El mejor Starbucks del mundo está en el estadio del Real Madrid

No me importa Starbucks.

Madrid ahora está repleta de cafeterías independientes con café preparado con granos especiales traídos por unicornios alados y tostados a la perfección. En esta ciudad, la sirena verde tiene la misma relevancia que un McDonald’s junto a Casa Botín (el restaurante más antiguo del mundo, inaugurado 51 años antes de que Estados Unidos declarara su independencia), el DiverXo de Dabiz Muñoz, con tres estrellas Michelin, o cualquier otro de los mejores restaurantes del planeta que se encuentran en Madrid.

Pero a pesar de mi esnobismo eurobasura, tampoco odio Starbucks. De hecho, lo considero el primer lugar en Madrid que ofreció una taza que no sabía a nada que pudiera resucitar a una víctima del fentanilo o matar a un triatleta de Ironman. Durante mucho tiempo, el café español fue fuerte, pero no muy agradable.

Así que cuando me enteré de que Starbucks planeaba abrir una nueva tienda insignia en el problemático estadio Santiago Bernabéu, sede del Real Madrid Club de Fútbol, tuve que verlo con mis propios ojos. Vivo a la vuelta de la esquina del estadio, así que llevé conmigo a mi arquitecto de Lego personal (mi hijo) para que comentara.

¿Su veredicto? “¡Vaya!”.

Y vaya que lo es.

Este no es el típico Starbucks de barrio. Entramos por la fachada, bastante sosa, que se parece a la de cualquier otro restaurante y bar integrado en la fachada del estadio. Pero al otro lado de la puerta hay un vestíbulo con pantallas digitales que cubren completamente las paredes. Ilustran el viaje del café, según la compañía, en secuencias animadas impresionistas.

Un destino dentro de un destino

La magia empieza al entrar en el atrio central. Columnas de hormigón, parte de la estructura brutalista del antiguo estadio, se elevan hacia los techos. Lámparas y plantas a medida adornan las paredes. Hay una gran escalera de metal y madera flanqueada por una gran escultura suspendida, creada por la artista madrileña Cristina Mejías: una cinta ondulante que, según la empresa, es una sirena abstracta de Starbucks que imita las curvas del estadio. Acentúa la sensación de espacio infinito.

En la planta baja, se encuentra el típico mostrador de Starbucks, donde se puede pedir café y comida. La empresa afirma que el diseño rinde homenaje al original Pike Place de Seattle y a la energía del Mercado de San Miguel de Madrid, un icónico edificio de hierro diseñado y construido por el arquitecto español Alfonso Dubé en 1916, ahora reconvertido en una zona gourmet restaurada. Para mí, no se parece en nada a San Miguel a pesar del uso del metal, pero en fin. Es un espacio acogedor que, por desgracia, estaba abarrotado (el estadio es el principal destino turístico de Madrid, según las autoridades municipales).

La planta superior es lo que realmente nos hizo decir: “¡Madre mía!”. Se compone de diferentes zonas de estar: hay mesas pequeñas para grupos pequeños y mesas grandes para grupos, una biblioteca/espacio de lectura y un mural gigante con la inscripción MADRID. Pero la verdadera atracción es la vista despejada del estadio Bernabéu, gracias a los ventanales que se extienden a lo largo del espacio.

A la derecha se encuentra el Reserve Bar, con una carta de deliciosas bebidas y platos. Incluso hay una tarta de queso creada por el chef Albert Adrià, actualmente al frente del restaurante Enigma, galardonado con una estrella Michelin; Adrià fue el pastelero de elBulli, restaurante con tres estrellas Michelin, de su hermano Ferrán, considerado uno de los mejores del mundo antes de su cierre en 2011. Starbucks presume de que su bar de mixología sirve “cócteles elaborados por Maestros del Café que han competido en campeonatos internacionales”.

Pedí un croque monsieur —que era enorme, con auténtica salsa bechamel, emmental y gruyère muy buenos, y jamón igual de bueno en un pan de masa madre excelente— y un café Cold Brew Special Reserve. Mi hijo pidió un croissant de fresa y un batido de stracciatella (helado). La comida estaba realmente buena: de calidad de restaurante, nada de “tienda de cadena”.

¿Se pueden ver los partidos?

Quería saber si era posible ver los partidos los días de partido. Lamentablemente, no se puede. Starbucks dice: “Los días de partido, el local cierra unas horas antes del inicio (para permitir los controles de seguridad habituales en el estadio) y vuelve a abrir aproximadamente una hora después de que termine el partido”. El local tiene que estar cerrado para que los titulares de asientos VIP puedan acceder a sus asientos, pero permanece cerrado y no sirve comida durante el partido, según el portavoz.

Starbucks afirma que Bernabéu es una de sus cafeterías más grandes, solo rivalizada, quizás, por sus otras Reserve Roasteries en Chicago y Taipéi, Taiwán. Aquí los superlativos no importan. Con casi 930 metros cuadrados repartidos en dos plantas, este Starbucks se siente como la cafetería más grande que he visto.

El hecho de que esté integrado en una ubicación icónica podría haber sido un problema, pero Starbucks es consciente de su ubicación: la ciudad de Madrid y el estadio Bernabéu. La compañía los construyó en torno a esos elementos, en lugar de colocar la marca corporativa en un espacio comercial genérico.

Los Starbucks de Chicago y Taipéi carecen del elemento fundamental que convierte al Starbucks de Madrid en el mejor mundo: las vistas al legendario campo del Bernabéu, sede del mejor equipo de fútbol de todos los tiempos. Parece más un lugar que sirve café que una cafetería con una bonita vista. Solo espero que no haya cola en la puerta todos los días.