¿Alguna vez has hecho un test de personalidad? Si eres como yo, has consultado BuzzFeed y sabes exactamente qué canción de Taylor Swift “encaja perfectamente con tu vibra“.
Es obvio que los cuestionarios en línea no son científicos, pero muchos de los test de personalidad aparentemente serios, utilizados para guiar decisiones educativas y laborales, tampoco están respaldados por la investigación. A pesar de ser una industria multimillonaria, las pruebas de personalidad comerciales que utilizan las escuelas y empresas para orientar a las personas hacia sus roles ideales no predicen el éxito profesional.
Más allá de su falta de respaldo científico, los enfoques más populares para entender la personalidad son problemáticos porque asumen que tus rasgos son estáticos, es decir, que estás atrapado con la personalidad con la que naciste. Sin embargo, los estudios modernos de la ciencia de la personalidad encuentran que los rasgos pueden y de hecho cambian con el tiempo.
Además de ver cómo mi propia personalidad cambió con el tiempo, de ser desordenada y floja a ser extremadamente concienzuda, también soy investigadora del cambio de personalidad y psicóloga clínica. Mi investigación confirma lo que observé en mi propio desarrollo y en mis pacientes: las personas pueden moldear intencionalmente los rasgos que necesitan para tener éxito en las vidas que desean. Eso contradice la creencia popular de que tu tipo de personalidad te encasilla, dictando que elijas parejas, actividades y carreras según tus rasgos.
QUÉ ES Y QUÉ NO ES LA PERSONALIDAD
Según los psicólogos, la personalidad es tu forma característica de pensar, sentir y comportarte.
¿Eres una persona que tiende a pensar en las situaciones de tu vida de manera más pesimista, o eres alguien que ve el vaso medio lleno?
¿Tiendes a enojarte cuando alguien te corta el paso en el tráfico, o es más probable que les des el beneficio de la duda, pensando que quizás van de prisa al hospital?
¿Esperas hasta el último minuto para completar tareas, o planificas con anticipación?
Puedes pensar en la personalidad como una colección de etiquetas que resumen tus respuestas a preguntas como estas. Dependiendo de tus respuestas, podrías ser etiquetado como optimista, empático o confiable.
La investigación sugiere que todas estas etiquetas descriptivas pueden resumirse en cinco grandes rasgos, lo que los psicólogos llaman creativamente los “Cinco Grandes”.
Ya en la década de 1930, los psicólogos literalmente revisaron un diccionario para extraer todas las palabras que describen la naturaleza humana y las clasificaron en categorías con temas similares. Por ejemplo, agruparon palabras como “amable”, “considerado” y “amigable”. Descubrieron que miles de palabras podían agruparse entre cinco rasgos: neuroticismo, extraversión, concienciosidad, amabilidad y apertura.
Lo que no es la personalidad: Las personas a menudo se sienten protectoras con respecto a su personalidad; puede que la veas como el núcleo de quién eres. Sin embargo, según las definiciones científicas, la personalidad no son tus gustos, aversiones o preferencias. No es tu sentido del humor. No son tus valores ni lo que consideras importante en la vida.
En otras palabras, cambiar tus rasgos de los Cinco Grandes no cambia el núcleo de quién eres. Simplemente significa aprender a responder a las situaciones de la vida con pensamientos, sentimientos y comportamientos diferentes.
¿PUEDES CAMBIAR TU PERSONALIDAD?
¿Puede cambiar la personalidad? Recuerda, la personalidad es la forma característica de una persona de pensar, sentir y comportarse. Y aunque pueda parecer difícil cambiar la personalidad, las personas cambian cómo piensan, sienten y se comportan todo el tiempo.
Supón que no eres muy confiable. Si empiezas a pensar “ser puntual muestra a los demás que los respeto”, comienzas a sentir orgullo cuando llegas a un brunch antes que tus amigos, y adoptas nuevos comportamientos que aumentan tu puntualidad, como levantarte con una alarma, poner recordatorios de citas, etc., estarás encarnando las características de una persona confiable. Si mantienes estos cambios en tu pensamiento, emociones y comportamientos a lo largo del tiempo, ¡voilá!, eres confiable. Personalidad: cambiada.
Los datos confirman esta idea. En general, la personalidad cambia a lo largo de la vida de una persona. A medida que las personas envejecen, tienden a experimentar menos emociones negativas y más emociones positivas, son más concienzudas, valoran más las relaciones positivas y son menos críticas con los demás.
Sin embargo, hay variabilidad. Algunas personas cambian mucho y otras se mantienen bastante estables. Además, los estudios, incluida mi propia investigación, que prueban si las intervenciones de personalidad cambian los rasgos con el tiempo, encuentran que las personas pueden acelerar el proceso de cambio de personalidad haciendo ajustes intencionales en su pensamiento y comportamiento. Estos ajustes pueden llevar a un cambio significativo en menos de 20 semanas, en lugar de 20 años.
CULTIVANDO LOS RASGOS DE PERSONALIDAD QUE MEJOR TE SIRVEN
La buena noticia es que estas técnicas cognitivo-conductuales son relativamente simples, y no necesitas visitar a un terapeuta si no es algo que te interese.
El primer componente implica cambiar tus patrones de pensamiento, esto es la parte cognitiva. Necesitas ser consciente de tus pensamientos para determinar si te están manteniendo atascado actuando de acuerdo con un rasgo en particular. Por ejemplo, si piensas “las personas solo se preocupan por sí mismas”, probablemente actuarás de manera defensiva con los demás.
El componente conductual implica ser consciente de tus tendencias actuales de acción y probar nuevas respuestas. Si eres defensivo con los demás, probablemente responderán de manera negativa. Cuando se alejan o te responden de forma brusca, eso confirma tu creencia de que no puedes confiar en los demás. Por el contrario, si intentas actuar de manera más abierta, quizás compartiendo con un compañero de trabajo que tienes dificultades con una tarea, tendrás la oportunidad de ver si eso cambia la forma en que los demás actúan contigo.
Estas estrategias cognitivo-conductuales son tan efectivas para impulsar el cambio de personalidad porque la personalidad es simplemente tu forma característica de pensar y comportarte. Hacer cambios constantes en tu perspectiva y acciones puede generar hábitos duraderos que finalmente resultan en la creación de la personalidad que deseas.
Shannon Sauer-Zavala es profesora asociada de psicología y psicóloga clínica licenciada en la Universidad de Kentucky.
Este artículo es una republicación de The Conversation bajo una licencia de Creative Commons. Lee el artículo original.