
Imagínese sentado en una cafetería donde el sonido del tenedor al golpear un plato en el otro lado de la sala ahoga la conversación con la persona sentada a su lado. ¿Alguna vez ha trabajado en una oficina abierta llena de videollamadas alrededor, lo que hace que sea casi imposible concentrarse en el documento que está en la pantalla? Tal vez recuerde haber discutido asuntos delicados en un banco mientras escuchaba conversaciones igualmente privadas de la oficina de al lado. Estos ejemplos cotidianos resaltan lo perturbadora que puede ser la contaminación acústica y lo importante que es priorizar tener un diseño inteligente que ayude a mitigar el ruido.
La realidad es que la mala acústica es un problema generalizado pero que se puede solucionar. Como una piedra en el zapato, el problema puede pasar desapercibido al principio, pero se vuelve cada vez más insoportable a medida que sus efectos se agravan. Muchas personas no se dan cuenta de la magnitud del problema hasta que experimentan un entorno acústico bien diseñado.
Además, la mala acústica no solo causa molestias, sino que también afecta el bienestar cognitivo, la productividad y el aprendizaje. Los estudios demuestran de forma sistemática que la exposición a ruidos no controlados aumenta los niveles de estrés, reduce la concentración y perjudica el rendimiento. Además, un estudio del Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology concluyó que el ruido nocivo afecta al sistema nervioso central, aumentando la susceptibilidad a la depresión; la ansiedad; el suicidio y los problemas de conducta.
La acústica afecta el lugar de trabajo
La mala acústica es un problema particular en los entornos de aprendizaje y de trabajo. En el ámbito educativo, según la Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición (American Speech-Language-Hearing Association), “un diseño acústico deficiente puede generar un ruido excesivo que perturba el proceso de aprendizaje y puede afectar negativamente la percepción del habla, el comportamiento de los estudiantes y los resultados educativos”. Otro estudio reciente arrojó resultados similares en la educación superior, donde la mala acústica afecta negativamente la capacidad auditiva, el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes universitarios.
Además, un informe reciente de JLL destacó cómo la mala acústica en las oficinas y la falta de privacidad afectan negativamente a la concentración y la productividad de los empleados; 58% de los trabajadores sigue prefiriendo sus entornos domésticos para concentrarse.
Estos estudios ilustran por qué los diseñadores de espacios de trabajo crean cada vez más oficinas con espacios diversos adaptados a la colaboración y las tareas individuales. Aprovechan materiales y tecnologías de aislamiento acústico para crear entornos que favorezcan el bienestar y la eficiencia.
3 principios clave del diseño acústico
A pesar de ello, las empresas suelen pasar por alto las consideraciones acústicas en favor de la estética o el ahorro de costes durante el diseño. La buena noticia es que al integrar tres principios fundamentales en el proceso de diseño, es posible crear espacios funcionales que sean acústicamente confortables.
- Materiales eficaces
Los materiales con coeficientes de reducción de ruido (NRC) elevados pueden reducir significativamente la reflexión y la absorción del sonido. Los paneles acústicos, los deflectores, las alfombras, las cortinas y los muebles tapizados pueden trabajar juntos para controlar la reverberación del sonido. La instalación de paneles acústicos a una distancia de entre 91 centímetros y 213 centímetros del suelo es especialmente eficaz; apunta a la altura en la que se producen la mayoría de las ondas sonoras de la actividad humana. Optar por opciones sostenibles (como las fabricadas con PET reciclado o materiales recuperados) añade una dimensión ecológica a la solución. - Minimizar los ángulos rectos
Los ángulos rectos en la arquitectura pueden amplificar los ecos, lo que provoca sonidos retardados y superpuestos que alteran la claridad. Romper estos ángulos con geometrías irregulares o introducir deflectores acústicos y nubes puede dispersar las ondas sonoras, lo que reduce el ruido ambiental. Si no es posible realizar cambios estructurales, la colocación estratégica de muebles, mamparas y particiones puede lograr efectos similares. - Optimice el techo
Los techos, a los que les dicen la “quinta pared”, son fundamentales para la gestión del sonido. Los techos abiertos con conductos y superficies de hormigón a la vista, aunque son visualmente atractivos, pueden actuar como grandes reflectores que amplifican el sonido. La incorporación de deflectores, nubes u otros elementos que absorban el sonido puede transformar estos espacios sin comprometer la estética. En un ejemplo, una cafetería abovedada amplificaba el sonido en toda la sala hasta que los diseñadores introdujeron deflectores acústicos para interrumpir las reverberaciones.
Contar con un ingeniero acústico puede salvarnos la vida
Si bien los elementos individuales, como los deflectores acústicos o las placas con una alta clasificación NRC, son importantes, el verdadero éxito acústico se logra con un enfoque holístico. No se trata solo de agregar un par de piezas de alto rendimiento, sino de comprender cómo interactúan todos los componentes para crear una solución eficaz.
Aquí es donde los expertos, como los ingenieros acústicos, desempeñan un papel fundamental. Los ingenieros acústicos analizan el espacio de manera integral, teniendo en cuenta factores como la geometría de la sala, los materiales y los patrones de uso para recomendar soluciones personalizadas.
Además, muchas empresas con equipos de diseño acústico internos ofrecen servicios de consultoría, a menudo sin costo adicional. Estos profesionales pueden evaluar todo el espacio para garantizar que las estrategias acústicas seleccionadas funcionen de manera cohesiva. Evitan los inconvenientes de las soluciones parciales que pueden no abordar el panorama general.
Diseña espacios en los que la gente quiera estar
La acústica debe considerarse parte integral del diseño, al igual que la iluminación o el diseño. Podemos crear entornos igualmente funcionales y enriquecedores si consideramos el sonido como una materia prima. Los espacios con paisajes sonoros esculpidos y controlados promueven la productividad y el aprendizaje concentrado, al tiempo que refuerzan el bienestar cognitivo. Ya sea para mejorar los resultados educativos; favorecer el regreso a la oficina; atraer clientes a un espacio comercial o mejorar los espacios públicos, el sonido puede ser una herramienta poderosa para dar forma a la experiencia.
Gordon Boggis es el director ejecutivo de Carnegie. Michael DiTullo es el responsable de innovación de productos de Kirei, una división de Carnegie Acoustic Solutions.