
El SIAR Summer 2025 fue un espectáculo para los amantes de la relojería. Celebrado en Ciudad de México, este evento reunió a algunas de las marcas más influyentes del sector, ofreciendo un vistazo exclusivo a las últimas innovaciones en diseño, materiales y movimientos. Más allá de los lanzamientos, el SIAR es un espacio donde la industria reafirma su identidad frente a una generación cada vez más acostumbrada a lo digital.
Entre los stands de alta relojería, tuve la oportunidad de entrevistar a Stéphane Waser, CEO de Maurice Lacroix, una marca suiza que ha pasado cinco décadas perfeccionando su combinación de artesanía e innovación. En tiempos donde el mercado parece inclinarse hacia los smartwatches, la pregunta clave era clara: ¿qué mantiene viva la industria de los relojes mecánicos?

“La clave es hacer que la alta relojería sea accesible”, afirma Waser. “Desde el inicio hemos tomado complicaciones específicas y las hemos hecho disponibles para muchas personas”. En un mercado donde el lujo suele implicar precios inalcanzables, Maurice Lacroix se planta firme: “No hacemos relojes por encima de 10,000 dólares, a menos que sea algo muy especial”.
El arte de crear algo inolvidable
Si algo me dejó esta conversación es que un reloj no solo sirve para dar la hora. “La combinación de calidad, tecnología e innovación es lo que lo hace verdaderamente inolvidable”, explica Waser. “Puedes tener algo técnicamente espectacular, pero si no luce bien, ¿por qué lo usarías?”.
Aquí entra el diseño, no como simple estética, sino como parte de la percepción del verdadero valor de un reloj. “Si percibes alta calidad en tu reloj, tendrás una mejor impresión de él”, afirma Waser. Y es justo ese equilibrio lo que Maurice Lacroix busca con piezas como el Mercury —uno de los favoritos personales del CEO—, un reloj que juega con la memoria del tiempo: en posición normal muestra la hora, pero al inclinarlo, las manecillas se aflojan y desaparecen, dejando al usuario en un momento casi mágico de incertidumbre.

¿Por qué alguien elegiría un reloj tradicional en vez de un smartwatch?
La pregunta del millón en tiempos de hiperconectividad. “Un smartwatch es básicamente la extensión de tu iPhone en la muñeca”, expresa Waser. “Pero un reloj tradicional es un accesorio, dice mucho de quién eres, tu estilo, tu apreciación”.
La magia de la relojería mecánica va más allá de la funcionalidad inmediata. Aunque los primeros años de los smartwatches pusieron en duda la relevancia de los relojes clásicos, hay un cambio generacional. “Los jóvenes han aprendido que su iPhone necesita cambiarse cada dos años, pero un reloj mecánico, si lo cuidas, puede durar toda la vida”, explica.
El futuro de Maurice Lacroix en México
La marca suiza ha reafirmado su presencia en México. Según Waser, la precisión de sus relojes ha sido altamente valorada en el país, y su meta es seguir introduciendo modelos innovadores sin perder la esencia artesanal que los ha caracterizado.
Maurice Lacroix ha demostrado que la tradición y la innovación pueden fusionarse bien. Mientras el mundo avanza hacia la digitalización absoluta, hay algo especial en tener un mecanismo mecánico en la muñeca, algo que no depende de una batería ni de una actualización de software.
Así que, mientras los relojes inteligentes intentan serlo todo a la vez, Maurice Lacroix nos recuerda que a veces, menos es más.