
Revisando datos del IMCO para una presentación, me topé con una cifra que me hizo pausarme. México podría generar 3.5 billones de pesos adicionales para 2030 si incorporamos 8.2 millones de mujeres al mercado laboral simplemente aprovechando mejor el talento que ya tenemos.
No hablo de innovación tecnológica o mega inversiones. Hablo de algo mucho más básico, dejar que las mujeres tomen decisiones importantes, tanto desde los consejos de las grandes empresas hasta en las pymes que ellas mismas fundaron.
Los números no mienten. Solo 13% de consejos de administración incluyen mujeres, y apenas 3% de direcciones generales están lideradas por mujeres. Esto es una crisis de competitividad económica que está frenando nuestro crecimiento.
El factor clave que puede acelerar el éxito del Plan México
Altagracia Gómez Sierra, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización, fue directa durante el GLI Forum Latam 2025 de ProMujer: el éxito del Plan México (que busca convertir al país en la décima economía del mundo) depende de “la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral”. Son ellas “quienes en realidad sostienen la fuerza laboral de las empresas”.
Sin embargo, México sigue operando con estructuras que sistemáticamente excluyen a las mujeres de la toma de decisiones estratégicas, limitan su acceso a capital económico perdiéndose, entre muchas cosas, 90% de los ingresos que las mujeres reinvierten en la economía local. Es el momento de México en el mundo y es el momento de las mujeres, como afirma Gómez Sierra, pero nuestros consejos de administración no reflejan esta realidad.
Tan solo en empresas familiares, donde las mujeres representan únicamente 23% de los puestos de liderazgo, la situación es aún más compleja. Cuando logran acceder a un consejo, frecuentemente enfrentan la barrera invisible de ser percibidas por sus roles familiares como hija, hermana, sobrina, esposa, madre en lugar de por su capacidad profesional, reduciendo su influencia en las decisiones que determinarán el crecimiento de sus propias empresas. ¿Su rol? Sentirse privilegiadas por el simple hecho de estar sentadas en esa mesa mientras sus ideas quedan para después.
En ese espacio, solo los hombres entienden de negocios y por ello tienen voz. ¿Cómo lo sé? No es intuición. Son ellas quienes me lo han contado. Los números no mienten: la data revela lo que esos muros han presenciado mientras México desperdicia su potencial económico.
El experimento noruego que cambió las reglas del juego
En 2003, Noruega hizo algo que en ese momento pareció para muchos radical. Exigió 40% de mujeres en consejos de administración. Los empresarios argumentaban que no había suficientes mujeres calificadas y hasta 100 de 500 empresas cambiaron su estructura legal para evitar la ley.
¿Qué pasó en realidad? La participación de las mujeres saltó de 7% a 44% en ocho años. Noruega hoy lidera rankings mundiales en competitividad y nivel de vida, con uno de los PIB per cápita más altos del planeta. Las empresas no solo sobrevivieron, los consejos mejoraron sus procesos y se volvieron más profesionales. Los pronósticos apocalípticos empresariales resultaron ser nada más que resistencia al cambio.
Francia replicó la fórmula en 2014 y es el único país de la UE que supera 40%. Alemania se sumó en 2016 y para 2023 alcanzó 38%. En Francia, las empresas que incorporaron más mujeres en sus consejos (incluso antes de que fuera obligatorio) registraron un crecimiento de 240% versus 43% del índice general CAC40. Una diferencia de casi 6 veces más rentabilidad que demuestra el impacto económico real.
¿Cuánto tiempo más vamos a ignorar los números? ¿A costa de qué?
Aquí viene la contradicción que realmente duele. Las mujeres son propietarias de 37% de las pymes mexicanas, pero en la mayoría de estos negocios, las decisiones estratégicas las siguen tomando hombres. Las pymes aportan más del30% del PIB y generan más de 30% del empleo nacional según INEGI. Son fundamentales para México.
Y por alguna razón, minimizamos su crecimiento al limitar el acceso a capital que las mujeres emprendedoras necesitan para expandirlas. Solo 13% de ellas logra obtener financiamiento. Mientras los consejos dominados por hombres debaten compensaciones millonarias, las mujeres emprendedoras luchan por créditos de supervivencia.
Las mujeres reinvierten 90% de sus ingresos en familias y comunidades, comparado con 35% de los hombres. En un país donde las pymes luchan por sobrevivir, rechazar esta ventaja competitiva es, como mínimo, harakiri económico. Al parecer, en el ámbito empresarial mexicano seguimos favoreciendo tradiciones obsoletas en lugar de prosperidad económica.
Por qué esperar voluntariamente sigue sin funcionar
México lleva 18 años apostando por las recomendaciones voluntarias. España fijó la meta de 40% para 2015. Estamos en 2025 y ya supera el 30%. Noruega, Francia, Alemania no pidieron por favor. Implementaron cuotas con sanciones reales: multas, suspensión de compensaciones, exclusión de mercados. El resultado habla por sí solo.
Si seguimos nuestra estrategia actual, México alcanzará paridad hasta 2052. Treinta años más. Mientras China, India y otros competidores aprovechan todo su talento disponible, nosotros seguiremos debatiendo. ¿Tenemos el lujo de esperar tres décadas?
El argumento que destroza a los escépticos
“No hay suficientes mujeres calificadas,” dicen los mismos que nunca las buscaron. Y es lo mismo que decían los empresarios que se oponían a esta cuota en Europa.
El 43% de servidoras públicas mexicanas tiene licenciatura, versus 35% de hombres. En países OCDE, las mujeres pasaron de 46% a 56% de estudiantes universitarios. El talento está ahí pero la voluntad no. Las empresas Fortune 500 con mayor representación de mujeres superan financieramente a sus competidores: 26% más rendimiento del capital y 16% más rendimiento de ventas. Credit Suisse documentó que empresas con mujeres en consejos obtuvieron 36% mejor rendimiento bursátil durante una década. Las cifras hablan por sí solas, las mujeres generan valor.
El costo real de no actuar
Aquí viene la conexión que muchos pasan por alto: ¿quién decide contratar a esas 8.2 millones de mujeres? Los consejos de administración. Cada presupuesto de contratación, cada política de diversidad, cada inversión en guarderías corporativas. Todo pasa por estos consejos.
Las pymes son el ejemplo perfecto de este círculo vicioso. Las mujeres fundan 37% de estas empresas, pero cuando ceden el control estratégico a hombres sus propias empresas terminan contratando menos mujeres. Es como si las emprendedoras estuvieran financiando su propia exclusión.
La evidencia internacional es clara. Empresas con mujeres en consejos no solo obtienen 34% más beneficios, también contratan significativamente más mujeres en todos los niveles.
La oportunidad histórica que no podemos desperdiciar
México tiene la ventana de oportunidad perfecta: un gobierno con 47% de secretarias mujeres, Congreso paritario, nueva administración. Si logramos que una mujer llegue a la presidencia y sea reconocida como una de las líderes más influyentes a nivel global, ¿por qué seguimos creyendo que las mujeres no pueden dirigir consejos de administración? Ya demostramos que el liderazgo femenino funciona en el ámbito más importante del país. Ahora toca replicarlo en el sector privado.
Si queremos que México se convierta en un hub de innovación empresarial, también necesitamos innovar en nuestras políticas públicas que fomenten esa innovación.
La propuesta es simple. Implementar una cuota obligatoria del 40% para empresas con más de 250 empleados con un período de transición de 3 años. Con sanciones reales como suspensión de compensaciones a consejeros, restricciones en contratos gubernamentales, multas progresivas basadas en ingresos anuales.
¿Por qué esta medida desbloqueará los 3.5 billones de pesos? Porque cuando las mujeres toman decisiones estratégicas, contratan más mujeres. Las PyMEs lideradas realmente por sus fundadoras contratan equipos más diversos, implementan horarios flexibles, invierten en políticas familiares. El efecto cascada es inevitable.
La Unión Europea vio la oportunidad y decidió, desde 2012 comenzó a trabajar en cuotas obligatorias del 40%, las aprobó finalmente en 2022, y ya están en vigor desde 2024 con plazo límite junio 2026 para cumplimiento total. Incluye multas y cancelación de nombramientos por incumplimiento.
Mientras Europa perfecciona esta ventaja competitiva desde hace 13 años, México pierde aproximadamente 270,000 millones de pesos anuales en potencial económico no realizado. México lleva 13 años de retraso frente a Europa, pero tiene la oportunidad de liderar América Latina.
Ningún país de la región ha implementado cuotas empresariales de 40%. Chile se encuentra elaborando las bases y el resto mantiene consejos 90% masculinos con promedios de 10.4% de mujeres en consejos administrativos y 1.6% de CEOs. Cuando Europa dedica más de una década a perfeccionar esta política, es porque entienden que cada consejo con mujeres se convierte en un multiplicador económico que impulsa el crecimiento empresarial.
Por qué debemos actuar ahora
Mientras se debate si las mujeres merecen tener estos lugares en la mesa, estamos cometiendo un error histórico. Las cuotas son matemática económica. Las cuotas no son el destino; son el acelerador que México necesita para liberar su potencial económico.
Debemos preguntarnos si nos quedaremos atrás mientras el resto del mundo nos toma la delantera con el talento que nosotros estamos desperdiciando. México necesita cuotas obligatorias de 40% con fecha límite 2027. ¿Lo peor de todo? Este estudio fue publicado hace cuatro años.
Los 3.5 billones de pesos no van a esperarnos eternamente, y nuestra oportunidad de estar en el top 10 de potencias económicas tampoco.