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Los jóvenes latinos podrían hackear su futuro financiero

Para los jóvenes de hoy, acceder a los servicios financieros tradicionales se siente como un lujo reservado a pocos.

Los jóvenes latinos podrían hackear su futuro financiero [Imagen impulsada por IA]

Cada octubre, la Semana de la Educación Financiera nos recuerda una verdad incómoda: saber de dinero no es lo mismo que tener acceso a él.

Para los millennials y centennials latinoamericanos, las viejas reglas del sistema financiero quedaron obsoletas. Los bancos piden requisitos que no cumplen, los créditos tardan en llegar —si llegan— y las tasas de interés son inalcanzables. Ante un sistema que no los incluye, esta generación no se queda esperando. Lo reinventa.

Su respuesta: cambiar de juego

Los jóvenes enfrentan tasas de desempleo que duplican o triplican las de los adultos, una economía informal que limita sus oportunidades y brechas de género que aún persisten (cinco de cada siete jóvenes que ni estudian ni trabajan son mujeres). En este contexto, acceder a los servicios financieros tradicionales se siente como un lujo reservado a pocos.

En lugar de esperar, los jóvenes se mueven al terreno más dinámico de la economía digital: las criptomonedas. No lo hacen por moda, sino por necesidad y convicción. En Colombia, casi 60% de los inversionistas cripto tiene entre 20 y 40 años. En México, los jóvenes lideran la adopción. Para ellos, no es una tendencia geek, es autonomía, inclusión y oportunidad de construir su propio patrimonio.

Del “no gastes” a la acción

La educación financiera del siglo XXI no puede seguir siendo un manual de prohibiciones. Tiene que ser un manual de acción.

Los jóvenes aprenden haciendo: abren una billetera digital, compran una fracción de un activo, ahorran en una moneda estable o envían dinero sin fricciones.

Debemos enseñarles a distinguir riesgo de volatilidad, a diversificar, a elegir custodias seguras y a retirar sus fondos con un clic. Porque la educación que transforma no es la que advierte: es la que empodera.

Por qué el cripto sí es para la vida real

Las criptomonedas no son un juego de traders ni una moda pasajera. Son herramientas reales para democratizar el acceso al dinero y la inversión.

1. Acceso para todos. Si abrir una cuenta bancaria es un laberinto, abrir una billetera cripto es cuestión de minutos. Con rampas en moneda local y procesos de identificación simples, el acceso deja de ser un privilegio.

2. Empezar con poco. No hace falta ser millonario. Se puede invertir en cripto a partir de montos pequeños.

3. Dinero sin fronteras. Las criptomonedas facilitan pagos y remesas globales con menos costos y menos burocracia.

4. Escudo ante la inflación. En economías donde el dinero pierde valor cada mes, las monedas digitales estables pueden servir como refugio.

Pero nada de esto funciona sin confianza. Si no  se explica qué compras, qué riesgo asumes o cómo retirar tu dinero, no sirve. Si el soporte tarda días, tampoco. Y si no hay marcos claros de protección, se genera desconfianza.

Del nicho a las masas: hablar claro y construir confianza

El mayor obstáculo del cripto ya no es tecnológico, es cultural.
Mientras la conversación siga encerrada entre traders y tecnólogos la adopción masiva será una quimera.

La industria necesita evolucionar su lenguaje, sus incentivos y sus casos de uso:

  • Lenguaje: menos jerga, más claridad. La gente común invierte en cosas que tienen sentido para ellos y que pueden comprender.
  • Incentivos: premiar los buenos hábitos  y la colaboración en la construcción de la comunidad—ahorrar, aprender, invertir responsablemente—, no solo la especulación.
  • Casos de uso: enfocarse en brindar soluciones útiles:ahorro, remesas, inversión, lealtad.

Diseñar con enfoque de género es una estrategia, no una moda

Las mujeres son el corazón financiero de millones de hogares latinoamericanos. Valoran la estabilidad, la transparencia y el propósito.

Los productos financieros que traduzcan el riesgo a un lenguaje claro, que muestren respaldo en activos reales y que integren educación, no sólo atraerán más inversiones sino que acelerarán la adopción de toda la industria.

También hacen falta marcos regulatorios claros, auditorías independientes y protección al consumidor. Solo así crecerán los jugadores serios y la confianza general.

El futuro no pide permiso

En las próximas décadas, una de las mayores transferencias de riqueza de la historia pasará a manos de los nativos digitales. ¿Qué harán con ella? No van a esperar. Van a construir su propio sistema: paralelo, global y descentralizado.

Las criptomonedas no eliminan la desigualdad, pero envían un mensaje poderoso: si las viejas reglas no cambian, las nuevas generaciones escribirán las suyas.

Como emprendedora y estratega en la economía digital, lo tengo claro: La verdadera innovación ocurre cuando la tecnología se vuelve humana y la inclusión deja de ser un ideal para convertirse en práctica.

En esta Semana de la Educación Financiera, la lección no es “aprende a vivir con menos”, sino aprende a construir con más herramientas.

Los jóvenes latinoamericanos ya lo entendieron: el futuro no se pide prestado, se crea con las manos.

Author

  • Silvina Moschini

    Chief Strategy Officer de Unicoin, emprendedora tecnológica y experta en transformación digital. Fue la primera mujer latinoamericana en liderar una empresa valuada en más de mil millones de dólares y ha impulsado iniciativas globales para promover innovación, inversión y desarrollo económico inclusivo.

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Sobre el autor

Chief Strategy Officer de Unicoin, emprendedora tecnológica y experta en transformación digital. Fue la primera mujer latinoamericana en liderar una empresa valuada en más de mil millones de dólares y ha impulsado iniciativas globales para promover innovación, inversión y desarrollo económico inclusivo.