
“El que tenga tienda que la atienda”. Pero, ¿qué implica esto en el ecosistema emprendedor? Hoy 10 de octubre, a propósito del Día Mundial de la Salud Mental, quiero abrir la conversación en torno al impacto que tiene sobre el bienestar la idea de dejar la vida por el negocio.
La Organización Mundial de la Salud promueve esta fecha con el fin de hacer conciencia sobre los problemas de salud mental en el mundo. Este año, como lema se ha elegido justamente: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
La OMS advirtió desde 2019 que en México 75% de las y los trabajadores sufren de estrés laboral, por encima de China y Estados Unidos. En esa cifra nos encontramos quienes nos dedicamos a emprender.
Cuando empezaba a escribir esta líneas me llegó una notificación de Substack. Francisco Briceño, amigo y emprendedor del sector gastronómico, anunciaba con una foto en la que se le ve ojeroso su nuevo texto: “Reflexiones de un chef que no ha descansado”. Inmediatamente le escribí y le conté en qué andaba. Frank acaba de abrir su nuevo restaurante hace apenas un par de meses.
-¿Por qué no has descansado? ¿Por el local?
– Sí, creo que es un tema que va muy ligado a empezar un emprendimiento, la atención y el detalle que hay en esta etapa inicial; también alimentado por obsesión y por la entrega total y absoluta al proyecto.
El emprendimiento es el motor que mueve las economías
En México, según el INEGI representan 50% de los ingresos del país. Es la principal fuente de innovación, de gestión de ideas y de creación; pero detrás de eso hay una profunda huella en el bienestar de quien emprende.
El ecosistema emprendedor está rodeado por un halo de expectativas sociales, de romantización, de ideas sobre el fracaso y de cargas. Se entiende el emprender como un sacrificio, sobre lo que estás dispuesto/a a hacer por tu negocio. Si a esto le sumamos la narrativa que hemos creado en torno al trabajo y al éxito es una mezcla nada favorable: estar full todo el tiempo o “en llamas” es sinónimo de ser una persona exitosa. Glorificamos estar quemados y quemadas.
Siempre que hablo o escribo de estos temas, digo que no les quiero asustar, pero la realidad es que sí les quiero asustar, porque necesitamos tomar acción.
En 2022, la Universidad de Berkeley reveló que las y los emprendedores tienen hasta dos veces más probabilidades de suicidarse. Alarmante. El siguiente año, en abril, Startup Snapshot, publicó los resultados de un estudio donde entrevistaron a 400 personas del ecosistema emprendedor y que concluye, entre otras cosas, que 72% ha experimentado problemas de salud mental como consecuencia de su actividad profesional. “Las afecciones más comunes son estrés (44%), burnout (36%), ansiedad (37%), depresión (13%) y ataques de pánico (10%). Además, las relaciones personales también se ven afectadas: 54% reporta haber sacrificado significativamente sus relaciones de pareja y 50% ha descuidado sus amistades. Sólo 23% de emprendedores visita a un psicólogo o coach; y 81% no está abierto a hablar sobre su estrés, miedos y desafíos”.
También en 2023, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) junto a The Wellbeing Project lanzó El factor invisible: bienestar y salud mental para fortalecer el ecosistema emprendedor de alto impacto en América Latina y el Caribe. Este trabajo es bastante enfático al afirmar que “si queremos fortalecer al ecosistema emprendedor de la región e impulsar su gran capacidad innovadora, es necesario atender a un factor invisible pero fundamental: el bienestar y la salud mental”.
Emprender y vivir quemado
Los resultados recolectados por el BID son igual de alarmantes: en la región 6 de cada 10 emprendedores/as de alto impacto presentan síntomas de burnout moderado y 3 de cada 10 severos síntomas de malestar psicológico. El burnout o síndrome del quemado es una enfermedad catalogada por la OMS como altamente discapacitante y con afectaciones no menores en la persona que la padece.
Endeavor México ya había mostrado datos sobre el panorama local en 2020. La salud mental y el bienestar de los emprendedores en México evidencia que las y los emprendedores tienen hasta 50% más de probabilidades de padecer de ansiedad, insomnio, fatiga y depresión; y aunque reconocen el malestar, nunca han buscado apoyo por no saber por dónde comenzar o por los tabúes en torno a la salud mental.
Según Endeavor, más de tres cuartas partes de las y los emprendedores trabajan más de 50 horas a la semana y 24% trabaja 70 horas o más. Quien emprende no descansa, porque el “el que tiene tienda que la atienda”.
Estos estudios buscan visibilizar una realidad de la que poco se habla y que es tapada por aquel halo de idealización que mencionaba al inicio. Coinciden en la búsqueda de soluciones: ayuda profesional en primer lugar, actividades fuera del emprendimiento, socialización, meditación, higiéne del sueño y atención a la alimentación. De igual forma, se habla de la vulnerabilidad para dejar de romantizar, para abrirnos y apalancarnos en las redes de apoyo, pensando en el bienestar como algo colectivo y colaborativo.
Hay que crear una solución a la medida
Desde mi experiencia creo que no existen recetas mágicas. Me gusta pensar en la idea de crear tu propia receta e ir agregándole o quitándole ingredientes en función de la evolución, del momento de vida, de las experiencias y aprendizajes. Lo que sí creo clave es el autoconocimiento. El tomarnos tiempo para entender quiénes somos, cómo funcionamos, qué nos motiva, qué nos afecta, cómo reaccionamos, qué detona esas reacciones y conductas, de dónde vienen, qué nos hace plenas o plenos, identificar pensamientos nocivos e identificar patrones. Conocernos es una gran herramienta para la autogestión. Pocas veces ese proceso de autoconocimiento lo logramos sin una mirada externa y sin acompañamiento.
El bienestar emocional es crucial para el éxito y la sostenibilidad de cualquier proyecto emprendedor. Emprender implica enfrentarnos al fracaso y a la idea que se ha formado sobre este. Implica presión, incertidumbre y autoexigencia, pero no debe implicar dejar la vida.
Hay que cambiar las narrativas. Hablar puede ser un gran comienzo. La entrega total al proyecto, el ocuparse de la tienda, empieza por atendernos primero. Si tú estás bien, tu emprendimiento también. Así que el que tenga tienda que se atienda.