean las diferentes identidades, más adaptable, ético y creativo se vuelve el trabajo.

La transiliencia es la clave para sobrevivir a la IA

En resumen, la transiliencia es más que desarrollo personal; es una habilidad de supervivencia en un mundo donde la IA automatiza lo predecible. Te permite acceder a la parte oculta de tu identidad, enriqueciendo tu repertorio profesional con capacidades forjadas en roles personales, sociales y de voluntariado.

A medida que la IA transforma la percepción del valor, incluso dentro del mismo puesto de trabajo, la ventaja estará en manos de quienes puedan reutilizar su identidad completa. No solo la parte que encaja en la descripción del puesto. Al practicar la transiliencia, conviertes tu identidad profesional en un sistema vivo y adaptable.

Authors

  • Tomas Chamorro-Premuzic

    El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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  • Riccarda Zezza

    Riccarda Zezza es la fundadora y directora científica de Lifeed, una plataforma que aplica su método patentado de Aprendizaje Basado en la Vida para traducir las experiencias vitales en habilidades de comportamiento y liderazgo en el ámbito laboral. Ashoka Fellow y Unreasonable Network Fellow, es autora de Care (2025), Cuore Business (2023) y MAAM: Maternity as a Master (2014). El trabajo de Zezza promueve la idea de que la vida cotidiana es una poderosa preparación para el trabajo, y reconoce a sus hijos, Marta y Luca, como maestros inquebrantables.

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    El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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  • Riccarda Zezza

    Riccarda Zezza es la fundadora y directora científica de Lifeed, una plataforma que aplica su método patentado de Aprendizaje Basado en la Vida para traducir las experiencias vitales en habilidades de comportamiento y liderazgo en el ámbito laboral. Ashoka Fellow y Unreasonable Network Fellow, es autora de Care (2025), Cuore Business (2023) y MAAM: Maternity as a Master (2014). El trabajo de Zezza promueve la idea de que la vida cotidiana es una poderosa preparación para el trabajo, y reconoce a sus hijos, Marta y Luca, como maestros inquebrantables.

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Sobre el autor

El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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