¿Qué son los derivados financieros? Entiende cómo funcionan

Si estás entrando al mundo de las finanzas, probablemente has escuchado de la amplia variedad de instrumentos que permiten a los inversionistas gestionar riesgos y especular sobre el movimiento de los precios de los activos subyacentes. Uno de los grupos más populares y complejos de estos instrumentos son los derivados financieros. 

Si te interesa aprender sobre los derivados financieros, en este artículo, exploraremos qué son, cómo funcionan y cómo pueden ser utilizados en el mercado.

¿Qué es un derivado financiero?

Los derivados financieros son contratos o instrumentos financieros cuyo valor depende del precio de un activo subyacente, como acciones, bonos, divisas, commodities (materias primas) u otros índices financieros. Es decir estos instrumentos derivados obtienen su valor a través del activo al que estén atados. 

Los derivados financieros permiten a los inversionistas aprovechar las oportunidades de inversión y gestionar riesgos asociados a los movimientos de precios de los activos subyacentes, sin la necesidad de poseer físicamente dichos activos. 

Además, los derivados financieros pueden ser utilizados para especular sobre el aumento o la disminución de los precios de los activos subyacentes, lo que los convierte en herramientas populares entre los traders y especuladores.

¿Cómo funcionan los derivados financieros?

Los derivados financieros funcionan mediante contratos entre dos partes, donde ambas acuerdan intercambiar flujos de dinero basados en las fluctuaciones de precios del activo subyacente. Estos contratos pueden clasificarse en diferentes tipos, como futuros, opciones, swaps y Contratos por Diferencia (CFDs). En cada caso, el inversor puede tomar posiciones largas (compra) o posiciones cortas (venta), según su expectativa sobre la dirección del precio del activo subyacente.

Los derivados financieros funcionan a través de la especulación sobre los movimientos de precios de los activos subyacentes. Cuando se opera con derivados, los inversionistas pueden obtener ganancias o sufrir pérdidas basadas en las variaciones de precios del activo subyacente.

Los precios de los derivados se determinan a través de la oferta y la demanda en estos mercados, teniendo en cuenta factores como la volatilidad del activo subyacente, el tiempo hasta la expiración y las expectativas del mercado.

¿Cuáles son los derivados financieros?

Dentro de los derivados financieros más famosos podrás encontrar:

1. Swaps: Los swaps son acuerdos para intercambiar flujos de efectivo o rendimientos de activos durante un período de tiempo específico. Son comúnmente utilizados para gestionar riesgos asociados con tasas de interés, divisas o commodities.
2. Los Contratos por Diferencia (CFDs): son derivados financieros populares que permiten a los inversores especular sobre el movimiento de precios de diversos activos subyacentes, como acciones, índices, divisas y materias primas. Un CFD es un contrato entre el inversor y el bróker, en el que se acuerda intercambiar la diferencia entre el precio de apertura y el precio de cierre del activo subyacente.

La principal característica de los CFDs es que permiten operar con apalancamiento, lo que significa que el inversor puede obtener una exposición mayor al mercado con una inversión inicial

Si te interesa aprender más sobre los CFDs, puedes consultar plataformas o funtes especializadas en el tema como Libertex, una corredora en línea que ofrece CFD negociables.

1. Warrants: Los Warrants son opciones negociables que otorgan al inversor el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio predeterminado (precio de ejercicio) dentro de un período de tiempo específico. Los Warrants son emitidos por instituciones financieras y cotizan en bolsas de valores. Son utilizados para especular sobre el movimiento de precios de acciones, índices u otros activos subyacentes, y también pueden ser utilizados como cobertura o para mejorar las estrategias de inversión.

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