En Toronto, un terreno industrial contaminado es ahora un hermoso parque

Durante más de un siglo, el tramo de Port Lands en la ribera del río de Toronto fue un páramo industrial, con tanques de almacenamiento de petróleo, fábricas e infraestructura portuaria asentados sobre antiguos humedales. Ahora, parte del terreno es un extenso parque y el próximo año comenzará la construcción de un nuevo barrio en su interior.

“La transformación ha sido increíble”, afirma Emily Mueller De Celis, arquitecta paisajista de la firma Michael Van Valkenburgh Associates, que ganó el concurso para el Port Lands Flood Project en 2007, el cual buscó “renaturalizar” la zona. “En lugar de caminar entre fábricas de petróleo y otras industrias, ahora uno se encuentra inmerso en la naturaleza, paseando por las orillas de un río con vistas espectaculares de la ciudad”.

A finales del siglo XIX, la zona estaba repleta de fábricas. El río fue dragado y canalizado en un cauce mientras la ciudad intentaba desviar la contaminación de las fábricas hacia el puerto cercano. A principios del siglo XX, los humedales de la zona —ahora invadidos por residuos tóxicos— fueron rellenados para construir un nuevo distrito industrial. La contaminación empeoró progresivamente.

Los cambios en el río también provocaron nuevas inundaciones. En la década de 1980, los activistas exigían la restauración del río. A principios de la década de 2000, el gobierno puso en marcha la iniciativa Waterfront Toronto para revitalizar las zonas junto al agua. De ahí surgió el Port Lands Flood Project, el cuál se centra en brindar al barrio una zona verde y nuevas medidas de protección contra inundaciones, y comenzó con la demolición de parte de la antigua infraestructura industrial.

La magnitud del proyecto, valorado en 1,400 millones de dólares, junto con los inevitables retrasos, hizo que su ejecución fuera prolongada. “Este es el mayor proyecto de infraestructura de Norteamérica”, afirma Mueller De Celis. El proyecto removió más de 1.3 millones de metros cúbicos de tierra y remodeló la desembocadura del río y creó una nueva isla donde ahora se ubica el parque Biidaasige. El diseño contribuye a proteger las zonas adyacentes de las inundaciones.

Desde el principio, Waterfront Toronto apostó por la infraestructura verde para la protección contra inundaciones. “Tuvieron la visión de comprender que esta no sería una solución de ingeniería”, explica Mueller De Celis. “Sería una solución que realmente nos reintegraría al sistema naturalizado del valle [del río] y al espacio público, facilitando el acceso de la gente a la naturaleza”.

El río excavado ahora es más profundo y está rodeado de nuevos humedales donde el agua puede extenderse, con diques que ayudan a contenerla y evitar que inunde otros barrios. La isla donde se ubica el parque se construyó a una altura suficiente para evitar inundaciones.

Una coalición de socios que trabajaron en el proyecto diseñó cuidadosamente el parque para ayudar a recuperar la vida silvestre en la zona. El parque está lleno de árboles que con el tiempo formarán un bosque de dosel. A lo largo de la orilla del río, donde los ingenieros normalmente usarían piedra o concreto, el equipo trajo árboles grandes y los entrelazó en un patrón que ayuda a prevenir la erosión y crea nuevos refugios para peces en los espacios vacíos. Otros árboles talados se colocaron colgados sobre el agua para crear más espacio para anfibios, peces y aves. Halcones de cola roja, águilas y nutrias han regresado.

Este verano se inauguró la primera fase del parque y la siguiente abrirá sus puertas en 2026. Estee rodea la nueva isla y el centro pronto se convertirá en un desarrollo de uso mixto. Este año comenzaron los trabajos de diseño de calles e infraestructura y se espera que la construcción de nuevas viviendas comience el próximo año. Eventualmente, la isla albergará a 15,000 residentes, 3,000 empleos y otras 15 hectáreas de espacio verde.

Hace casi una década, Sidewalk Labs de Alphabet, una filial especializada en tecnología urbana, esperaba construir una ciudad inteligente en una zona cercana a la costa. Sin embargo, abandonó el proyecto en 2020. Toronto ahora se centra en utilizar la zona para ayudar a paliar su escasez de vivienda. A principios de 2025, el gobierno canadiense, junto con los gobiernos municipal y provincial, invirtieron otros 975 millones de dólares para construir nuevas viviendas en la costa.

El parque y el río rediseñado debían ser la prioridad, para garantizar que cualquier nuevo desarrollo estuviera protegido de las inundaciones. “Es una manera diferente de pensar en la construcción dentro de una ciudad”, dice Mueller De Celis.