Justo cuando las discusiones sobre el regreso a la oficina (RTO, por sus siglas en inglés) parecían haber disminuido, varios grandes empleadores implementaron políticas exigiendo que sus equipos trabajen en la oficina a tiempo completo. Esto revivió los titulares que nos recordaron los tiempos de pandemia y desató conversaciones furiosas entre los empleados sobre postularse a nuevos trabajos, hacer coffee badging (tal cual ir a checar tarjeta a la oficina y regresarte a casa sin cubrir la jornada) o simplemente ignorar el nuevo mandato de regreso a la oficina.
Las políticas de regreso a la oficina no tienen que ser polarizantes. De hecho, muchos lugares de trabajo ya descubrieron una transición más orgánica para esto, que logra el equilibrio adecuado entre la participación de los empleados, la colaboración, la productividad y la retención. Aquí hay cinco formas en que lo están logrando.
1. Entender la cultura corporativa
Al darse cuenta de que prácticas como el coffee badging, el monitoreo de cámaras y la vigilancia de de los empleados a través de sus pulsaciones genera desprecio entre los empleados, es necesario aprender cómo su fuerza laboral interactúa entre sí y cómo esa interacción se alinea con la productividad.
Por ejemplo, están prestando más atención tanto a las señales evidentes como a las más sutiles de la participación de los empleados. Las señales evidentes incluyen el flujo de personas y la ocupación de los espacios, mientras que las señales sutiles son detalles como el movimiento de sillas o los grupos informales, que suelen reflejar colaboración y reuniones espontáneas.
Si descubren que los martes por la tarde son el momento clave para que el equipo de marketing haga su lluvias de ideas, lo que resulta en campañas más exitosas, los gerentes podrían organizar actividades en torno a ese horario. Con este tipo de información, los empleadores pueden diseñar políticas que estén alineadas con su cultura organizacional y objetivos comerciales.
2. Priorizar la autonomía a través del anonimato
Seamos realistas: la tecnología hace que cada día sea más sencillo saber quién está haciendo qué, cuándo, dónde y cómo. Pero también puede garantizar el anonimato cuando se usa para recolectar datos. Los empleadores prefieren obtener información general sobre cómo se usa la oficina, en lugar de enfocarse en las acciones de cada persona. Esto es clave porque muchas decisiones deben basarse en cómo los diferentes grupos de empleados usan los espacios de trabajo.
En lugar de centrarse en las acciones individuales, buscan datos agregados sobre la actividad humana en el espacio de trabajo. Después de todo, muchas decisiones laborales deben basarse en cómo grandes segmentos de la fuerza laboral utilizan la oficina.
3. Rediseño estratégico de las oficinas
Los gimnasios y las salas de descanso a menudo se encuentran entre los servicios más deseados en las oficinas, pero puede que no se alineen con las necesidades de los empleados. Lo mismo ocurre con los conceptos de oficinas abiertas frente a oficinas individuales.
Estar al tanto de las tendencias laborales es importante para el reclutamiento y la retención, pero seguirlas solo tiene sentido si los empleados realmente utilizan esas comodidades. Es mejor saber cómo será recibido el rediseño de oficina antes de realizar la inversión, especialmente dado que el costo promedio es de 264 dólares por metro cuadrado.
4. Calcular el impacto de su fuerza laboral en la huella de carbono del edificio
Alrededor del 42% de las emisiones anuales de CO2 a nivel mundial provienen del entorno construido y los empleadores se están dando cuenta de que pueden ayudar a reducir ese porcentaje al entender mejor cómo su fuerza laboral utiliza el espacio de oficina. Por ejemplo, cuando las personas se instalan en salas de conferencias para trabajar cuando quieren mayor concentración o para reuniones por video con colegas remotos, esto eleva los costos de energía. También indica que puede que no se tenga la proporción adecuada de espacios de reuniones privados/públicos. Un mejor uso del espacio puede reducir el consumo de energía mientras aumenta la productividad.
5. Combinar datos de uso de oficina con otras fuentes
Esto ayuda a los empleadores a obtener una visión más amplia de sus inversiones en bienes raíces comerciales. Por ejemplo, los datos de ocupación analizados junto con los costos de limpieza y las tarifas de arrendamiento por pie cuadrado pueden indicar si están gastando de más en servicios para áreas no utilizadas.
Cómo los empleadores utilizan la IA y los datos para mejorar en la oficina
Muchos de estos nuevos conocimientos sobre el uso de la oficina y la productividad son el resultado de fusionar IA y tecnología de detección de calor corporal. Esto proporciona un nivel de precisión sin necesidad de cámaras u otros métodos invasivos de monitoreo.
Los datos se pueden utilizar para informar políticas híbridas y de regreso a la oficina a tiempo completo, además de generar diseños de oficinas que se alineen con la dinámica del equipo y la cultura corporativa. Además, los menores costos de energía y limpieza, junto con los datos para negociaciones de arrendamiento, pueden resultar en ahorros significativos.
Sin embargo, la IA no es la única forma de obtener información sobre las necesidades de la fuerza laboral. Los profesionales de recursos humanos continúan utilizando una variedad de herramientas y tácticas, incluidas encuestas a empleados, evaluaciones de terceros, entrenadores y más. No obstante, existe una tendencia entre los empleados de responder de la manera que creen que el empleador quiere escuchar. Cuando comparas las opiniones de los empleados con sus comportamientos reales vs los que escriben, obtienes una visión más precisa de sus hábitos, intereses y preferencias.
Los empleadores que saben cómo se está utilizando la oficina pueden contar con referencias basadas en datos para medir el rendimiento, la productividad y la mejora. Esto da lugar a entornos más atractivos y estimulantes, donde los empleados están emocionados por volver a la oficina.