¿Estás listo para que tu relación llegue al siguiente paso al compartir tu ubicación? Ya sea por razones prácticas, como verificar si tu pareja puede pasar a recoger tu comida favorita camino a casa o asegurarte de que haya llegado bien tras una salida nocturna, compartir la ubicación se está convirtiendo rápidamente en el equivalente digital de dejar un cepillo de dientes en su casa.
Desde que Apple lanzó su aplicación para compartir ubicación Find My hace más de una década, los usuarios pueden compartir su ubicación con alguien por una hora, hasta el final del día o de forma indefinida. “Yo revisando Find My Friends para asegurarme de que todos mis amigos estén donde se supone que deben estar”, dice un video viral de TikTok. Para muchas parejas, compartir su ubicación se está convirtiendo rápidamente en un hito moderno en una relación.
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“Saber dónde está tu pareja puede brindar tranquilidad, particularmente si uno o ambos tienden a olvidar avisar dónde están”, dice Jessica Alderson, presidenta de la Online Dating Association. “Desde la perspectiva opuesta, saber que alguien tiene acceso a tu ubicación puede darte una sensación de seguridad”.
Pero a medida que la tecnología se integra cada vez más en nuestra vida diaria, la línea entre la comodidad y el comportamiento controlador comienza a desdibujarse. Aunque 50% de las personas valoran compartir ubicación en sus relaciones, según una investigación reciente de Malwarebytes, esto también puede generar problemas de privacidad. Así como no querrías que tu pareja revisara tus mensajes o tu historial de búsquedas —aunque no tengas nada que ocultar— compartir tus movimientos en tiempo real puede hacerte sentir que tienes un par de ojos observándote en todo momento.
De la misma forma que las relaciones pueden volverse complicadas, también puede ocurrir con el compartir ubicación. “Puedo ver varios problemas con esta tecnología de inmediato. Claramente, la pérdida de espacio personal y privacidad es un problema importante. Las parejas pueden sentirse presionadas a informar constantemente a su otra mitad sobre su paradero, reduciendo la espontaneidad y la autonomía”, dice la psicóloga Natalie Buchwald del Manhattan Mental Health Counseling. “También pueden surgir problemas de confianza. Si uno de los miembros siente la necesidad de rastrear constantemente a su pareja, esto podría indicar problemas psicológicos más profundos, tal vez relacionados con traumas de relaciones pasadas”. Además de las parejas inseguras, en casos extremos, los abusadores domésticos pueden usar el rastreo por GPS para controlar a sus víctimas.
“Las relaciones saludables implican un equilibrio entre independencia e intimidad”, dice Alderson. Si decides otorgarle a tu pareja acceso total a tu ubicación, recomienda discutir tus límites y ser honesto sobre si esto proviene de una necesidad práctica o de sospecha. Después de todo, la ausencia hace que el corazón crezca más afectuoso.