5 tips para eliminar los egos inflados en el trabajo

Freud escribió una vez: “El ego no es el amo en su propia casa”. Argumentó que el ego, que controla tus pensamientos y comportamientos, está influido por el id (tus impulsos más básicos) y el superyó, que consiste en las reglas y normas de la sociedad. Tener un ego equilibrado es clave para el bienestar personal. De manera similar, tener y liderar con un ego equilibrado es fundamental para el éxito profesional y del equipo.

Los líderes con egos inflados pueden causar daños irreparables a los empleados y a las empresas. Menos dispuestos a aceptar ideas contradictorias, sofocan la innovación y toman decisiones de menor calidad. Debido a que sus egos anhelan atención positiva, son susceptibles de ser manipulados. Lo que es peor, los rasgos de los líderes egocéntricos a menudo se filtran a través de una organización, lo que podría socavar su estructura. Por eso es clave que los líderes practiquen dejar sus egos fuera.

Aquí tienes cinco estrategias para reducir tu sentido de autoimportancia y liderar con menos egos inflados.

ENTRENA TU CAPACIDAD DE ESCUCHA ACTIVA COMO SI FUERA UN MÚSCULO

Si alguna vez has ido a un terapeuta, entonces estás familiarizado con la escucha activa. Un buen terapeuta escucha atentamente, interpreta cuando es apropiado y se esfuerza por entender lo que estás diciendo. No solo te escucha, sino que te hace sentir escuchado. Al hacerlo, permiten que su ego se desvanezca.

Al igual que el entrenamiento de fuerza en el gimnasio, puedes entrenar tu capacidad de escucha activa como si fuera un músculo. Los componentes básicos de la escucha activa son comprender, retener y responder. Trabajando en estas habilidades, puedes convertirte en un mejor oyente activo.

También debes acostumbrarte a aclarar malentendidos en el momento, por ejemplo, debido al slang o explicaciones técnicas. Haz preguntas y busca más explicaciones. Si es necesario, solicita que alguien explique un concepto en términos que un niño entendería. Elimina distracciones y trata de ser consciente de tus propios prejuicios. Y finalmente, comunica que has comprendido lo que alguien ha dicho.

Escuchar activamente requiere esfuerzo, pero al igual que levantar pesas, se vuelve más fácil con la práctica.

REPARTE RECONOCIMIENTOS REGULARMENTE

Seguramente puedes recordar a un líder que se colgó el mérito de todos los logros durante su gestión. Este es un signo claro de un líder egocéntrico. No solo pinta una imagen distorsionada de la realidad, sino que también desmotiva a los empleados. Mantener tu ego bajo control requiere reconocer regularmente a los empleados por sus contribuciones y logros.

Las investigaciones arrojan que incluso pequeños gestos de reconocimiento tienen grandes beneficios, tanto para los empleados como para las organizaciones. Específicamente, los premios simbólicos como tarjetas de felicitación, reconocimientos públicos y certificados pueden aumentar significativamente la motivación intrínseca, el rendimiento y las tasas de retención. El reconocimiento público (en lugar de los cumplidos privados) puede ser más efectivo y motivar a otros miembros del equipo.

Dar reconocimientos regularmente y de manera pública puede aumentar la moral, motivar a los empleados y mejorar el bienestar general de una organización.

ASUME LA RESPONSABILIDAD

Los investigadores han descubierto que las personas tienen diferentes percepciones de la responsabilidad. Algunos ven la responsabilidad como una amenaza, una fuerza motivadora en la medida en que alcanzar tus objetivos evita consecuencias negativas. Otros ven la responsabilidad como un desafío valioso y una oportunidad para el crecimiento y la mejora. Los líderes que logran cultivar este segundo tipo de responsabilidad pueden cosechar los beneficios de una mentalidad de crecimiento en toda la organización.

Una forma de construir una responsabilidad positiva dentro de tu equipo es asumir la responsabilidad como líder. Reconoce tus errores, pasos en falso y objetivos no alcanzados en foros públicos, como en un boletín o reuniones generales periódicas. Comparte los fracasos como oportunidades para la reflexión y el crecimiento.

No practicar lo que predicas puede afectar la motivación del equipo. Cuando los líderes dicen a los empleados que hagan una cosa y ellos hacen otra, estos perciben expectativas incongruentes como una amenaza y la motivación se desploma.

Promover la responsabilidad en todos los niveles de tu organización mantendrá los egos de los directivos bajo control y aumentará la motivación de los empleados.

LIMITA LAS INTERRUPCIONES Y MANTENTE PRESENTE

Estar presente para los empleados va más allá de la presencia física. Significa darles toda tu atención, lo que incluye limitar las interrupciones y estar presente. Estar disponible para los demás puede ser una fuerza que estabilice tu ego y fomente un ambiente de trabajo más empático y colaborativo.

Nos tomamos esta estrategia muy en serio en mi empresa. Por ejemplo, tenemos Días de Demostración semanales donde nuestros equipos presentan su trabajo más reciente y cualquier idea que tengan en mente. Todos esperamos estos días porque ofrecen la oportunidad de que los empleados se expresen. Incluso los empleados más reservados participan, sabiendo que sus voces serán escuchadas. Los Días de Demostración solo pueden tener éxito si todos acordamos, desde los líderes hasta los nuevos empleados, minimizar las interrupciones y estar completamente presentes y comprometidos.

COMPROMÉTETE CON IDEAS QUE NO SON LAS TUYAS

Como líder, moderar tu ego puede ser todo un reto, pero también es una señal de sabiduría. Como dijo una vez el escritor F. Scott Fitzgerald: “La prueba de una inteligencia de primer nivel es la capacidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo y aún así conservar la capacidad de funcionar”.

Una forma en que los líderes pueden aceptar varias ideas opuestas es dejar de lado sus propias ideas en ocasiones y comprometerse con las de los demás. Casi dos décadas liderando mi empresa me han enseñado que está bien seguir la perspectiva de alguien más, incluso si es diferente a la mía, incluso si estoy en desacuerdo activamente.

Los empleados se benefician de la confianza que se les da, y yo desarrollo agilidad mental al adoptar una opinión que difiere de la mía. Incluso si la idea falla, la experiencia de aprendizaje beneficia a todos los involucrados.